Matar y morir

El escritor Sergi Álvarez trama un nuevo enredo criminal para el dibujante Sagar Fornier, con quien ya formara un eficaz equipo en el thriller titulado Bajo la piel. El segundo cuenta con una importante experiencia en el género, como certifican sus novelas gráficas Dimas y La ola perfecta, por lo que firma un trabajo brillante poniendo imágenes a la funesta peripecia de un grupo de perdedores marcados por la fatalidad y la muerte. No es menos siniestro el ambiente en que se mueven los personajes de Lamia, una historia de asesinatos en serie ambientada en la gris España del franquismo. Rayco Pulido dibuja con un trazo extrañamente caricaturesco esta obra que fue realizada en la Maison des Auteurs de Angouléme gracias a una residencia otorgada por Acción Cultural Española.

Robledo y Toledano, por su parte, cambian de escenario con su nuevo thriller, Tebori, del que se publica su segundo álbum. Los aclamados autores de Ken Games sitúan en el Japón de la yakuza una historia absorbente que mezcla los rituales del tatuaje con los intrincados juegos de violencia y honor de la mafia nipona.

Hecho en Europa

El realismo y la pulcritud del cómic francobelga le convierten en ideal vehículo para desarrollar largos y sólidos relatos como el que demanda Wonderball, historia de unos extraños asesinatos vehiculada por un duro inspector de la policía de San Francisco. Fred Duval y Colin Wilson inician aquí una serie de álbumes en torno a un misterioso tirador y los amargos recuerdos que despierta en la memoria del protagonista. De la misma procedencia es Nosotros, los muertos pero en este caso un tomo recopila los cuatro álbumes que forman el ciclo argumental. Dos autores serbios, Darko Makan e Igor Kordey especulan en ellos sobre la propia muerte como protagonista en una negra fábula que presenta una Edad Media donde la pujante civilización inca llega al viejo continente para encontrarlo infestado de muertos en vida.

Cuentas pendientes

Los autores de Bajo la piel abordan un nuevo proyecto que les permite dar otra vuelta de tuerca al género negro. Un pianista frustrado, una prostituta y un misterioso pintor junto a varios políticos y policías corruptos entrecruzan sus destinos en torno a un atraco mal organizado y varios cadáveres. Una narrativa tan inteligente como original y un cuidadoso montaje, sustentan una historia de fatalidad donde el crimen es solo un catalizador de las pulsiones y anhelos de los personajes. Además de incidir con acritud en las paradojas del comportamiento humano y emitir un sarcástico comentario sobre el mundo del arte. Todo resuelto en blanco, negro y gris, como en las mejores películas del género.

Lamia

En la triste España de los años 40, los consultorios radiofónicos servían de aparente consuelo a las amas de casa oprimidas por sus maridos y la ideología machista del franquismo. La protagonista trabaja anónimamente en uno, claro trasunto de la popularísima Elena Francis, controlado por el obispado y sujeto a muy rígidas directrices morales. Pero en una secreta y segunda vida toma cumplida venganza de los maltratadores mientras busca a su marido desaparecido y anhela a sus bebés malogrados. El original argumento plantea, con una desconcertante estética de línea clara y sintética, una psicopatía criminal fuertemente enraizada en una coyuntura anómala y repleta de personajes esperpénticos.

Tebori. 2

El asesinato forma parte del modus vivendi de la yakuza japonesa pero el joven protagonista de Tebori solo aspira a realizar con maestría y discreción su trabajo como tatuador de los principales jefes del hampa. El ceremonial y la simbología presiden todos los pasos del proceso pero la familiaridad con el crimen pronto empieza a formar parte de su trabajo cotidiano. Las aspiraciones de Yoshi, la alargada sombra de su maestro y el amor de una misteriosa joven entretejen una compleja trama emocional que en este segundo álbum alcanza su clímax. El documentado realismo del dibujo traslada al lector a un mundo que combina tradición y modernidad, donde la sangre convive con el arte y las leyendas.

Wonderball

El asesinato es el eje central de esta historia absorbente centrada en unos extraños atentados que por su modus operandi recuerdan la muerte de Kennedy a manos de Lee Harvey Oswald. Lo que une ambos casos también es la figura del inspector Spadaccini, duro y eficiente policía que recibe el apodo de Wonderball por su afición a las bolas de chocolate que contienen diminutos juguetes. El misterio aumenta con la existencia de una extraña organización que opera en la sombra y también persigue al asesino por sus propios motivos. San Francisco y sus dispares habitantes son plasmados con un trazo vigoroso y extremado realismo en un thriller trepidante cuyo primer álbum lleva por título El cazador.

Nosotros, los muertos

La propia muerte es el mtivo central de esta obra, cuatro álbumes recopilados en un solo tomo que desarrollan una siniestra ucronía medieval. Los autores conciben una Europa completamente asolada por la peste negra, donde la mayoría de los habitantes han fallecido pero siguen caminando. Y a la cual arriban desde el Nuevo Mundo unos incas que han sojuzgado a los aztecas y exterminado al resto de las razas nativas. Con un grafismo denso y espectacular se sucede esta obra por la que desfilan sacerdotes, guerreros, mandarines y papas. Una historia protagonizada por un príncipe extranjero y su asombrado sequito; también por el último de los lakotas, por un general vengativo y una niña muerta.