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yexus
Lunes, 6 de marzo 2017, 07:11
La cercana celebración del Día Internacional de la Mujer reclama la atención de nuevo para el fenómeno de la incorporación femenina al universo del cómic, tanto a nivel autoral como de consumidora de viñetas. El proceso de normalización es progresivo y sin duda contribuye a enriquecer el acervo cultural del noveno arte. Si bien es obvio que la distinta sensibilidad y vivencias aportan nuevos enfoques argumentales y gráficos, lo cierto es que la profesionalidad y el talento se imponen sobre cualquier consideración de género. De forma que la mujer dibujante y guionista hoy por hoy está presente en todo tipo de géneros, formatos y estilos.
Las autoras aquí reseñadas son nombres nuevos o desconocidos en España y se decantan por un tono intimista con rasgos autobiográficos mientras exhiben grafismos acusadamente personales.
Conxita Herrero es una autora emergente, procedente del fanzine, que se apoya en sus particulares vivencias para trazar un mapa emocional cargado de sensibilidad y frescura. Gran bola de helado es su primer libro, una recopilación de trabajos dispersos que pone de relieve el talento de las nuevas generaciones. Flavita Banana es la firma de Flavia Álvarez, una ovetense que da sus primeros pasos con una madurez que asombra por la solidez de sus planteamientos y lo atractivo de su estética. Lo demuestra con creces en Las cosas del querer, un libro que agrupa sus inquietudes anímicas esbozadas a base de breves reflexiones.
Agustina Guerrero es otra joven creadora, procedente de Argentina y afincada en Barcelona, que además ejemplifica el fenómeno de tránsito entre internet y el papel impreso. Ya que en 2011 inició el blog titulado Diario de una Volátil, al que trasladaba su propia cotidianidad, y del que ya se han publicado tres libros. El cuarto se titula Érase una vez la Volátil y viene a ser un prólogo a las circunstancias narradas asiduamente en su web.
Desde Norteamérica
Gyna Winbrandt se sirve de su propia persona como protagonista de unas vivencias que se cuestionan la relevancia del físico femenino en las relaciones de la juventud actual. Que alguien se acueste conmigo, por favor es el irónico título de una novela gráfica cargada de obsesiones, fantasías y puro fracaso. La estética femenina y la propia salud física y mental también están en el eje argumental de La historia de mis tetas, una historia extensa e intensa que desgrana el periplo vital de su autora, Jennifer Hayden, mientras reflexiona en profundidad sobre el tema del cáncer de mama y sus repercusiones, además de pasar revista a sus propios desordenes emocionales. Es una obra grandiosa e imprevisible como la propia vida.
Recomendaciones
Gran bola de helado
Conxita Herrero. 144 páginas. 19 euros. Apa-Apa.
Una colección de piezas breves evidencia el talento de esta autora que da el salto a la novela gráfica desde el mundo del fanzine. Son historias elípticas que recogen sensaciones y vivencias sutiles, a veces simples momentos, que traslucen la cotidianidad de la protagonista con una carga emocional repleta de innumerables matices. Su singular grafismo se apoya en una línea muy definida, de colores planos y vibrantes, con escenarios urbanos representados en perspectiva isométrica. Sus caras sin ojos ni boca desplazan la expresividad a la mente del lector mientras los estados de ánimo se manifiestan en las actitudes y diálogos. Una original reflexión sobre la complejidad de las decisiones más nimias.
Las cosas del querer
Flavita Banana. 112 páginas. 14,90 euros. Lumen.
Esta autora asturiana disemina por sus páginas ideas y reflexiones de manera liviana, casi casual, pero la acumulación de tan pequeñas perlas configura un catálogo aproximado de sus inquietudes anímicas. Unas breves pinceladas le sirven para opinar con ingenio y desenfado sobre el amor y el desamor pero también ilustra pequeños conflictos relacionados con la melancolía, la incertidumbre, el sexismo, la felicidad o el miedo a tomar decisiones. Aunque, sobre todo, asume con humor y resignación sus propias contradicciones, a la vez que evidencia con acento crítico la hipocresía social que nos circunda. Lo hace con un grafismo libérrimo y decidido, tan realista como expresivo en su acertada síntesis.
Érase una vez la volátil
Agustina Guerrero. 160 páginas. 14,95 euros. Lumen.
Argentina afincada en Barcelona, Guerrero mantiene un blog casi autobiográfico que ya ha dado lugar a varios libros. Su protagonista es una treintañera divertida, insegura y deliciosa, bautizada por la propia autora como La Volátil. Y ahora se decide a narrar las circunstancias que la llevaron a abandonar su país, vivir en España y dedicarse a dibujar en la web. Es una especie de precuela que puede leerse con absoluta independencia, ya que describe un proceso de maduración y ruptura marcado por una serie de decisiones significativas. Con absoluta frescura, singular encanto y desenfadado naturalismo, atrapa al lector mientras desgrana sus vaivenes emocionales en el marco de la pura cotidianidad.
Que alguien se acueste conmigo, por favor
Gyna Winbrandt. 144 páginas. 14,90 euros. Reservoir Books.
Primer libro de una joven autora nominada a los premios Ignatz que se ha dado a conocer en publicaciones alternativas. La obra recoge cinco piezas en las que ironiza sin pedad sobre el destino de las mujeres cuyo físico no se adapta a los cánones impuestos por la publicidad, las redes sociales y las rígidas normas de la convivencia. Un trasunto de la propia Winbrandt protagoniza delirantes episodios marcados por la ansiedad y la frustración, donde la impactante realidad se funde con alienadoras fantasías de seducción y sexo virtual. Internet, pokemons, pandillas de gatos e ídolos pop adolescentes se dan cita en esta original propuesta dibujada con trazo depurado, suaves azules y fulgurante rosa.
La historia de mis tetas
Jennifer Hayden. 352 páginas. 24,90 euros. Reservoir Books.
Bajo la aparente frivolidad del título se oculta una obra de gran envergadura, que trata el tema del cáncer de mama con rigor, sensibilidad y desenfado. Pero no solo analiza objetiva y subjetivamente tan delicado conflicto sino que también incide profundamente en otros asuntos tan esenciales como la autoestima, la responsabilidad, la independencia o el equilibrio. Porque es la vida de la propia autora lo que desglosan estas viñetas, desnudando su experiencia y emociones mientras incide en la complejidad de las relaciones familiares, sentimentales, laborales y sociales. Algo que plasma con un dibujo muy espontáneo, cargado de texturas y expresividad, que se mueve entre el naif y el underground.
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