"En Rusia solo ha habido dos grandes revolucionarios: Lenin y Gorbachov"

Mira Milosevich habla con una gran pasión de la historia de Rusia, de los bolcheviques, de la idea utópica de Lenin de crear un hombre nuevo y del uso del terror que este último impusieron en la URSS.

Pero antes tuvo un guiño para Santander, para los cursos de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) y para uno poeta que conoció en La Magdalena en el año 1996 durante uno de estos seminarios y por el que siente una gran admiración: José Hierro. "Recuerdo que él definía Santander como la musa de la melancolía", confesó.

Sus impresión sobre la revolución rusa no es tan nostálgica. Se le pidió un resumen de esos setenta años de comunismo y no tuvo que pararse mucho a pensarlo: "Es obvio, el balance es el colapso de una idea utópica que ha acabado por fracasar en todos los países en los que se puso en marcha", explicó.

Ya empezó siendo un revés desde el inició, según explicó. "En el libro ya señalo que nunca un fracaso de tal envergadura tuvo un éxito tan rotundo" y es que, indicó, "el gran objetivo de Lenin era que la revolución se extendiese a todos los países de Europa y luego a todo el mundo".

Sobre como esa idea de estado igualitario, en el que el poder iba a estar en manos de la ciudadanía, acabo en una "de las dictaduras más cruentas de la historia" tiene claro que las buenas ideas de Marx y posteriormente de Lenin eran muy difíciles de llevar a la práctica y que el intento de prescindir de instituciones que le dieran una estructura de estado no obtuvo el resultado deseado. "Era muy difícil controlar el estado con unos campesinos", señaló. También recordó que el bolchevismo es una mezcla de las ideas marxistas y del populismo, "y una de las características de este último es el uso del terror como instrumento político. Lenin se llegó a creer que el Estado tenía derecho a coaccionar a la población".

Una superpotencia

Preguntada por la gran cantidad de dinero que Putin invierte en poder militar, la experta opinó que "actualmente, como hace cien años, existen muchas Rusias. Está la que quiere integrarse con el resto de los países de occidente y la que aspira a ser una superpotencia. Rusia siempre anheló esto último y su posicionamiento en la Segunda Guerra Mundial al lado de los ganadores se lo permitió entonces pese a que tuvo 27 millones de muertos. Cuando a Rusia le va mal se pone del lado de occidente, pero cuando no logra lo que consigue se quiere convertir en la Europa de Asia. Yo creo que sigue aspirando a ser superpotencia, pero con las mismas políticas del siglo XIX o XX", dijo.