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José María Pérez, Peridis, no se siente un superviviente pese a que el coronavirus le mantuvo seis días en un hospital madrileño. La experiencia ... le ha permitido disfrutar del silencio y hacerse amigo de Johann Sebastian Bach y ahora, en su domicilio madrileño, espera a que acabe el confinamiento para presentar su nueva novela, 'El corazón con que vivo' y con la que ha obtenido este mismo año el premio Primavera de Novela.
-¿Cómo está su salud?
-Estupendamente, dentro de lo que cabe. Los últimos análisis me han dado negativo y me encuentro bien aunque con algo de flojera, que es bastante habitual y que ya conozco. Es la segunda vez que sufro una gripe asiática. La primera la pasé en 1957 y entonces sí pensé que me moría.
-¿Se siente un superviviente?
-No. Me siento un ciudadano normal. Tengo que reconocer que cuando salí de casa para ir al hospital iba muy nervioso. Nos han metido el miedo en el cuerpo, sobre todo a las personas mayores, y yo ya tengo 78 años, y a los que hemos sufrido patologías anteriores, y yo he sido operado del corazón. Así que muy tranquilo no iba. Pero tuve suerte, en seguida me hicieron una radiografía y decidieron hospitalizarme. Seis días estuve ingresado. Pero no ha sido nada penoso. Me he permitido hasta disfrutar de la soledad y, sobre todo del silencio. Me hice a la idea de que era un cartujo al que de vez en cuando venía a visitar Bach. Me hicieron llegar música de este compositor y yo le decía: Juan Sebastián, ponme las Partitas y él me las ponía, luego le decía que quería una cantata y traía a los músicos. Ha sido una grata visita que no me ha dado nada de guerra.
-Ya está en su domicilio madrileño, ¿qué ve desde su balcón?
-Una plaza y unos magnolios, alguna estatua, un trozo del Madrid antiguo...
-¿Y qué percibe?
-Pues aunque aquí salimos a aplaudir cuatro gatos, percibo esa solidaridad de la que todo el mundo habla. Es una solidaridad perruna, porque es fiel como estos animales que estos días están sacando a pasear a sus dueños.
-¿El humor es un servicio esencial?
-El humor es algo que tenemos cada uno y, no cabe duda, que el confinamiento se pasa mejor con amor y con humor. Hay que hacer de la necesidad virtud.
-¿Culpa a los políticos de su enfermedad?
-No, por favor, claro que no. Nadie esperaba esto que ha pasado. No sé si se podría haber hecho mejor o peor, pero sí que nadie estaba preparado. A toro pasado todos toreamos mejor, pero en mi caso confieso que cuando el virus atacaba en China me parecía algo muy lejano y que no empecé a preocuparme hasta que no llegó a Italia. De verdad que no se debe criticar, de momento, determinadas actitudes porque hay que estar ahí y vivirlo. Está claro que sí se decreta el confinamiento se va a perjudicar a la economía, pero si no se decreta se perjudica al sistema sanitario. Y hay que ver como han respondido nuestros sanitarios. Yo les veía en el hospital como entraban corriendo, y los primeros días sin ningún tipo de protección, preocupadísimos por llegar a atender a tiempo todos los enfermos. También a Boris Johnson y al todopoderoso Trump les ha cogido esta pandemia como les ha cogido. Es una riada que se produce de repente, como cuando se inunda el cauce de un río y baja arrastrando los coches y todo lo que tiene delante.
-¿En qué proyectos trabajaba cuando cogió la enfermedad?
-Estábamos a punto de presentar mi nueva novela: 'El corazón con que vivo', ambientada en la Guerra Civil protagonizada por dos familias contrapuestas, muy amigas, pero que están en bandos contrarios y, por lo tanto con una papeleta muy difícil.
-¿Y ya hay fecha para una nueva presentación?
-De momento no. Pero lo más difícil que es escribirla y editarla ya está hecho. Ahora espero que se vendan muchos ejemplares y se hagan muchas ediciones. Luego tocará salir con ella de gira y llevarla a distintas ciudades.
-¿La cultura tardará en recuperarse del coronavirus?
-Estoy convencido de que las aguas volverán a su cauce mucho antes de lo que muchos temen. Es un sector que crea empleo con muy poca inversión. Las infraestructuras ya están creadas, pues en este país hay muchos teatros, salas de conciertos, museos y galerías... y luego España dispone de grandes creadores que con su trabajo darán un gran impulso. Comer, tal y como estamos viendo estos días, es muy importante pero la alimentación cultural es esencial para cualquier país. Tengo grandes esperanzas para la recuperación porque me consta que hay mucha fuerza contenida que hay que dar salida.
-Ya que habla de trabajo. Uno de sus grandes proyectos son las lanzaderas de empleo. ¿En qué situación están ahora?
-Las lanzaderas de empleo son equipos de personas desempleadas activas, visibles y solidarias, que aprovechan sus propios recursos y comparten conocimientos, que entrenan y están en forma para volver de nuevo al mercado laboral. A la salida de toda esta crisis habrá que buscar fórmulas similares para enfrentarse a lo que venga. Con respecto a las que pusimos en marcha, no sé como estarán ahora porque se requiere la presencia y obviamente ahora no la puede haber.
-Le veo optimista. ¿Cree que se puede sacar una lectura positiva de todo esto?
-Sí, por ejemplo, gracias al confinamiento muchas familias han tenido la oportunidad de convivir como no lo habían hecho hasta ahora. Es cierto que en algunos hogares sufren con la incertidumbre y los ERTE, pero permanecer en casa tantas horas con los hermanos o con los abuelos nos ha hecho redescubrir la familia y verla como un refugio.
-Usted es un gran conocedor de la Historia. ¿Qué es lo más parecido que ha estudiado?
-Las pestes del siglo XIV acabaron con la matanza de los judíos. Cuando veo el comportamiento que Trump tiene con los inmigrantes me acuerdo mucho de aquella época porque creo que los inmigrantes son los nuevos judíos, chivos expiatorios de algo que no tienen la culpa.
-¿Ya ha pensado que es lo primero que va a hacer cuando salga?
-Pasear libremente. Ir al Retiro, presentar mi libro... Estoy convencido de que de esta vamos a salir con solidaridad y honestidad.
Talento y tesón. (Cabezón de Liébana, 1941). Arquitecto, dibujante, divulgador del patrimonio cultural y escritor. Premio Nacional de Restauración y Conservación de Bienes Culturales en 2018, entre otros galardones. Autor de varias novelas como 'Esperando al rey', 'La maldición de la reina Leonor' o 'La reina sin reino'. En breve presentará 'El corazón con que vivo'.
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Ana del Castillo
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