El Manzanedo vende comida solidaria para paliar la hambruna en Sudán

No es la primera vez que este grupo de estudiantes pone en marcha una iniciativa de estas características. El año pasado también vendieron comida para ayudar a los damnificados por el terremoto que sacudió a Ecuador. Este curso han querido repetir el gesto y han buscado una nueva causa a la que aportar su grano de arena. "La idea surge de ellos mismos y nosotras les hemos empujado a dar el paso", explica la profesora de Filosofía, Milagros Villalba que les echa una mano junto a la docente de Historia, Elena González. "Son un grupo de chicos y chicas muy solidarios y querían volver a realizar la iniciativa pero no tenían clara la causa. Pensamos que podría estar bien buscar un conflicto olvidado, que no salga en los medio de comunicación, y que ellos no conocieran de primera mano. Nosotras les informamos de la situación del Sudán Sur y la hambruna que padecen para motivarles"

El resto ha sido cosa de ellos. Los propios alumnos han elaborado en sus casas la comida que han llevado para vender como tortillas o bizcochos. "Sin querer, estamos trabajando otras competencias porque están aprendiendo a cocinar", explica Milagros. Nada más sonar el timbre, el grupo se encarga de colocar toda la comida en una mesa instalada a la entrada del centro que es tomada por profesores y compañeros hambrientos que quieren colaborar. La actividad arrancó el lunes de forma tímida, pero a medida que se fue conociendo fueron muchos los que se acercaron a comprar alguna ración.

"El objetivo es concienciarles de todos los problemas que hay en el mundo, que no todos viven como ellos y que sean un poco solidarios. Tenemos a este pequeño grupo de alumnos que siempre está dispuesto a colaborar. En ese grupo al que alude Milagros están las alumnas Alina Croito y Esther Gutiérrez. Ellas dieron los primeros pasos y han reclutado al resto de compañeros de pupitre. "El año pasado fuimos nuevo pero este curso ya ha colaborado toda la clase en hacer la comida y venderla". Además, valoran que gracias a esta iniciativa también han aprendido hacer tortilla de patata y tarta de queso.

Ambas se sienten orgullosas de que el Manzanedo esté siempre comprometido en ayudar con diferentes acciones. "Hace tres años hicimos también un musical benéfico de Grease". El reto, dicen las jóvenes, es que otros cursos se animen también a dar el paso. Que sigan su ejemplo. "Espero que sirva para que los niños de cursos inferiores nos vean y lo hagan también. Me gustaría venir dentro de dos o tres años, cuando ya no estudie aquí, y ver que siguen haciendo iniciativas como ésta", dice Esther.