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Lola Gallardo
Domingo, 18 de septiembre 2016, 08:38
Tricicle, el trío humorístico formado por Paco Mir, Joan Gràcia y Carles Sans, inaugura la temporada de otoño del Palacio de Festivales de Santander con su espectáculo Hits, un recopilatorio de los mejores sketches en sus casi 40 años juntos desde que empezaran con sus ... actuaciones en los lugares más alternativos de Barcelona hasta consolidarse en los mejores escenarios del panorama nacional.
Un montaje de 105 minutos para que el público ría hasta que sus pulmones no puedan más. «Siempre hemos trabajado a ritmo de videoclip, pero en este espectáculo todavía más, porque algunos números los hemos recortado para que quepan más», aclara Paco Mir. Los cuarenta sketches están colgados en su página web para que el público de cada ciudad por donde discurrirá la gira pueda elegir cinco.
Casi cuarenta años sobre los escenarios. ¿Supongo que hay mucho que contar no?
Santander va a ver lo mejor de lo mejor. Tenemos tanto mejor que hemos tenido que reducir y hacer una selección de lo mejor. Hemos reducido los números originales, de modo que no hay nada de paja. Vamos a los gags redondos, sin andarnos por las ramas. Todo lo que se ve da mucha risa.
¿Podrá aguantar el público tanta risa?
El público tendrá problemas, seguro. Es el espectáculo más largo que hemos hecho y a la gente se le pasa volando. Estamos a veces hasta media hora más.
¿Qué quiere decir el título Hits?
Es el acrónimo de Hitos Ingeniosos, Teatrales Sobresalientes. El nombre no engaña, contiene lo mejor de Tricicle, o casi, porque por fuerza hemos tenido que dejar algunos sketches, que seguramente alguien encontrará a faltar, a pesar de ser el más largo de todos los espectáculos. El nombre lo dice todo, son los Hits de Tricicle, entre ellos la canción de Julio Iglesias Soy un truhán soy un señor... Hay cosas que se han quedado en la memoria colectiva.
¿En qué se basaron para seleccionar sus mejores trabajos?
Cuando hicimos Tricicle 20 teníamos menos espectáculos y el público eligió los veinte mejores. En este caso hemos seleccionado cuarenta y el público de cada localidad, a través de la página web, puede seleccionar cinco. Siempre hemos trabajado a ritmo de videoclip, pero en este espectáculo todavía más, porque algunos números los hemos recortado.
El espectáculo entonces es diferente en cada lugar.
No mucho, hay pocas variaciones de un lugar a otro. Casi que somos nosotros los que variamos el montaje para que no sea igual.
¿Hay humor en este país?
Siempre hubo humor, aunque en nuestro país es un humor más de hacer la puñeta y de joder al otro. Esa risa picaresca, hijoputesca... no es irónica o de reírse de uno mismo, es más bien reírse porque estás jodiendo al otro. Es un humor agresivo que lo llevamos en la sangre, igual que otro tipo de humores. Este país es el del humor del jódete. En otros países como Francia, no gusta nada este humor del jódete y les deja muy fríos, lo ven como algo con muy poca educación.
¿No funciona mejor el humor cuando nos reímos de nosotros mismos?
Efectivamente, ese humor te abre muchas puertas. Un payaso se ríe de sí mismo. El público tiene dos opciones, o cree que lo que le pasa al payaso o al humorista también le pasa a él o a su vecino. El muchas veces no se ve, ve la paja en el ojo ajeno pero no la viga en el propio.
¿Cómo se puede hacer reír durante tantos años? ¿Cuál es la clave?
Porque vamos al interior de las personas, a los sentimientos más básicos y primarios. Son los que nos afectan a todos: ricos, pobres, de izquierdas, de derechas, niños, mayores... Estas sensaciones de amor y odio, problemas con uno mismo y con el mundo. Por ejemplo, si tienes un problema con un parquímetro te da igual ser joven o mayor, de izquierdas o de derechas y esa es la gracia, que le pasa a todo el mundo. Basarnos en cosas tan pequeñas es lo que nos hace tan potentes.
