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Lola Gallardo
Jueves, 9 de marzo 2017, 07:10
La mujer se hizo visible ayer en la Biblioteca Central de Cantabria a través del arte. Una cita con mujeres creadoras con sesgo reivindicativo. En el Día Internacional de la Mujer se mostró cómo miran el mundo y, a través de distintos lenguajes pintura, fotografía, ilustración y escultura ponen sobre el lienzo sus puntos de vista sobre la vida. Mujeres en vanguardia, Miradas en el tiempo y Beatrix. I Salón de Artistas Ilustradoras analizan el papel de la mujer en el mundo del arte en distintas épocas históricas y a través de distintas disciplinas artísticas como vehículo de lucha para conseguir la igualdad real.
Mostrar el papel que ha jugado la mujer en el ámbito de la cultura, la investigación, el talento y el conocimiento es el objetivo de estas exposiciones que ayer inauguró la vicepresidenta de Cantabria, Eva Díaz Tezanos. «La historia del arte ha estado muy marcada por el protagonismo masculino y ha habido una invisibilidad de la mujeres», destacó la vicepresidenta. Jóvenes creadoras y artistas consolidadas comparten espacio en la Biblioteca Central de Cantabria, en Santander. Junto a Díaz Tezanos, Marina Bolado y Alicia Renedo, directoras generales de Cultura y Mujer de Cantabria, la pintora Gloria Torner o la directora del Museo Altamira, Pilar Fatás, recorrieron los distintos espacios expositivos que descubren un arte en clave femenina.
Entrar en la Biblioteca Central supone hoy entrar en un mundo donde la mujer es el eje central. El primer acercamiento a este universo viene de la mano de la Residencia de Señoritas. Una selección de libros, documentos, fotografías y obra plástica reconstruyen la aventura de las primeras mujeres que tuvieron acceso a la educación superior en la Residencia de Señoritas de Madrid, creada en 1915 y que en sus veintiún años de vida, no sólo alcanzó importantes logros materiales, sino que también consiguió que de sus aulas saliera un grupo de mujeres altamente cualificadas. Entre ellas está Josefa Sanz quien trabajó en el Laboratorio de la Estación de biología Marítima de Santander. Una muestra organizada por Acción Cultural Española que recorre la trayectoria de estas mujeres «pioneras» y cuyo objetivo es que su actuación «sirva de reflexión» para el resto de mujeres, según apuntó Bolado.
La siguiente parada es Miradas en el Tiempo, que reúne la obra de trece artistas Clara Trueba Cosio, Luz de Alvear, Gloria Torner, Isabel Villar, Isabel Garay, Rocío Blanco Hernández, Carmen Van den Eyde, MarinaGorbeña, María Mijares, Mercedes Rodríguez Elvira, Gema Soldevilla, Paloma Álvarez de Lara, y nieves Álvarez Martín. Su comisaria, Gloria Bermejo, explicó que la muestra es posible gracias a la cesión de obras de las colecciones del Parlamento de Cantabria, la Fundación Caja Cantabria, Autoridad Portuaria, Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Santander (MAS) y el Ayuntamiento de Santa María de Cayón. Este proyecto se centra en las mujeres que a través del arte y la creación «se lanzaron a la vida y se comprometieron, sobre todo, con ellas mismas», explicó la comisaria. Utilizaron el arte para construir sus biografías y dar un proyecto a su propia existencia. «Es La habitación propia de Virginia Wolf como proyecto vital», apuntó Bermejo.
La muestra está protagonizada por un grupo de mujeres nacidas en los años cincuenta del siglo pasado, encabezadas por una autora emblemática, Clara Trueba de Cosio. «Son artistas olvidadas que precisan una nueva visión y una reflexión para reencontrarnos con sus largas trayectorias», explica Bermejo. Ofrecen obras dispares que ponen de manifiesto el punto de vista de la mujer. Autoras que han sufrido una época de mayores dificultades que la actual, con falta de acceso a núcleos culturales y a la información. «La idea es recuperar las cosas que no se ven, una mirada diferente, no necesariamente opuesta, contraria o enfrentada», indicó su comisaria. Son trece artistas que «se comprometieron y utilizaron el arte para construir sus biografías».
Al fondo del hall de la Biblioteca Central están las ilustradoras. Dieciocho creadoras de Cantabria participan en este Primer Salón de Ilustradoras destinado a reconocer la calidad y diversidad de sus trabajos. Este escaparate, además, certifica la variedad de las creaciones. La exposición titulada Beatrix, rinde homenaje a la ilustradora y creadora de relatos infantiles, precursora de esta disciplina que ha servido de inspiración a numerosas generaciones. La muestra está comisariada por Carmen Lascuráin, quien reconoce que el homenaje a Beatrix Potter es un empeño personal, porque desde pequeña admiró sus ilustraciones. Fue una de las primeras mujeres que trabajó y desarrolló la ilustración en el ámbito de los relatos y cuentos infantiles. «Queremos dar visibilidad a las ilustradoras», indicó Lascuráin porque, a su juicio, «trabajan mucho en distintos ámbitos pero no son visibles». Hay estilos distintos y su forma de expresarse camina desde el lápiz hasta la témpora pasando por las técnicas digitales. En el grupo de 18 ilustradoras hay 4 que están estudiando en la Escuela de Puente San Miguel y las otras 14 son profesionales. En este último grupo destacan Mónica Gutiérrez Serna, Sara Morante, Sonia Piñeiro, Laura Sua o Isabel de la Sierra. Junto a ellas están las jóvenes con un trabajo menos conocido «pero no de menor calidad». Son Ana Muñiz, Celia Andrés, Laura Tejedor, Lucía Espada, Mar Ortiz, Marina Casaos, Rebeca Pascua o las ilustradoras de la Escuela Sara Domínguez, Bea Cea , Natalia Barquín y Sara Domínguez. «Son creaciones pequeñas más íntimas, que invitan a disfrutarlas de cerca», insistió la comisaria.
El Salón de la Ilustración nace con vocación de continuidad, porque muchos ilustradores no han podido participar en el proyecto. «Este primer salón buscó el equilibrio entre las jóvenes y las artistas reconocidas. Hay muchas que es su primera exposición frente a otras que tienen ya una gran trayectoria», reconoció Lascuráin. A lo largo de los paneles cada artista habla con su propio lenguaje, porque la ilustración bebe de los cuentos y los relatos y la artista debe adaptarse al mensaje que recibe y aportar su punto de vista. Depende de la necesidad, el formato o el mensaje. «No transmites lo mismo con una línea fina que con un trazo grueso lleno de pigmento», explica la comisaria.
En Cantabria, la Escuela de Arte su director Jesús García acudió ayer la inauguración ha sido un gran impulso para estas creadoras. En el segundo taller, Lascuráin piensa ya en e equilibrio entre hombres y mujeres.
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