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Lola Gallardo
Lunes, 26 de diciembre 2016, 07:47
Actriz de El Principal, acaba de rodar una serie en televisión. Maije Guerrero (Santander, 1981) navega entre la interpretación y la dirección. Reconoce que es lo que estudió porque en ese momento «era lo único que sabía hacer». Hoy reclama una asignatura de artes escénicas en la enseñanza obligatoria y pide que «la educación y la cultura deje de ser un ministerio de segunda división». Ella ha trabajado en series de televisión, ha dirigido obras de teatro y ahora, además de actriz de la compañía cántabra de El Principal encarna a Tecla en el montaje Casa de Fieras, ha vuelto a televisión para participar en el rodaje de un capítulo de la serie Centro médico.
Guerrero recuerda que el teatro forma parte de su vida desde pequeña. Ya en el colegio «tenía inquietudes artísticas y expresivas», algo que continuó en el instituto. Por eso, cuando terminó los estudios y pensó ¿qué podía hacer? no dudó al decidirse por el teatro. Se matriculó en la Escuela de Arte Dramático y después estudio dirección en Granada. «Pensé que había muchos actores y alguien tenía que hacer los proyectos, por eso seguí estudiando», explica. Ahora imparte talleres y cursos para ofrecer a los alumnos herramientas para dirigir y actuar. De hecho, su sueño es crear un centro de interpretación donde enseñar a actuar y crear obras.
Interpretar es para ella todo en la vida. «Me olvido mucho de mí, Tengo esa capacidad y presto mis emociones, mi cuerpo y mi voz a los personajes. Es algo raro, dejo de ser yo para ser otro personaje. Cuando salgo a escena siento muchos nervios y mucho placer. Es placentero ser otra persona y olvidarse durante noventa minutos de uno mismo. Es mágico». En este punto, no se decanta por el teatro o la televisión. Ambas formas de actuar le gustan. «Me encanta la televisión por la adrenalina y porque es difícil llegar. Por eso, cuando te dan un papel los disfrutas mucho. En teatro, sin embargo, es donde más cómoda me siento, tranquila, feliz, satisfecha y llena. Me gusta la cercanía con el público». Ahora queda pendiente dar el salto al cine, algo que le encantaría. De momento, ya ha grabado algún cortometraje. El último, Inexistencia, está a punto de estrenarse. En este trabajo comparte protagonismo con el actor Tony Isbert.
Acaba de terminar el rodaje de Centro médico, una serie de televisión en donde interpreta a una vigilante nocturna de una biblioteca que tiene una aventura con uno de los médicos protagonistas de la serie. Y, mientras espera nuevos proyectos, sigue adelante con su papel de Tecla en la obra Casa de Fieras, en El Principal. «Me gusta mucho tener al público tan cerca, saber si la obra les interesa o no les interesa un pimiento. Y, sobre todo, me gusta que sean tantas funciones, porque puedes desarrollar el personaje y lo vas enriqueciendo, encuentras matices». Porque si hay algo que no le gusta a Maije Guerrero es no tener un guion o un libreto entre manos. ¿Y qué es lo que peor lleva? «Cuando el público se va y te despojas de tu personaje. Eres tu otra vez y es como si yo no intereso a nadie como Maije, mi vida no interesa, solo el personaje».
Maije Guerrero cree que la enseñanza hoy en día no cuida nada las artes escénicas, pese a que al público santanderino le gusta el teatro. «La gente en Santander va bastante más de lo que nos pensamos a los teatros, hay oferta», declara quien señala que «la Fundación Santander Creativa ha sido un antes y un después en cuestiones culturales, no solo en teatro, también en música o literatura». Aunque todavía falta bastante por hacer, se declara partidaria de incluir las artes escénicas como una asignatura más, no como una actividad extraescolar, «porque es positivo para la comunicación y para el trabajo emocional de los niños, el manejo de las emociones, la expresión verbal o la cultura y la lectura», indica.
Por eso, insiste en que la cultura y la educación tienen que dejar de ser un ministerio de segunda división y deben darle la importancia que tiene. «Últimamente se están cargando todo lo que nos permite pensar, expresarnos o decir qué somos y hacia dónde queremos ir. La cultura tiene que ser un ministerio de primera división igual que Fomento».
Por último, cierra la entrevista pensando en futuro. Y señala que «aspiro a que dentro de veinte años el teatro sea de calidad, accesible, interesante y con mucho público». Termina la entrevista y vuelve a su trabajo. Actualmente prepara la lectura dramatizada Ocho mujeres, de Robert Thomas y un laboratorio escénico donde trabaja en formar actores y directores de teatro.
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