Joyas antiguas Sardinero. Santander, Bilbao, Madrid

Piezas a partir del siglo XVIII, preciosas, únicas y exclusivas, llenas de historia

Joyas Antiguas Sardinero. Joyas clásicas de máxima calidad

J

oyas Antiguas Sardinero, nace por la pasión por las joyas antiguas y fruto de muchísimo trabajo y esfuerzo diario. El empeño de poder dar continuidad a piezas maravillosas y que los clientes puedan disfrutar y dar una segunda vida a estas piezas de la orfebrería y el diseño. Piezas únicas y exclusivas que encierran un gran valor sentimental que solo algunas personas saben apreciar para darle otra oportunidad.

Joyas clásicas de máxima calidad gracias a los materiales de los que están hechas como oro, oro blanco, diamantes y piedras preciosas que hacen que duren eternamente. La calidad es siempre mejor que la cantidad, por lo que una de estas piezas ya será un tesoro de por vida.

Con una primera tienda cercana a la casa de sus padres, Pilar Lobato, comenzó este maravilloso proyecto. Sin apenas financiación, ni apoyo, quiso cumplir su sueño de comprar y vender tesoros. Su primer recuerdo de la infancia son las joyas, ya que las mujeres de su familia, tanto sus abuelas, como sus tías y su madre, han sido compradoras de piezas increíbles. En su primera comunión prefirió una sortija a una bicicleta, dejando claro su amor por las joyas y hoy reconoce que su mundo siempre ha estado rodeado de estas bellezas: «Tengo muchos recuerdos con las joyas como protagonistas. Mi padre siempre regaló a mi madre joyas exquisitas».

Pilar asegura que el proceso de compra y búsqueda de joyas ha ido cambiando a lo largo de su trayectoria. Aunque siempre se ha centrado en comprar a particulares, porque es así «como realmente se pueden adquirir los tesoros más especiales», comenta.

La historia que más le ha marcado es cuando una señora le vendió tres sortijas con brillantes de gran tamaño y en momentos distintos para poder pagar el master de sus nietos. «Siempre digo que las joyas son una inversión que en muchas ocasiones pueden servirnos para este tipo de situaciones o soluciones».

Entre las joyas más especiales que han obtenido en Joyas Antiguas Sardinero, Pilar menciona un collar que perteneció a la Reina Victoria Eugenia. Por circunstancias de la vida, la familia que lo tenía, por problemas de herencia tuvo que venderlo. Una maravilla realizada en oro y plata con esmeraldas y diamantes de gran tamaño que estuvo expuesta en la feria de Madrid, Feriarte.

Joyas en todo su esplendor

Joyas Antiguas Sardinero comercializa piezas a partir del siglo XVIII, ya que es en el momento en el que las joyas se hacen más refinadas y elegantes, la orfebrería es excepcional y las tallas de las piedras son más regulares consiguiendo una mayor armonía en las piezas.

Admite que cuando sus clientes entran a la joyería no saben donde centrar la atención con tantas piezas dentro de las vitrinas pero «enseguida les preguntamos si lo que buscan son unos pendientes especiales para casarse, una sortija de pedida o simplemente un auto regalo, lo que hace más fácil poder enseñarles las piezas adecuadas».

Algunas de las celebridades más importantes de nuestro país como Marta Lozano, Teresa Andrés Gonzalvo o Amaia Salamanca, eligen Joyas Antiguas Sardinero para sus eventos más importantes. «Ellas vienen a nuestra joyería para buscar una pieza especial que capte todas las miradas. Se dejan asesorar por nosotros porque, aunque suelen tener una idea acorde con sus looks, al final se acaban llevando la joya que más ha llamado su atención a primera vista y que será el complemento ideal y el más elegante».

El consejo de Pilar para una persona que quiera comprar o regalar una joya vintage es que acuda a una tienda especializada donde puedan asesorarle y explicarle qué valor tiene la pieza que va a adquirir. Pero lo imprescindible es pedir una factura donde se explique detalladamente qué es lo que están adquiriendo, el material de la pieza, las piedras, los quilates y el precio.

Para cuidar las joyas y que duren eternamente, la principal recomendación es simplemente manipularlas con cuidado y mimo, y limpiarlas con agua y jabón neutro. Si fueran necesarios otros mantenimientos es mejor preguntar al profesional, que indicará los pasos a seguir.

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