"García Márquez hacía periodismo narrativo antes de que Capote escribiera su novela"

Abello matizó que, si bien el maestro colombiano se declaró contrario a las formas imperialistas de Estados Unidos, no desdeñó su cultura. Apuntó al 'Hiroshima', de John Hersey (un imponente reportaje sobre la catástrofe nuclear); a Hemingway, Faulkner, a Woolf... De hecho, un centro norteamericano, la Universidad de Texas, custodia y ha abierto el enorme archivo del escritor colombiano.«No me extraña que el archivo documental lo haga con esta universidad, que no solo tiene uno de los mejores fondos bibliográficos sobre América latina, sino series sobre Faulkner o Hemingway, sus padres literarios», expresó Abello.

En la charla, Lana recondujo la conversión e introdujo la dimensión política de Gabo. «Vamos a volver a 1959. Fidel entra en La Habana. Él es un hombre de izquierdas.» De izquierdas, pero «comprometido y nuca alineado con el poder». Gabo se involucró con la causa cubana, intimó con Castro, y en la isla trabajó en la agencia Prensa Latina. A pesar de eso, «fue un hombre que no quiso ideologizarse. [...] Fue independiente y fiel a sus principios», añadió Abello.

García Márquez trabajó como redactor, cronista, como crítico de cine, fue corresponsal y enviado especial en destinos diversos. Soñó con crear el periódico total, en el que las crónicas, las noticias y los reportajes reinarían en las páginas, y en el que los editoriales y las columnas de opinión serían la excepción. En 1998 se embarcó en su último proyecto, la revista 'Cambio', porque Gabo también fue emprendedor.