"El teatro es una herramienta que los políticos no saben usar"

La última vez que vino a Santander fue con La violación de Lucrecia. ¿Se diferencia mucho aquel papel del que hoy nos va ofrecer?

Tengo que reconocer que aquel fue un papel precioso del que estoy muy orgullosa porque Shakespeare lo escribió como un relato y Miguel del Arco supo sacar toda la dramaturgia. Mario Vargas Llosa dijo que aunque estaba yo sola en el escenario, en realidad estaba lleno de gente. Pero el texto de Incendios es maravilloso también porque habla de todas esas cosas que ocurren en este mundo y que son de una violencia extraordinaria. Wadji Mouawad logra mitigarlas y Mario Gas ha conseguido sacar lo mejor de nosotros mismos. Estoy convencida de que va a ocupar un primerísimo puesto en nuestros currículum. Aquí cuento la historia de una mujer que empieza siendo una niña de 15 años hasta los 70.

¿Cuál es la historia de esa mujer?

Se ha pasado la vida buscando a su hijo al que le arrebatan. En realidad toda la función es una especie de búsqueda de unos a otros y el público sale absolutamente emocionado. Comparto el papel con Laia Marull Ella con 40 años y yo con 70.

Otro de los actores es el cántabro Alberto Iglesias.

Sí y juega un papel importantísimo porque Incendios tiene un montón de personajes y todos repetimos personaje, yo también. Los actores desplegamos todo lo que hemos aprendido a lo largo de nuestras carreras y Mario (Gas) nos ha conducido con una mano mágica.

Entre su anterior visita a Cantabria y esta le concedieron el Premio Princesa de Asturias.

Fue un regalo que me ha encantado compartir con mis compañeros que realmente han sentido que el premio era para el teatro y no para una persona.

Era el Princesa de Asturias de las Artes, ¿qué tipo de arte es el teatro?

Está por encima de muchas de las otras artes. No está por debajo de la pintura, ni de la música o de la poesía. Es un compendio de todos ellos y más directo que otras ramas de ese árbol que es la cultura.

A Nuria Espert ¿qué le ha dado y que le ha quitado el teatro?

Quitado nada porque todos los esfuerzos que he dedicado al teatro han sido recompensados mil por uno y darme, me ha dado muchísimo. Yo no lo sabía cuando empecé, pero este es un oficio que te lleva a hacer unos viajes al centro de tí mismo más importantes que en cualquiera otra de las artes. No sé si un pintor ante un lienzo siente esa necesidad de buscar hasta ese lugar prohibido que todos tenemos dentro, pero la vida de actor si lo necesita.

¿Cómo afronta cada nuevo reto?

Me dejo llevar por la primera lectura. Después aparecen las dificultades y a veces lo rechazo, pero cuando leo el texto y tengo una sacudida emocional como la que tuve con Incendios, la cosa está decidida. Yo ni siquiera sabía que papel iba a hacer, porque es una obra global con montones de participaciones, pero no me importaba y esperé a que Mario fuera repartiendo lo que hacíamos, porque nos conoce bien.

Y eso que cuando empezó no tenía mucha vocación.

Empecé en el teatro a los 13 años, en ese momento estaba estudiando danza clásica y quería ser bailarina por encima de todo. Era una verdadera pasión, pero el teatro se interpuso, me salió una oportunidad de empezar a trabajar y sin ninguna vocación me puse a ello. Reconozco que no lo hice muy bien al principio, pero al cabo de dos años ya tenía decidido que quería ser una buena actriz y me puse a estudiar sin descanso.

¿Cómo ve el teatro ahora?

El país está en un momento de cambio tanto a nivel político como de la ciudadanía que ahora se expresa mucho más abiertamente. Todo lo que ocurre a nuestro alrededor influye en el teatro y el teatro puede ayudar a mostrar el camino más correcto. Es una herramienta que los políticos no saben usar y cuando la usan lo hacen mal o para meterse donde nos les llaman, pero en su discursos jamás la palabra cultura tiene algún peso. En este interín que hemos tenido estos últimos meses la cultura no ocupaba ninguno de sus pensamientos así que vamos a agárranos a la educación, que es el primer paso para llegar a la cultura, porque todas las ramas de la cultura están hechas para ayudar al ser humano a ser feliz.

Actriz, empresaria, directora ¿qué le queda por hacer en la escena?

Siempre queda todo por hacer. Nadie sabe que va a pasar el día de mañana. Cuando termine El Rey Lear, que es lo penúltimo que he hecho, me parecía dificilísimo que volviera a interesarme tanto por algo, porque aquello había sido como llegar a la cima. Era el Shakespeare más difícil y todo parecía muy complicado, así que pensé que era un buen momento para retirarme. Dos semanas después había leído Incendios y dicho que sí a la producción, de una forma muy entregada. Así que no sé que va a pasar dos meses después de que se acabe Incendios.

¿Nunca le tentó la televisión?

Nada. Ni ahora ni antes y he tenido ofertas. A mí me apasiona el teatro y no me gusta la vida que llevan mis compañeros de cine o televisión. El cine lo probé y no me satisfizo y a la televisión creo que no me hace falta acercarme.

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