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El telescopio espacial James Webb ya ha mandado las primeras fotos desde el segundo punto de Lagrange (L2), a 1,5 millones de kilómetros de la Tierra, casi cuatro veces más lejos que la Luna. Son imágenes de prueba sacadas mientras se alinean los 18 ... segmentos de su espejo primario y se enfría el instrumental hasta los -233º C, la temperatura para su correcto funcionamiento. La NASA ha hecho públicas dos fotos tomadas por la cámara de infrarrojo cercano (NIRCam): una corresponde a la primera estrella fotografiada por el observatorio espacial; la otra es un selfi del espejo primario en el que se ven sus 18 segmentos, uno brillante porque en ese momento apuntaba a una estrella.
«Enviar al Webb al espacio fue emocionante, pero, para los científicos e ingenieros ópticos, el momento culminante es cuando la luz de una estrella se abre camino a través del sistema hasta un detector», ha indicado Michael McElwain, científico del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA. «El equipo del Webb está eufórico con lo bien que se están dando los primeros pasos para sacar imágenes y alinear el telescopio. Nos alegró mucho ver que la luz llega a NIRCam», ha dicho Marcia Rieke, investigadora principal del instrumento y catedrática de Astronomía en la Universidad de Arizona.
La primera foto corresponde a HD 84406, una estrella brillante y aislada de la constelación de la Osa Mayor. De tipo G, como el Sol, está a unos 258,5 años luz y se eligió para la primera luz –como se llama en astronomía la primera imagen captada por un telescopio– porque es fácil de identificar y no hay otras estrellas brillantes cerca. El James Webb empezó a sacar imágenes el 2 de febrero y, durante 25 horas, obtuvo 1.560 que luego se juntaron en un mosaico –con más de 2.000 millones de píxeles– en el que se ven 18 puntos luminosos.
Cada punto es HD 84406 reflejada en uno de los segmentos hexagonales del espejo primario del James Webb, que no están todavía alineados para generar una sola imagen. Gracias a esta foto, los técnicos han podido determinar la posición de cada segmento después del despliegue, un primer paso imprescindible para ahora corregir sus posiciones y alinearlos para las operaciones científicas.
«Tomar tantos datos correctamente el primer día requirió que, desde el principio, todas las operaciones científicas y los sistemas de procesamiento de datos del Webb aquí en la Tierra trabajaran sin problemas con el observatorio en el espacio. ¡Y encontramos luz de los 18 segmentos muy cerca del centro al principio de esa búsqueda! Este es un excelente punto de partida para la alineación de los espejos», asegura Marshall Perrin, científico adjunto del James Webb y astrónomo del Instituto de Ciencias del Telescopio Espacial.
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