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yexus
Miércoles, 27 de julio 2016, 08:09
La potencia creativa de los creadores españoles queda enteramente de manifiesto en las siguientes obras, cinco títulos de perfecta factura argumental y gráfica servidos por autores de primera fila. Entre ellos, Fidel Martínez, que tras dibujar Cuerda de presas, Enviado especial y Hacerse nadie con guiones de Jorge García, firma su primer libro en solitario: Fuga de la muerte, un acercamiento biográfico y emocional al poeta rumano Paul Celan y su obra.
En sus obras suele ser importante el pasado, el recuerdo y la propia identidad, ¿no? ¿Qué papel juega la memoria histórica?
Esas tres constantes que tan bien ha sabido detectar se articulan a lo largo de la gran mayoría de mis obras de madurez en torno al concepto de memoria, fundamentalmente desde su relación con la historia. Memoria histórica como instancia que actualiza el pasado, que completa ese relato manipulado y adulterado que es la historia, rescatando a las víctimas del olvido, haciendo que ocupen el lugar que como seres humanos les corresponde por derecho, y de este modo, dignificándolas y redimiéndolas.
¿Cuándo y por qué se decide a escribir su propio guion?
Se trata de una decisión siempre presente, que nunca había resuelto tomar por completo hasta el momento de acometer este libro. Más que como dibujante, que es la faceta en la que mayormente me he prodigado en los últimos años, siempre me he concebido como narrador gráfico. Pese a ello no me arrepiento en absoluto de mis colaboraciones, la más estrecha junto al guionista Jorge García. Si algún mérito tiene mi obra en este aspecto se debe en gran parte a su influencia.
¿Cómo valora su evolución gráfica desde Cuerda de presas hasta Fuga de la muerte?
Percibo una evolución enmarcada dentro de unos registros siempre expresivos, con tendencia a un acusado contraste del blanco y negro, que se adecúa a esa finalidad de contundencia, esencialidad e inmediatez que me gusta otorgarle a mi dibujo.
En esta obra, ¿acusa las influencias visuales de la época en que transcurre el argumento?
En Fuga de la muerte existe un referente visual inapelable que es el expresionismo alemán, un movimiento artístico y cultural que en su época se opuso a la estética defendida por el nazismo, basada en preceptos clásicos, idealizada, grandilocuente, desnaturalizada y, en consecuencia, deshumanizada.
¿Qué recuerdo guarda de su editor, Paco Camarasa, fallecido la semana pasada?
Tengo el recuerdo de una persona amable, cordial y siempre comprometida e ilusionada, pese a las dificultades impuestas por la enfermedad que padeció durante sus últimos años. De su labor como editor se desprende un catálogo amplio y variado que contiene algunas de las joyas de la historieta española contemporánea. Estoy seguro de que, en este medio, muchos de nosotros vamos a echarlo de menos.
Fuga de la muerte
El temor y la angustia vital son parte indisociable de la existencia, e incluso de la obra, del poeta rumano Paul Celan. El marco histórico-geográfico que limitó su azarosa vida es una lucha constante por la supervivencia y Fidel Martínez ha sabido plasmar esa pugna entre la sensibilidad y el horror con inteligencia y mano maestra. Primero el yugo soviético y después la bota del nazismo destruyeron las esperanzas del joven protagonista, no solo como judío que logró eludir el exterminio sino como idealista que perdió su fe en la revolución proletaria. El soberbio grafismo es esencial para asimilar esta experiencia, un pincel enérgico de tintes expresionistas que define las luces y sombras del alma.
El tríptico de los encantados
Un encargo del Museo del Prado permite al autor indagar en la singular obra del Bosco cuando se cumple su quinto centenario. Siendo su artista favorito, no extraña que en este álbum materialice un trabajo tan ingenioso como exquisito. El dibujante elabora una cuidadosa «pantomima» basándose en tres obras esenciales del pintor flamenco: Extracción de la piedra de la locura, Las tentaciones de San Antonio Abad y, sobre todo, El jardín de las delicias, un prodigioso despliegue visual que sintetiza la inimitable imaginería del artista y certifica la genialidad del dibujante. Max recrea el universo delirante y surreal del Bosco con un grafismo sintético y elegante en una edición impecable.
Presas fáciles
Prado cambia las melancólicas ensoñaciones de sus anteriores obras por la más cruda realidad en este álbum que comienza con una trama policiaca y termina siendo un duro alegato social. El asesinato en serie de diversos empleados y dirigentes bancarios motiva una investigación a cargo de los inspectores Tabares y Sotillos, proceso que paulatinamente deja al descubierto una realidad tan injusta como vergonzosa relacionada con las llamadas «acciones preferentes» y los desahucios abusivos. Ambientada en una ciudad gallega, el autor maneja con soltura y verosimilitud esta trama de fuertes implicaciones emocionales que le permite describir con precisión una tragedia cotidiana de palpable vigencia.
Como viaja el agua
El aclamado guionista de Blacksad y del nuevo Corto Maltés debuta como autor completo en esta obra. Narra una historia de tipo costumbrista que abarca tres generaciones de una misma familia: el abuelo es un viejo cascarrabias que tiene problemas con la ley; el hijo es un forense cercano a su jubilación; y el nieto es un voluntarioso joven a punto de ser padre. Pero el precario equlibrio que mantiene sus relaciones se rompe cuando comienzan a aparecer ancianos asesinados Canales plantea un misterio mientras reflexiona sobre lo ineludible del destino, algo que hace con un dibujo naturalista que define personajes arrancados de la propia vida a la vez que recrea un Madrid plenamente reconocible.
Los dientes de la eternidad
Cuando el culto de los mitos nórdicos retrocedía ante el influjo del cristo blanco transcurre esta historia que revisita literal y figuradamente el ragnarok o crepúsculo de los dioses. Un viejo guerrero noruego se verá implicado en este cataclísmico conflicto mientras intenta expiar un antiguo pecado. Demonios, héroes y monstruos desfilan por una historia que se mueve entre la épica y la lírica donde el capítulo gráfico es espectacular. Porque Rico rehúye el prototípico realismo para experimentar con una mezcla de tradición y modernidad que abunda en recursos expresivos: gran riqueza de texturas, geometrías atípicas y excitantes colores, además de una fértil imaginería repleta de símbolos.
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