Dos horas enterrado en la playa

Sus dos últimas obras se han tomado en Santander y una de ellas con la colaboración de ocho creadores cántabros y ante la vista de los decenas de bañistas que se encontraban en la playa de Mataleñas.

La acción lleva por título 'La marea' y está basada en la creencia taoista de una solidaridad absoluta entre el hombre y la naturaleza y «contraria al pensamiento occidental» en el que el hombre se considera «superior» al medio natural.

De todas los arenales de la región sintió un vínculo especial con la playa de Mataleñas y allí acudió ayer apenas pasadas las nueve de la mañana para realizar este trabajo y disfrutar de la experiencia. El resultado pasará a formar parte de su próxima exposición.

A Cang Xin le gusta trabajar con artistas locales, así que ayer contó para 'La marea' con Claudia Iza, Víctor Alba, Seila Fernández Arconada, Paula Díaz y Elena Benito a los que se unieron los comisarios Susana Sanz, Carmen Lascurain y Antonio Falco. Para algunos era la primera vez que participaban en una performance, pero no quisieron perder la oportunidad de formar parte de la foto de «un artista único» que dará la vuelta al mundo. Y eso que el 'posado' no era fácil.

La acción consistió en cavar un hoyo en la arena y enterrar medio cuerpo a la espera de las olas. Una actitud que recuerda a los juegos de los niños en la playa, casi una acción primaria de comunión con el entorno natural.

Cada uno de ellos hizo su propio espacio porque era importante que cada uno buscara su lecho en la naturaleza, según les explicó Cang Xin, quien también decidió el orden, una espiral que él encabezaba. A las diez ya estaban todos en su sitio. Serios y concentrados. El protagonista aguantó hasta las doce y media, cuando las olas ya casi le tapaban.

«Ha sido una experiencia increíble pues cuando ha subido la marea he sentido el abrazo del mar Cántabrico en mi cuerpo», afirmó al salir del agua. La espera fue dura y él mismo reconoció que había tenido que hacer un gran esfuerzo de concentración para aguantar el azote del agua sin cambiar de posición.

Los creadores cántabros se levantaron antes, alguno de ellos con calambres o quemados por el sol y todos ellos con bastante frío por estar tanto rato bajo la arena mojada, pero muy satisfechos con la experiencia realizada.

Oportunidad única

El pintor Víctor Alba, que fue el primero en salir, reconoció que pese a la expectación que suscitó la performance entre los bañistas de Mataleñas había podido concentrarse e incluso sentido esa «conexión» con la playa y la arena que pretendía Cang Xin.

La también pintora Claudia Iza, que como Víctor Alba tampoco había participado nunca en una acción de este tipo, reconoció que en cuanto se le planteó la posibilidad de formar parte no dudó en aceptar. «Ver como trabaja este artista y estar en una de sus performances es algo único que no se puede rechazar».

Ambos coincidieron en que estar siendo observados por el público no les había incomodado tanto como se temían en un principio. «Al contrario al final empatizas con la gente que te viene a hablar o a hacer fotos, porque yo mismo también me preguntaría que hacen esos en la arena», señaló Víctor Alba.

Otra de las participantes la artista Elena Benito ya había formado parte de otra acción de arte en vivo, pero como el resto del grupo no quiso perder la ocasión de trabajar con el 'chaman'. «Ha sido una experiencia muy diferente, muy positiva, y además creo que no se ha podido elegir un sitio mejor», explicó.

Entre el público que se acercó a seguir la intervención se encontraba Mónica Álvarez Careaga, comisaria junto a Susana Sanz de la 'El cuerpo en la naturaleza', la retrospectiva que se puede contemplar en la Biblioteca Central; Juan Riancho, director de Artesantander o el galerista Juan Silió.

El fotógrafo cántabro Miguel de Arriba captó imágenes de todo el proceso, desde que comenzó la acción hasta que el agua casi tapa al performer. Una de esas imágenes será la elegida por Cang Xin y la que finalmente se sumará al resto realizadas por todo el mundo.

En Cabo Mayor

La de ayer no es la única obra del artista quien este fin de semana realizó otra acción en Cabo Mayor aunque esta vez en solitario. También frente a la aguas del Cantábrico, un mar que le atrae especialmente por su «limpieza» y su bravura.

Cang Xin está considerado como una de las figuras claves del arte chino actual. Performar, fotógrafo, escultor y diseñador. A lo largo de sus más de dos décadas de carrera creativa ha sido testigo, sino protagonista activo de los grandes cambios sociopolíticos y culturales de China. Con formación musical, rápidamente empezó a pintar de forma autodidacta y fue uno de los protagonistas de los movimientos estudiantiles de 1989, lo cual le costaría el exilio hasta que en 1993 pudo regresar a Pekin y se instaló en el célebre pueblo de artistas del East Village: el caldo de cultivo del arte contemporáneo chino.