La «luz esencial» de Paula Varona

Su mirada pictórica supone un lugar en el mundo. De la ciudad al mar, y viceversa, su creación ha trazado singladuras y trayectos de ida y vuelta en los que la figuración, el paisaje, el realismo fotográfico o el impresionismo dialogan y reinventan la geografía más ajena o la más familiar. En este verano, en el que Santander se postula como capital del arte y ciudad de referencia expositiva, Paula Varona propone un viaje denso e íntimo, cómplice y pasional por los Mares del Norte. Sus cuadros han convertido los salones y estancias principales del Hotel Real en un ecosistema de esa pintura que acerca con enigma y cuidado formal las señas de identidad inasibles que se esconden en todo paisaje. Varona (Málaga, 1963), galardonada con la Medalla de Honor en el Premio de Pintura BMW, presentó el pasado año en la Casa de Vacas del Parque del Buen Retiro una colección de pintura inspirada en las calles de Madrid. Fue una de las citas más celebradas de una artista cuya coherencia estética se ha traducido en un lenguaje pictórico propio, intenso, con un gran sentido de la comunicación.

La pintora malagueña, que vivió en Cádiz, educó su mirada en Londres donde profundizó en su iniciático desembarco artístico. Pasó por la Foundation Course de la Heatherly School of Art, primero, y luego por el Art Degree, Saint Martins School of Art, hasta 1988. Su itinerario de formación discurrió también por Japón y Estados Unidos, hasta su regreso a España. Entre Madrid y Santander, donde presenta su obra hasta el 15 de agosto, su querencia por los paisajes urbanos y el mar, su vínculo con el espectador/visitante se mantiene a través de una plástica humana, donde confluyen ideas, sensaciones, proporciones. Aunque sus mares se pueden contemplar en el histórico hotel santanderino desde hace más de diez días, será el próximo lunes, 4 de agosto, cuando se celebre la puesta de largo oficial de su ambiciosa muestra, un itinerario que refleja su personalidad visual. Varona, que cuenta con obras en fundaciones españolas y extranjeras, como BBVA, Caja Madrid o Vodafone, en museos y colecciones privadas, ha expuesto su obra en numerosos países, de India a Portugal, y en capitales como Londres, Madrid y Lisboa.

¿Cómo ha articulado esta exposición?

He nacido frente al mar, y desde siempre he tenido una especial vinculación con ese escenario. En este caso he querido hacer una exposición monotemática, sobre temas del mar, especialmente del Cantábrico y del Atlántico.

Santander como ciudad se encuentra en un momento de transformación. ¿Cuál es su mirada sobre ella?

Tengo una mirada muy positiva sobre la ciudad y su entorno. En esta exposición me he centrado en lo que más siento de esta ciudad a la que considero como un bellísimo balcón al mar.

La bahía muchas veces devora estéticamente cualquier intención urbana. ¿Eso ha pesado en sus obras?

La bahía de Santander efectivamente tiene un peso importantísimo para la ciudad, y también para mí como artista. Creo que eso queda reflejado en parte de mis cuadros.

¿Por qué se ha decantado por tres geografías para integrar su muestra?

Porque al hacer una exposición monotemática, he elegido tres lugares que tienen una vinculación muy especial para mí, como es Santander, Comillas y los Hamptons en Estados Unidos.

¿La luz es el mayor desafío a la hora de adentrarse en los paisajes?

La luz es esencial. Es un elemento importantísimo y siempre ha sido esencial en mi obra. Me interesa tanto que puedo pintar un mismo lugar, a diferentes horas del día, y en diferentes estaciones del año.

Como artista de larga trayectoria, ¿qué le ha aportado esta aventura con Cantabria como escenario dominante?

Siempre he pintado el mar. Esta vez, ha sido un descubrimiento su integración con la ciudad. El embarcadero, el faro, la bahía en distintos momentos del día y la noche.

Tras unos años de incertidumbre, la pintura vuelve a ser reivindicada. ¿Conserva idéntica modernidad ?

Por supuesto que sí. La pintura sigue existiendo y lo hace cada vez con más vitalidad.

¿Qué le supone profundizar en las ciudades como territorio de su obra?

Desde siempre me ha atraído el paisaje urbano, una permanente constante en mi trabajo.

Para quien se mire en la bahía de forma cotidiana, ¿qué puede aportarle descubrir sus cuadros?

En principio, cada persona tendrá una mirada diferente sobre mi obra. Me gustaría por ello que la gente descubra mi mirada y que esta le aporte algo que ya estaba ahí, y que antes no habían visto.

¿Cómo define su relación con la pintura?

La obra de cada artista es su forma de interpretar el mundo y de comunicarse con él.