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Lola Gallardo
Domingo, 26 de junio 2016, 08:18
Fernando Colomo lleva casi cuarenta años detrás de las cámaras. Esta semana viaja hasta Santander para presentar Isla Bonita, uno de sus proyectos más personales. Será el viernes, en la Filmoteca, en el marco del Festival de Cine y Arquitectura (22.00 horas). En este, su vigésimo título, cuenta la historia de Fer, papel que interpreta el propio Colomo, un publicista que llega a Menorca para pasar unos días con un amigo y rodar un documental.
Isla Bonita le ha acercado muchos triunfos, dígame cómo surgió este proyecto.
En 1983 hice en Nueva York, La línea del cielo, que fue un experimento porque solo había un actor profesional, Antonio Resines. Se hizo sin guión. Siempre tuve ganas de volver a realizar un experimento igual y se me ocurrió hacerlo en Menorca. Es un documental ficcionado, con toques de comedia y muchos líos. Rodé con un equipo mínimo y los actores nos ocupábamos de nuestro propio vestuario.
Hacer una película de cine con cero euros de subvención ¿no es muy arriesgado?
Es una película que no ha recibido ni un solo euro. Ni antes ni después.
¿Y eso que dicen de que los directores de cine son millonarios?
Sí, parece que es un tipo que manda mucho, y la verdad es que en las películas americanas, tiene un poder enorme, pero en proyectos como Isla Bonita, yo hice de guionista, productor, director y actor. La colaboración de todo el equipo ha sido tal y no resultó nada complicado rodar. Incluso hemos terminado antes de lo previsto.
¿Cómo resume la experiencia?
Fantástica. He tenido una libertad total. Cuando yo empecé, las películas eran baratas porque no había ayudas previas, se concedían a posteriori. Todo era muy baratito, pero tenía la ventaja de trabajar en libertad y nadie se metía en el rodaje. Luego llegaron los presupuestos y las televisiones que, como ponen dinero, opinan. Yo me puse a escribir Isla Bonita cuando recolecté 70.000 euros. Fue un mes antes del rodaje. Lo bonito ha sido que la película se ha hecho al ritmo creativo que necesitaba, sin depender del tema económico. Tienes la idea, tiras para adelante y tomas decisiones sobre la marcha. De hecho, hice una cosa que no había hecho antes y ha sido rodar los veinte minutos del final de nuevo seis meses después de acabar el rodaje. Eso ha sido un lujazo que solo se puede hacer en un proyecto tan independiente.
He leído que es su película más personal, ¿por qué?
El personaje que interpreto es una especie de alter ego de mi parte más patética. Siempre es más divertido meterse con uno mismo.
¿Cuál es su escena favorita?
La discusión final de Olivia con los dos chicos, porque me parece que están impresionantes los tres.
Regrese a sus inicios como director y cuéntenos.
Empecé en 1977 con Tigre de papel. Isla Bonita tiene un cierto parecido con ella porque las dos son muy naturalistas, tienen muchos diálogos y una parte biográfica mía. Son dos películas bastante realistas y las dos se han hecho con total libertad, nadie ha impuesto nada.
Viene a Santander al Festival de cine y Arquitectura, ¿qué nos va a contar?
Hablaré de la relación del cine con la arquitectura, dos artes que me gustan mucho y que tienen muchos puntos en común.
¿El cine sigue en crisis o sale adelante?
El cine siempre ha estado en crisis y siempre estará en crisis. Vivimos en una crisis permanente. Y el Iva cultural no ayuda nada. Al final se trata de conseguir que el espectador se gaste su dinero en el cine. Es un lujo del que se puede prescindir, del pan no. Aunque es una pena porque el cine es alimento para el espíritu.
¿Qué supone el cine en su vida?
El cine es mi vida y la arquitectura fue un medio para llegar al cine. Mi primera película la hice con unos ahorrillos y ayudas de amigos.
Veo que siempre le gustó el riesgo. No es algo de ahora.
Sí (ríe). Porque he tenido la suerte de que tenía muy claro lo que me gustaba.
Dígame su película favorita.
Siempre fue La linea del cielo, pero ahora diría La línea del cielo e Isla bonita.
¿Qué película le gustaría rodar?
No tengo ninguna historia concreta que se me quedara bloqueada. Para bien o para mal he sacado adelante casi todos mis proyectos.
¿Qué necesita el cine?
El cine lo que necesita son espectadores. Y para eso, el Iva cultural no puede estar en el 21%, que es una salvajada, teniendo en cuenta que el cine porno está en el 4%. Es grotesco.
Terminemos con un mensaje para los jóvenes.
Que sean constantes y auténticos, que no copien. Yo veo que ahora entre los jóvenes hay mucho mimetismo. Hay que buscar la originalidad y hacer cosas que te toquen, no lo que está de moda.
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Ana del Castillo
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