Las miradas de 'Soy Tú' abren Robayera

«Los perros, a través de su expresiva mirada, transmiten algo intenso y auténtico que nos provoca una gran fascinación». Amparo Garrido es desde mañana el nombre propio por excelencia y por partida doble del fin de semana artístico: abre la temporada de la Sala Robayera con una muestra individual y protagoniza su primera comparecencia expositiva en Cantabria. Bajo el epígrafe Soy Tú inaugura mañana sábado, a las 19.30 horas, su muestra en la galería municipal Robayera de Cudón-Miengo. Es la segunda temporada de la nueva etapa del veterano proyecto. Al cumplir ya tres décadas de andadura, y tras el relevo en la dirección, su fundador Juan Manuel Puente cedió el testigo el pasado año a Marta Mantecón.

La artista levantina, como ya adelantó este periódico, se suma así a la nómina de autores que han mostrado sus fotografías en Robayera, como Chema Madoz, Alberto García Alix, José Lamarca, Juan Uslé, Ciuco Gutiérrez, Pedro Palazuelos, Jorge F. Bolado, Darya von Berner o Ian Wallace. Con el apoyo del Ayuntamiento de Miengo y la Consejería de Cultura del Gobierno de Cantabria, Robayera inicia con esta cita la celebración de sus primeros treinta años de andadura.

La exposición reúne una selección de dieciséis retratos de perros, en color y en blanco y negro, procedentes de dos series que llevan por título: la citada Soy tú (2012) y Sobre perros, la mirada y el Deseo (1996-1998). El punto de partida de estas imágenes fue el empeño deGarrido por entender la fobia que sentía hacia estos animales. Su intención al hacer las fotografías, según ha expresado la propia autora, era «sujetar lo que de pulsional hay en el animal, y así poder mirarlo a la cara de igual a igual». Como resultado, surgió un curioso juego entre la mirada del animal, la fotógrafa que hace el retrato y el espectador que mira la foto, que «funcionan a modo de espejo. Una reflexión sobre la imposibilidad de objetividad».

Dos décadas después, decidió volver a trabajar con el mismo significante, pero esta vez haciendo los retratos en color, en la serie Soy tú, donde Amparo Garrido expresa de forma más explícita el sentimiento de identificación con el otro.

La puesta en escena, explica Marta Mantecón, ofrece un diálogo secreto entre las imágenes. Los perros son retratados desde un punto de vista próximo, mientras nos buscan con la mirada. Amparo Garrido utiliza encuadres cortos, «entre el retrato de busto y el primer plano, ampliados a gran escala, destacando sobre un fondo gris neutro. Sus miradas son el vehículo para reflexionar sobre el lenguaje, la comunicación y las contradicciones que existen entre lo salvaje y lo animal frente a lo humano».

No es la primera vez que Garrido dirige su objetivo hacia los animales. En la serie De lo que no puedo hablar (2006), que retrata a gorilas, exploraba la capacidad de las imágenes para expresar más allá de las palabras, «tomando como protagonistas a estos animales de quienes solemos diferenciarnos precisamente por el uso que hacemos del lenguaje».

De origen valenciano pero afincada en Madrid, donde reside y trabaja, Amparo Garrido estuvo vinculada al mundo del cine y del teatro, antes de profundizar en su relación con la fotografía, que se inicia tras recibir el III Premio del Certamen Nacional Los jóvenes vistos por los jóvenes del Ministerio de Cultura en el año 1986. Sus primeras muestras individuales tienen lugar en el Spanish Institute de Londres y Nueva York en 1990.

A partir de entonces, su obra se ha mostrado en importantes centros de arte de España, Alemania, Bulgaria, Estados Unidos, México, Cuba, Perú, Argentina, Brasil y otros países latinoamericanos. Recientemente ha participado en la muestra colectiva Miradas Paralelas. Irán-España: fotógrafas en el espejo, expuesta en Irán, Madrid, Segovia y Sevilla. Ha sido reconocida con el I Premio del Concurso de Arquitectura y Fotografía del Ministerio de Fomento en 2000, el I Premio ABC de Fotografía en 2001 o el II Premio del Concurso Purificación García en 2007.

Chus Villar, en su análisis sobre la creación de Amparro Garrido, sostiene en el catálogo de Robayera que «podría decirse que los perros no son el fin sino el medio. Como Amparo manifestó en más de una ocasión: la fotografía es una excusa para hablar de otras cosas».

El instante decisivo, perseguido y magistralmente atrapado en sus fotografías por Henri Cartier-Bresson, el mismo en el que ponía la cabeza, el ojo y el corazón en el mismo punto de mira se traduce en este caso «en el momento preciso que la intuitiva mirada de Amparo logra captar lo pulsional del animal».

«Un ser deseante frente a otro y la percepción de que en esencia somos lo mismo, lo que nos acerca haciéndonos sentir más iguales. ¿Acaso no formamos parte del mismo todo?».