¿Tricicle se despide con esta gira? No me lo creo.
Nosotros tampoco mucho. Lo vamos diciendo por si acaso (ríe). Nos lo estamos pasando muy bien, sobre todo porque hemos recogido cosas que hacía mucho tiempo que no hacíamos y ver que funcionan tan bien, igual que hace más de treinta años, es sorprendente. Lo que es curioso es que las cosas antiguas nos cuesta menos hacerlas que las de ahora. Lo que hacíamos antes nos parece más sencillo. Sin querer nos hemos ido complicando la vida.
¿Qué va a pasar entonces después de la gira?
Seguiremos haciendo lo mismo, posiblemente. El genio base, como nosotros, hace una cosa muy bien a lo largo de su vida y su éxito está en repetirla bien cada día. Este es el éxito de un artista.
¿Cuándo supo que sabía hacer reír?
Desde pequeño. Recuerdo algún momento de payasete en la familia. Siempre quise también dibujar cómic y chistes.
¿Cómo son sus compañeros de Tricicle?
Ha sido una experiencia vertiginosa. Todo ha pasado muy rápido. Son casi cuarenta años y cuando lo dices no te lo acabas de creer, porque cada día empiezas. En un drama te aplauden más o menos, y si no les gusta tosen más o hacen ruido. Pero en un espectáculo de humor ofreces 300 o 400 ocasiones en las que la gente tiene que reírse y no puedes salir y hacerlo de cualquier forma. El humor es blanco o negro, lo haces bien o mal, la gente se ríe o no se ríe. Es muy cruel porque un humorista no cuenta victorias, cuentas los errores, no los aciertos.
Ha cambiado la forma de hacer humor en estos años?
No, porque seguimos hablando de los problemas básicos. Lo que ha cambiado son las tecnologías. Hay un número del año 1984 que eran unos ejecutivos con una maleta maravillosa de la que salía un fax. Si ahora sacas un fax de una maleta, muchos se pueden preguntar qué es eso. Es ciencia ficción, pero al revés. Nos adaptamos a las tecnologías. Si a un niño de ahora le sacas un teléfono de girar el dial, no sabe qué es. Tienes que utilizar el móvil. Lo básico del humor es que la gente te entienda, hacer un broma y que te entiendan. Si es muy nueva, hay que ensayar para que se rían. Lo típico del humor es la rutina de las tres veces: tropiezas con un alfombra y te caes, a la segunda vez igual y, la tercera, cuando la gente sabe qué pasa, pisas fuerte y no te caes.
¿A qué se hubiera dedicado si no hubiese sido humorista?
Dibujante de humor. Siempre quise serlo y me saqué el título.
¿Qué hubiera sido de Tricicle hace cuarenta años con las nuevas tecnologías que hay ahora?
Tendríamos más vida en la red que ahora, en YouTube, lo cual implica un trabajo enorme. Exige tiempo y ganas, y las ganas las da la juventud.
Elija un sketch. ¿Cuál es el que más le ha gustado?
Tenemos más de cien... No sabría decir uno, los disfruto todos. Eso sí, tengo alguno que no quiero hacer. Recuerdo uno en el que estábamos disfrazados de gordos, con unos rellenos llenos de humedades y era horroroso.
Tricicle ha creado escuela, ¿cómo ve a los jóvenes humoristas?
De teatro de humor gestual no hay mucha cantera, hay canterilla.
Para terminar dígame cuál es el truco para llegar tan alto y mantenerse tanto tiempo.
No hay. Pero si tengo que pensar en ese truco diría que la dedicación al espectáculo y al hacer reír. La entrega y que la gente nunca sale decepcionada. Nadie se queda indiferente.
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