«Cuando los actores lo dan todo en el escenario, el teatro no tiene precio»

–No sabe lo contenta que está Magüi Mira, la directora de la obra, con su trabajo y el de Cecilia Solaguren.

–Para mí también es un placer trabajar con ella porque es un tipo de papel en el que el actor tiene que emplearse a tope y de alguna manera desnudarse emocionalmente. No sirve quedarse a medias. En ese sentido creo que es muy agradecido para una directora, y para el público, comprobar que lo estamos viviendo en el escenario. Al menos eso me pasa a mí cuando estoy de espectador que si veo que los actores lo dan todo en el escenario me parece que el teatro no tiene precio. Magüi Mira nos ha dirigido para que esto sea así.

–¿Qué fue lo que más le llamó la atención de este personaje para que quisiera participar en la obra?

–Lo que más me gustó del texto es que es una dramaturgia muy original donde se juega mucho con el público que acaba convirtiéndose en una especie de terapeuta de la pareja protagonista. Es una de esas obras en las que se hace la cuarta pared y un concepto de representación bastante original.

–¿En qué sentido?

–En varios momentos, la obra se convierte en un monólogo de cada uno de los actores con el público y se produce un momento muy íntimo con los espectadores en el que se supone que el otro actor no está escuchando. De alguna manera se juega un poco al 'stand-up comedy', al monólogo del showman, donde el actor le cuenta al público sus problemas.

–Preséntenos a Jimmy, su personaje en 'Los mojigatos'.

–Es un tipo personaje que yo he hecho bastantes veces, es un sufridor. Un hombre que está confundido, que no sabe cómo va a solucionar su problema de pareja. La obra, que tiene muchos momentos de comedia, también guarda detrás un drama bastante gordo. Así que el bueno de Jimmy es un hombre que está confundido y que no sabe como ayudar.

–¿Por qué le van tanto los papeles de perdedores despistados?

–Realmente yo no tengo nada que ver con Jimmy ni con otros tantos similares que he representado, pero sí es cierto que he tenido que encarnar a muchos. Parece que este tipo de personajes provocan la risa del público, aunque en este caso el espectador va a vivir muchos momentos, porque hay escenas muy cómicas y otras bien dramáticas. Y en esas el espectador deja de reírse y se queda callado, espero que sea porque lo estoy haciendo bien.

– 'Los mojigatos' tal y cómo nos lo presenta su directora reivindica el sexo como un elemento vital en la pareja. ¿Cómo lo ve usted?

–Para mí también lo es. El sexo es vida y es placer, pero también es comunicación. Es muy importante para una pareja aparte de muchas otras cosas.

–Además de estar recorriendo España con esta función, ¿qué otros proyectos tiene?

–Hasta noviembre estoy completamente centrado en 'Los mojigatos' y, por lo demás, con esto de la pandemia estoy viviendo las cosas día a día como casi todo el mundo. Con incertidumbre porque está todo muy complicado, aunque yo soy optimista y espero que todo vaya bien.

–¿Con respecto a la cultura se ha sabido afrontar bien el covid y todas sus consecuencias?

–Yo no sé muy bien qué se está haciendo, pero sí tengo claro que esta situación no se ha podido prevenir. Es cierto que en el caso del teatro ahora mismo la situación está muy complicada, pero como lo está la hostelería o el mundo de la música, por ponerte dos ejemplos. Estamos apagando fuegos y tratando de salir adelante como podemos. Hay muchos actores y músicos que lo están pasando mal, pero no nos diferenciamos de otra mucha gente como los camareros. Lo que sí te puedo decir es que el teatro es uno de los sitios más seguros que hay ahora mismo, donde la gente llega con sus mascarillas, se sienta y se va sin necesidad de hablar con nadie.

–Una de sus últimas visitas a Santander fue para exponer su colección de fotografías. ¿Sigue con esta afición?

–Es verdad que expuse en el Centro de Documentación de la Imagen en Santander y fue una experiencia muy bonita que me gustó mucho. Y es cierto también que ahí tengo mi colección con la intención de exponerla otra vez , pero hace tiempo que no he adquirido ninguna fotografía más.