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Rui Pinheiro (Castelo Branto, 1973) se sube este sábado a una balsa a la deriva en el escenario del Teatro de Medicina de la Universidad ... de Cantabria. Y comparte escena con Elena Miguel y Bruno Esteves. Los tres se enfrenta a un problema de hambre que les permite dialogar sobre la profunda crisis de valores sociales e institucionales del país. Dedicado al teatro durante más de veinte años, este actor portugués entiende la interpretación como una forma de fugarte de la vida, porque te permite salir de la realidad».
-¿Qué es 'A la deriva'? ¿Qué va a encontrar el espectador el sábado?
-Es una obra de teatro de humor negro que habla de tres náufragos que están en el mar y deben solucionar el problema del hambre. Para ello, utilizan los recursos que hay en la sociedad, como elecciones... También hacen uso de la fuerza y utilizan todos los recursos humanos a su alcance para solucionarlo.
-Sin desvelar el final, espero que la obra llegue a buen puerto.
-Sí. Al final todo se soluciona (ríe).
-¿Qué le llamó la atención de este texto teatral?
-Lo principal fueron los directores, Nádia Santos y José Carlos y el elenco de actores que trabajan conmigo: Bruno Esteves y Elena Miguel. Es un grupo con el que hemos trabajado en otras ocasiones. Los directores tienen la inteligencia suficiente para poder captar lo mejor de los actores.
-La obra ha sido muy premiada, ¿qué tiene de especial? ¿Cuál es el secreto de su éxito?
-La simplicidad. Lo que más impresiona al público es la simplicidad de la obra. Solo hay una balsa y tres actores en el escenario. En un espacio tan pequeño pasan cosas muy grandes. Esta simplicidad le da un toque muy especial.
-¿Desde cuándo es actor? ¿Qué le impulso a subirse a un escenario?
-Hace ya veinte años. Entré en la Escuela Superior de Teatro y nunca dejé de ser actor. Fue por una necesidad de salir de la realidad. Ser actor es como fugarte de la vida, te permite salir de la realidad.
-¿Tiene algún proyecto nuevo entre manos?
-Estamos preparando un nuevo proyecto con José Carlos García, aunque todavía no puedo avanzar mucho más. Trabajaremos de nuevo en proyecto conjunto con elementos de Portugal y España. La obra se hará con las dos lenguas en escena.
-¿Qué siente cuando actúa y está frente al público?
-A mi me inspiran las obras. Cada pieza de teatro es un reto nuevo y cada personaje es distinto. Yo me centro en la obra, no en los personajes. No sientes nervios, eso solo pasa al principio, pero reconozco que depende mucho también del director.
-¿Qué le ha enseñado el teatro, la interpretación?
-Yo soy actor y también productor. Noto mucho la diferencia a la hora de trabajar o resolver un conflicto con respecto a cómo lo hacía hace veinte años cuando empecé. Aprendes a gestionar los problemas.
-Actor y productor, ¿alguna vez ha pensado dar el salto a la dirección?
-Es complicado y de momento no me lo planteo. Creo que la dirección, dirigir, es lo más difícil en el teatro y siento un gran respecto por los directores. Solo una vez me puse al frente de la dirección en una obra de teatro con ancianos y disfruté mucho, fue una gran experiencia. Y ahora trabajo con un grupo teatral con el que ya he colaborado en varias ocasiones.
-¿Hay algún personaje que le gustaría interpretar en el futuro?
- No, yo me fijo más en los proyectos no en los personajes. El tipo de teatro que hacemos ahora es distinto, podemos interpretar tres o cuatro personajes en una misma obra. Me gusta mucho. Tienes un proyecto y trabajas el texto más que el personaje.
-¿Cómo ve el panorama teatral en Portugal y en España?
-Yo creo que la crisis ya ha pasado y todo está mejorando poco a poco. Portugal tiene unas características especiales. Las grandes compañías están en Lisboa y Oporto y el resto son pequeñas compañías. La crisis tampoco ha venido mal del todo, porque ha permitido a la compañías ajustar su financiación y sus plantillas de actores. Se hacen menos producciones también y todo creo que ha servido para mejorar la calidad de los espectáculos.
-¿Vuelve el público al teatro?
-Sí, se nota que la gente vuelve al teatro. Aunque sería necesario también conseguir más apoyos para hacer mejores producciones y también que la gente joven acuda más a los teatros. En Portugal, las ayudas a la cultura son menos del 1%, es muy poco.
-¿Un actor piensa en jubilarse o la creatividad no se acaba nunca?
-En mi caso no pienso en jubilarme. Hay una gran diferencia cuando trabajas porque te gusta lo que haces a cuando no es así. Si te gusta y disfrutas con tu trabajo no te jubilas nunca y ese es mi caso.
-Si pudiera conceder tres deseos al teatro, ¿qué le concedería?
-En primer lugar pido respeto por el teatro, por quien hace teatro. No nos podemos aprovechar del teatro, sino que tenemos que respetarle. En segundo lugar pediría más apoyos, pero controlados y con una buena gestión. Hay que definir bien los parámetros para que las ayudas se concedan con justicia. Y, en tercer lugar, pediría que las personas regresen al teatro y se llenen los patios de butacas. Tenemos mucho apego a la televisión y todo lo relacionado con internet y no se puede dejar de lado al teatro. Los jóvenes cada día están más apáticos por la sociedad y no debería ser así, debería ser de otra manera.
-Es cierto que hay pocos jóvenes en las salas de teatro, ¿qué se puede hacer?
-Tendremos que cambiar todos. Las compañías de teatro tienen una gran responsabilidad en este asunto. Si ponen en cartel una obra muy mala, el joven no volverá al teatro en mucho tiempo.
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