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yexus
Miércoles, 29 de junio 2016, 07:30
Resulta indiscutible la relevancia de la ciencia-ficción como género especialmente indicado para la narrativa que se apoya en soportes audiovisuales. En el cómic ha sido un factor decisivo para forjar algunos de sus más duraderos mitos y continúa siendo una herramienta capaz de ... maravillar a los lectores con sus inagotables propuestas de futuro.
Diversos creadores de primera fila siguen materializando tales fantasías, como certifican las siguientes novedades.
Para empezar, un guionista que acostumbra a aplicar una vuelta de tuerca a las posibilidades que brinda la ciencia y la tecnología es Warren Ellis. Siempre va un paso más allá en sus ideas, sin ser una excepción la teoría que construye en Orbitador. Y Colleen Doran es la dibujante ideal para plasmar con precisión y verismo esta odisea que se inicia con la llegada a la Tierra de una lanzadera espacial desaparecida muchos años antes. Otro guionista que igualmente asombra con sus propuestas es Mark Millar, que en esta ocasión lo consigue con Starlight. Narra la historia de un piloto que se convirtió en el héroe de una dimensión fantástica pero en la Tierra es ya un sexagenario que acaba de perder a su esposa y a quien nadie toma en serio. Goran Parlov pone imágenes a este relato deslumbrante y espectacular.
Jeff Lemire, por otra parte, cambia radicalmente de escenario para trasladar al lector a una civilización interplanetaria. Descender es el título de esta obra, donde una amenaza cibernética está a punto de cambiar el destino de la humanidad. El autor de la trilogía Essex County (considerada la mejor novela canadiense de 2011) escribe aquí una intrigante y fantástica odisea puesta en imágenes con evocadora sensibilidad por Dustin Nguyen.
Distopías
Un mañana catastrófico es el objeto argumental de Suicidas, serie con la que debuta como autor completo el aclamado dibujante Lee Bermejo. Se centra en la ciudad de Los Ángeles, reconstruida tras un terremoto devastador y regida por grandes corporaciones que han convertido los combates a muerte en fabulosos espectáculos mediáticos. Aunque la miseria y la corrupción afloren por todos los resquicios.
Incidiendo igualmente en el porvenir distópico pero con un tono más ligero se publica también Un futuro sin estrellas, donde Ralf Meyer, Bruno Gazzotti y Fabien Vehlman tejen una estimulante fábula acerca de la manipulación del ayer para asegurar el beneficio del mañana. Pero las posibilidades se multiplican y las consecuencias son inciertas cuando los propios personajes evolucionan en direcciones opuestas a las que deberían transitar.
Orbitador
El visionario Warren Ellis plantea la posibilidad de una asombrosa crisis científica en base a una premisa inexplicable: el regreso de un transbordador espacial desaparecido hace 10 años. No hay tripulación, con la excepción de un piloto en plena crisis psicótica, la tecnología del aparato es completamente nueva y la nave parece estar recubierta de ¿piel? Doran refleja con verosimilitud el proceso de investigación pero también despliega espectaculares páginas que muestran lo que pudo ser y lo que será. El equipo de expertos afronta una dura prueba psicológica mientras todo tipo de estudios, teorías y especulaciones científicas apuntan hacia una propuesta de futuro tan atrevida como maravillosa.
'Starlight'
Duke McQueen fue el héroe de un planeta lejano pero en la Tierra es solo un jubilado tachado de visionario que no importa ni a sus propios hijos. Cuando fallece su esposa le queda muy poco en la vida hasta que aterriza en su jardín una nave cuyo piloto le ruega que regrese a su mundo para salvar de nuevo al universo. Millar construye un fabuloso espectáculo que rinde homenaje a la space-opera al estilo de Flash Gordon, Edgar Rice Burroughs y los clásicos del pulp. Mientras el croata Parlov despliega una rica imaginería, con un estilo reminiscente de Moebius, que recrea toda una civilización fantástica repleta de maravillas. Abunda la acción, los villanos y los héroes a la antigua usanza.
Descender
Primer tomo de una aventura interplanetaria situada en un remoto e indescriptible futuro. El Consejo Galáctico Unido se ve amenazado por unos colosales autómatas de intenciones desconocidas pero letales, lo que origina una odisea en la que interviene un genio de la robótica, un androide infantil superviviente de una catástrofe y una oficial inflexible con las órdenes muy claras. Extraños personajes y mundos se suceden en este argumento donde casi nada resulta ser lo que parece. Las suaves acuarelas de Nguyen describen con un tono evocador la grandeza del espacio y los misterios de tecnologías fantásticas mientras los acontecimientos sugieren intrigantes preguntas y ofrecen temibles revelaciones.
Suicidas
La ciudad de Los Ángeles ha renacido tras un terremoto devastador y se ha independizado de los Estados Unidos mientras la desigualdad social se incrementa hasta límites insostenibles. En este contexto, poderosas corporaciones sojuzgan a las masas programando espectaculares combates a muerte que convierten a sus campeones en ídolos multimedia, seres muy cercanos a la corrupción que origina el poder absoluto. Bermejo emplea un dibujo realmente espectacular, a la vez vigoroso, inquietante y oscuro, para narrar la génesis de El Santo, luchador envuelto en un pasado misterioso cuya existencia genera dinero, ambición y crimen. La obra plantea un futuro sobrecogedor descrito con un realismo impactante.
Un futuro sin estrellas
Un ingeniero inventa una máquina para viajar al pasado y evitar la tiranía tecnológica que asola su mundo. Pero como no puede dañar al responsable decide reorientar su trayectoria juvenil, potenciando sus frustradas aspiraciones literarias. El empeño no es fácil, dado el escaso talento del futuro líder, por lo que el protagonista se convierte en un negro que concibe fantásticas novelas para consagrar al inepto que podría convertirse en el azote del futuro. Meyer y Gazzotti dan forma visual a estas originales historias, que hablan de adictos a los videojuegos, experimentos biológicos, niños prodigio deprimidos, naves espaciales pobladas por espectros y telenovelas usadas como armas disuasorias.
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