«A los actores se nos olvidan los problemas del día en el escenario»

–El personaje que interpreta en 'Conversaciones con mamá', ¿es una 'joya' para un actor?

–Es una obra superinteligente y muy bien escrita que realmente llevaba buscando hace mucho tiempo para interpretar con María Luisa Merlo. Encontré 'Conversaciones con mamá', y me gustó todo lo se cuenta en ella y como, a través de la comedia, va metiendo al espectador en un reflexión sobre la crisis de los cincuenta y la situación de la mujer con más de 70 años. Muestra a una mujer a la que la vida a hecho aprender y que con los años se convertido en alguien mucho más tolerante y liberal.

– Hablando de joyas, supongo que trabajar con María Luisa Merlo sea como encontrar un tesoro.

–En este caso doblemente. En diciembre, en plenos ensayos, le entregaron la Medalla de Oro de las Bellas Artes, con lo cual la obra se convirtió en un homenaje a ese reconocimiento. Ella es una mujer optimista, positiva a la que le gusta mucho sonreír y que siempre quiere agradar. Tener una compañera de viaje así facilita mucho las cosas.

–Ella dice que está en la flor de la vida. ¿Cómo está usted?

–Bien, pero confieso que soy un poco 'Peter Pan' y que el paso del tiempo me afecta mucho, menos mal que esta obra me está haciendo trabajar de lo lindo, sobre todo en la parte de la producción y coordinación, y me mantiene muy ocupado. Estoy disfrutando en el escenario y todo esto me facilita la vida cotidiana. A los actores todos los problemas que podemos tener durante el día se nos olvidan en el escenario

–Hay varias versiones de 'Conversaciones con mamá', incluso una película. ¿Cómo afronta su compañía 'Descalzos producciones' el texto de Santiago Carlos Oves?

–Nosotros hacemos una versión muy cercana a la de la película que es argentina, así que la acercamos a la sociedad española. Son personajes muy de aquí y muy de carne y hueso. Me siento mucho más identificado con la versión del cine que con la que hicieron en teatro Juan Echanove y María Galiana.

–¿Y qué mensaje quieren transmitir al espectador con esta obra?

–Cuando estábamos ensayándola estaba deseando que mis hijas de 20 y 24 años la viesen, porque me parecía que es una lección de vida. Llevo produciendo teatro desde el año 1999 y hemos representado éxitos con comedias, como con 'La curva de la felicidad', que por cierto estrenamos en Santander en el año 2004 y todavía la seguimos haciendo, 'Se infiel y no mires con quien' o 'La curva de la felicidad', pero esta obra nos está dando muchas satisfacciones. Antes de salir al escenario a María Luisa Merlo y a mí nos gusta estar unos minutos detrás del telón escuchando el runrún del público que se va sentando en la butaca y lo que notamos es que la gente llega muy a favor de la obra. Es muy fácil representarla porque no tenemos que convencer de lo que estamos haciendo. Sentimos una sinergia con el público que nos lleva en volandas.

–¿Es más fácil vivir del teatro como actor o como productor?

–En mi caso sobrellevo mejor la crisis como productor. También es verdad que me encargo de un gran número de tareas que van desde la coordinación técnica a la gerencia, pasando por hacer de chófer cuando es necesario. Todo esto me permite abaratar los costes y hacer cosas creativas. También cuento con la dualidad de ser productor e intérprete. Siempre bromeo en que me doy papeles en todas las obras porque no voy a encontrar un actor más barato que yo. Aunque desde 2014 para acá la multiprogramación de los grandes teatros de las ciudades nos complica la vida a unos y a otros porque el público se reparte mucho. También es cierto que hay ciertos actores y actrices que los espectadores siempre quieren ver. Por eso, como productor intento contar con esas caras conocidas como con la gran María Luisa Merlo.

–Hace mucho que no se le ven en televisión. ¿Tiene ganas de volver?

–No se me ve porque no me quieren (ríe). Igual es por la edad. No lo sé, pero de repente dejaron de llamarme. Entonces empezaba con la productora. En un momento dado me cansé de esperar a que me llamaran y decidí montar mi empresa que, por otro lado, me permite hacer las obras que a mí me gustan ver cuando estoy en el patio de butacas. Estoy tan enfrascado en esto que tampoco echo tanto en falta la televisión o el cine. Pero sinceramente ahora tengo ganas de volver porque a los actores nos gustan todos los registros. Me siento bien y en un grado de madurez profesional.