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Diego Castaño y José Ramón Sánchez. El ensayista y el artista.
José Ramón Sánchez, acróbata de sueños

José Ramón Sánchez, acróbata de sueños

Ve la luz un ensayo poético que traza una "perspectiva múltiple" del ilustrador y pintor santanderino

Guillermo Balbona

Viernes, 9 de diciembre 2016, 11:25

Su origen es académico. Su objetivo pasional. Y su escritura el fruto de un estudio humano antes que analítico sobre la figura de José Ramón Sánchez, su figura y su huella. Un ensayo, que en su germinación en la Universidad de Salamanca sorprendió por sus raíces y fundamento poético, que ahora ve la luz como un nuevo paso en la reivindicación del ilustrador, pintor y dibujante cántabro, Premio Nacional. El autor es Diego Castaño quien, a partir de varias entrevistas con el artista, "desgrana una perspectiva múltiple del ilustrador cántabro y de la importancia que ha tenido en las generaciones posteriores". El resultado, que se presenta en su condición de libro, es José Ramón Sánchez: el acróbata de los sueños. El Pentágono Mágico, obra de Ediciones Valnera, con la colaboración de la Consejería de Cultura, que será presentada en Santander el próximo día 16 en la librería Estvdio.

  • José Ramón Sánchez el acróbata de los sueños. El Pentágono Mágico.

  • Autor Diego Castaño López. Editorial

  • Otros datos.

  • 52 imágenes en color y 8 en blanco y negro. Páginas 96. Tirada

  • En síntesis.

  • El autor combina el análisis, el testimonio directo y la entrevista para profundizar en la biografía personal y artística del ilustrador cántabro y ahondar en toda su vida.

Es la radiografía, a su vez ilustrada, de una obra plural sobre muchas otras. El José Ramón ilustrador asoma en toda su rotunda identidad en la definición que traza Castaño: "Habla con ese lenguaje genérico y atemporal que es la ilustración y dialoga también a través de los libros que un día lo sedujeron. Y es que en él todas las veredas se encaminan al coloquio con la imagen y a la ligazón con la palabra".

El propio editor, Jesús Herrán, subraya que el libro recoge el texto del Máster en Estudios Avanzados en Historia del Arte que leyó Diego Castaño López en la Universidad de Salamanca el pasado verano. Un trabajo que tuvo como tutor a Eduardo Azofra y fue calificado con Matrícula de Honor tras recibir "unas valoraciones excepcionales". La obra es un ensayo. "Pero con un matiz importantísimo, que sorprendió por su novedad a los profesores de la Universidad que la calificaron de atípico, escrito con una prosa poética de muy elevada calidad literaria y con una implicación emotiva del autor que lo alejan del frío concepto del ensayo tradicional".

El autor del estudio (1975, Valladolid), historiador y profesor de Enseñanza Secundaria, explica los factores y elementos que singularizan su trabajo: "Además de profundizar en una vasta bibliografía, el sedimento metodológico es el encuentro directo, porque la entrevista teje un territorio donde el testigo de primera mano va pespunteando el relato, territorio que propicia lo que debería haber permanecido oculto o aquello que había pasado desapercibido. Es casi, pues, un ejercicio donde aflora lo oculto: el testigo de primera mano". Y recalca que se trata de la historia de una vida "por la que, y gracias a su obra inmarcesible, José Ramón Sánchez ha transitado de forma más sabia, más entusiasta, más acreedora de ser vivida y, naturalmente, contada".

A través de esos encuentros, Castaño profundiza en la biografía personal y artística del ilustrador cántabro y analiza toda su vida: "los años de infancia en Barrio Camino, la querencia por el cine, el trabajo en los Estudios Moro, la época de la televisión, las primeras exposiciones, los éxitos madrileños y el regreso definitivo a Santander". Y a ello suma el análisis de cada una de las obras que componen lo que el artista llama su pentágono mágico, que surge de su particular relación con los libros y la lectura. A su juicio, la literatura para José Ramón "tiene luz, como la tienen las imágenes vigorosas, conmovedoras, esmeradas, inolvidables, que pueblan cinco de sus trabajos más importantes": Don Quijote de la Mancha, La Biblia, Moby Dick, La Divina Comedia y el Beato de Liébana.

Tras analizar cada uno de los cinco lados del pentágono, Diego Castaño aporta sus conclusiones definitorias y destaca del santanderino dos aspectos: el de ser un pionero en la defensa del ilustrador y el de su estilo personal. Del primero apunta que es un "heraldo extraordinario del viejo oficio de dibujar y de ilustrar, un artista indiscutible, un artesano erguido en la cofa de su mesa de trabajo. La impronta artística de tantos y tan buenos dibujantes e ilustradores españoles es hoy un hecho, aunque algunos prebostes del arte todavía les den la espalda". Y añade: "José Ramón es una de las grandes figuras de la ilustración española de todos los tiempos, que ha contribuido a hacer oír el llamamiento creativo en muchos de ellos y, le debemos, en buena medida, que el quehacer de ilustrar sea, en la actualidad, conocido y reconocido".

De lo segundo resalta al "maestro genuino en el dominio del color y en sus juegos con el movimiento, con una capacidad inherente y genial para glosar la poética de los grandes textos universales".

El libro se postula, como el homenaje a José Ramón Sánchez, "alejado del ensayo frío y aséptico", por parte de uno de aquellos niños que asistían ensimismados al espectáculo casi mágico de la televisión, cuando el artista santanderino "nos cautivaba con la facilidad de su verbo y la prodigiosa habilidad de su mano".

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