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En el terreno elegido se han plantado 500 vides de godello que empezarán a brotar en los próximos meses
Un vino 100% de Santoña

Un vino 100% de Santoña

Santoñismo ha plantado 500 vides de godello en una parcela del monte con el fin de producir un vino local y recuperar así la actividad agraria desaparecida

Ana Cobo

Martes, 2 de mayo 2017, 08:06

Dicen que todo gran sueño comienza con un gran soñador. Y esta historia es un buen ejemplo. El colectivo Santoñismo nació con muchos proyectos en el horizonte vinculados a poner en valor su pueblo pero uno de ellos fue el motor de su aventura. Sus miembros soñaban con volver a ver las laderas del monte Buciero tomadas por viñedos. Querían producir un vino 100% local que al degustarlo recordara a la esencia y el aroma de esta villa marinera.

Hace poco más de un año, cuando iniciaron su andadura presentando en un acto público sus vinos Babor y Estribor, los primeros para maridar con la anchoa creados de la mano de la Bodega Pago Casa del Blanco, anunciaron que se trataba de una primera actuación con unas miras más ambiciosas.

Sus integrantes explicaron que el objetivo que rondaba en su mente era recuperar la vid en el monte Buciero. Una idea que, dicha en frío, sonaba a una locura que no pasaría de las palabras. Pero los miembros de la asociación Santoñismo son grandes soñadores que, doce meses después, han hecho realidad su gran sueño.

En una parcela del monte, muy cerca de la desviación hacia Llusa, han plantado 500 vides de godello para llegar a producir un vino exclusivamente santoñés. Tras mucho buscar por este paraje llegaron a visitar hasta 14 terrenos de uso agrario aptos para la plantación de vid dieron con la parcela que reunía todos sus requisitos. Un espacio de 2000 metros cuadrados (1.500 cultivados) que precisaba de un duro trabajo de acondicionamiento. "Estaba completamente cubierto por zarzas y matorral. No había estas vistas tan claras", explica José Manuel Fresnedo, uno de los miembros de Santoñismo señalando al fondo. Alude así a la ubicación privilegiada del viñedo desde el que se divisa toda la playa de Berria, Brusco incluido, y parte del penal. "Son las vides con mejores vistas de todo el Cantábrico", bromea.

Durante el pasado mes de diciembre, varios componentes se afanaron con las tareas de desbroce y tala dejando la parcela despejada. Quedaron entonces completamente al descubierto los bancales hechos a mano con los que cuenta el terreno. "Datan de hace más de 200 años y los hemos recuperado. Es algo muy bucólico". Su existencia es la prueba irrefutable de que los viñedos formaron parte del paisaje de este monte desde la época romana hasta finales del siglo XVIII cuando se abandonaron, entre otros motivos, por la falta de medios par combatir las plagas que atacan a la vid. Una tradición agraria que Santoñismo quiere ahora rescatar del olvido y preservar. Otra de las tareas que realizaron al inicio fue recuperar el muro de piedra perimetral para evitar la entrada de jabalíes, que proliferan en el Buciero.

Ganar grosor

Con la parcela puesta a punto, en febrero centraron sus esfuerzos en arar la tierra de los bancales para colocar, seguidamente, la instalación compuesta por los postes con el alambre de formación. Fresnedo cuenta que la uva blanca tiene tres tipos de alambres. "Nosotros hemos optado por el tipo de cultivo llamado parral (o espaldera) en el que la vid se dirige mediante alambres. Ahora mismo hemos puesto solo un alambre porque durante el primer año la vid tiene que ganar en grosor hasta que se bifurque en ramales y tire para arriba". Luego, dice, se colocará un segundo alambre de fructificación del que colarán las futuras uvas. "La idea de recuperar los bancales es caprichosa y supone un mayor coste tanto económico como técnico". En este sentido, Jon Astorquiza, otros de los integrantes de Santoñismo aclara que este proyecto es financiado con recursos propios de la asociación y no cuentan con ningún tipo de ayuda pública". "Parte de las ventas de los vinos de Babor y Estribor contribuyen a llevar adelante este proyecto".

Para su ejecución, lo primero que tuvieron que hacer es presentar la propuesta a la Consejería de Medio Rural y solicitar permiso para llevar a cabo una primera fase experimental. En la que se encuentran actualmente. El fin es observar el comportamiento de la uva blanca godello sobre el terreno, con la intención de comprobar su viabilidad para futuras actuaciones. Para ello cuentan con el asesoramiento de los técnicos de la Consejería y del enólogo Antonio Merino. El vino que se produzca en esta fase experimental no se va a comercializar aunque sí podrá degustarse. Para sentirlo en las papilar gustativas aún habrá que esperar unos meses. De momento se han plantado las 500 vides de godello en la parcela, cada una con un tutor que dirige sus ramas y se han cubierto con un protector. Se alimentarán únicamente de la lluvia que caiga. "Estamos contentos porque vemos que van brotando".

Cuando la vid llegue a la altura del primer alambre se llevará cabo una primera poda que fortalece la planta. "Este año la uva que salga se quita y no se hace nada con ella". Será ya en el segundo año cuando se puedan probar los primeros mostos directamente de la uva prensada. Y ya al tercer año se podrá comercializar las botellas con vino santoñés. No obstante, no saldrá del terreno actual que solo es para experimentación. "Hemos pedido permiso a la Consejería para plantar en otra hectárea cercana y poder comercializarlo. Nos lo darán en junio. Y el proceso a seguir será el mismo".

Entre tanto, los miembros de Santoñismo quieren que este viñedo sea un proyecto de todos. "Que sea algo del pueblo". Así, los vecinos tendrán la oportunidad de visitarlo en cuando se habiliten los accesos. "Les hablaremos de la historia del vino en el monte de Santoña, del proceso que hemos seguido y las ideas que tenemos", explica Astorquiza. Para final de verano, de forma paralela al crecimiento de la vid, organizarán talleres didáctico, cursos, actividades culturales y turísticas... "Queremos hace un taller de pisado de uva con los escolares. "Que sea algo de todos".

Y más allá de hacer un vino 100% de Santoña hablan de otro objetivo "recuperar la tradición agraria del municipio, generando a la vez oportunidades para emprendedores de la localidad". "En este monte hay mucho terreno que puede crear empleo y economía más allá del mar. Creemos que por imitación, espontáneamente, se puede generar un nuevo modelo agrario en Santoña. La tierra es muy buena porque el no haberse cultivado desde hace años favorece que tenga ucha materia orgánica".

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