Castro quiere recuperar parte de su historia

El Ayuntamiento de Castro Urdiales ha encargado la redacción de un estudio para recuperar los restos del denominado Palacio del Rey y el tramo de la muralla medieval, que se encuentra en el cerro de Santa María en la zona oeste de la iglesia, según avanzó la concejala de Turismo, Patricia Camino (CastroVerde), tras la celebración de la última Comisión Informativa de Promoción Económica y Empleo.

Este estudio, que se encomendará a la misma empresa que intervino en la fase de restauración de la girola de Santa María, se centrará en la caracterización arqueológica, el registro topográfico y la fotogrametría, y tendrá un coste para el Ayuntamiento de 2.800 euros más IVA.

Según detalló la edil de Turismo, dos son los objetivos que se pretenden obtener con la actuación. "Por una parte, se trata de rescatar unas ruinas arquitectónicas y arqueológicas que a pesar de su elevado valor, yacen ignoradas. Y, por otro, presentar un protocolo de intervención para la salvaguarda de esta herencia cultural de cronología medieval; así como para la recuperación de un espacio urbano".

Así, Camino señala que el primer objetivo es la revalorización de un patrimonio edificado olvidado. "Unos vestigios que hunden sus orígenes en los siglos medievales, y que yacen sin reconocimiento alguno". En contraste, su localización se sitúa en el mismo centro neurálgico de la puebla vieja de Castro Urdiales y en el corazón del cerro de Santa María, adosado al templo gótico. "Son infinidad de visitantes, turistas y vecinos los que transitan junto a estas ruinas arquitectónicas sin ser conscientes de su valor patrimonial. Una herencia cultural que no aparece en las guías de arte, ni posee, hasta la fecha estudios de caracterización científica".

Los arqueólogos Javier Marcos Martínez y Lino Mantecón, que son quienes están al frente de este proyecto, aseguran que nos encontramos ante "uno de los muy escasos tramos de muralla medieval en pie y emergentes en la región de Cantabria". "La alusión al caso santanderino, con el denominado Centro arqueológico de la muralla, es de obligada referencia, donde un vestigio similar ha comportado un proyecto de envergadura y elevada transcendencia sociocultural".

Estos dos arqueólogos sostienen que en Castro Urdiales, "por fortuna", hay a la vista un tramo de muralla (más de 40 metros de desarrollo) con un cubo ciego. "Se aprecian almenas y merlones que quedan embutidos en un recrecimiento de una fábrica posterior de la muralla. Su estado de conservación es pésimo, en situación de maltrato, carente de señalética, utilizado como muro de deslinde y vertedero".

A estos restos arquitectónicos, se le añade, según detallan, las evidencias de un edificio que la tradición ha venido a denominar el Palacio del Rey. A día de hoy, parece una prolongación del muro de la muralla, pero es una construcción bien distinta. "Una larga costumbre castreña, conservada hasta finales del siglo XIX, encabezaba las actas de elección de cargos concejiles, cuando se hacía en aquel antiguo recinto: () en los reales palacios del rey Alfonso". "La muy atrevida interpretación de Javier Echavarría le aventura como lugar de residencia de la estancia del monarca Alfonso VIII de Castilla, el de Las Navas". Lo que sí aseveran Marcos y Mantecón es que, a día de hoy, se conservan elementos de defensa propios del medievo, como son las saeteras-troneras y dos ladroneras (voladizo con parapeto y suelo aspillerado para el control en vertical). "Hasta principios del siglo XX, llegó un edificio en ruinas y carcomido que conservaba ventanas ojivales y puerta ojival de estilo goticista".

La propuesta que pretende llevar a cabo el Ayuntamiento de Castro persigue recuperar la memoria de la localidad castreña, rescatar del ostracismo unos vestigios de arquitectura medieval y, en última instancia, contribuir a reforzar los recursos turístico-culturales de la villa costera.

Según apuntan los arqueólogos responsables del proyecto, la metodología a emplear sigue las directrices marcadas por el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios, (Icomos) en 2003. "Las peculiaridades que ofrecen las estructuras arquitectónicas, con su compleja historia, requieren que los estudios y propuestas se organicen en fases sucesivas y bien definidas: anamnesis, diagnosis y terapia, aplicados a la correspondiente búsqueda de datos reveladores e información; determinación de las causas de deterioro y degradación; elección de las medidas correctoras, y control de la eficacia de las intervenciones".

Área de ocio

Lo que proponen Marcos y Martínez es realizar una intervención de recuperación de este espacio para su uso, como área de ocio y contemplación del bien inmueble de cronología medieval. Asimismo, se recuperaría una nueva perspectiva de visualización de la iglesia de Santa María. "Un acrecentamiento del espacio urbano, que con los debidos criterios de seguridad de tránsito peonil, puede aportar un área de elevado atractivo por la confluencia de la ruina medieval y el medio natural, conformado por acantilados y una pequeña cala costera. El proyecto final será el producto del trabajo de un equipo multidisciplinar, en base a una decisión colegiada".

Además, la ejecución del proyecto deberá contar con el pertinente permiso de la Administración con competencia, la Consejería de Cultura del Gobierno de Cantabria. Los vestigios murarios de la muralla se encuentran catalogados en el Inventario Regional de Arqueología (Nº 20.118). Una actuación que muy posiblemente requerirá la consulta a la Comisión de Patrimonio Edificado.

Por su parte, la edil de Turismo avanzó que el siguiente paso que se llevará a cabo tras informar al resto de grupos municipales de la Corporación, e la celebración de una reunión entre estos arqueólogos y los técnicos municipales para saber qué se deriva del diagnóstico previo y ver si las siguientes fases (restauración, conservación y puesta en valor) se pueden ejecutar con recursos del Ayuntamiento. A partir de ahí, la idea es "colocar señalética para que la gente reconozca el valor y la importancia de este bien".