Alastair Carmichael abandona este año la dirección de la Feria del Libro Viejo de Santander

El objetivo de la Asociación del Libro Viejo, constituida hace un par de años, a cuyo frente se halla Paco Roales, es ampliar a partir de ahora su número de miembros. En su despedida, Carmichael agradeció el apoyo de la Consejería de Cultura y del Ayuntamiento de Santander aunque matizó que la «coordinación de la propuesta con la institución municipal «a veces dificulta la tarea».

La celebración sucesiva de las Ferias del libro de Santander y Cantabria y del Libro Viejo provocó el pasado mes diferencias y roces entre la organización de esta última cita, que consideraba perjudicial la decisión para la salud comercial del evento, y la institución municipal, aunque finalmente se alcanzó un acuerdo. La Asociación de la Feria del Libro Viejo, cuyo objetivo en la actualidad es ampliar su número de participantes para que sea «más plural» y exista «una renovación tanto en ideas como en la Junta directiva», tomará ahora las riendas de la organización de la cita, que en estos últimos veinte años «se ha consolidado».

Carmichael recordó los inicios del evento, cuando se celebraba en «barracones» en el Paseo Pereda y explicó que cuando el Ayuntamiento de Santander «sacó a concurso la dirección, él y Carmen Alonso, entonces copropietaria de la librería, asumieron la tarea». A partir de ese momento, «el nivel» de la Feria del Libro Viejo «subió muchísimo», algo que depende sobre todo de los libreros, muchos de los cuales continúan siendo fieles a la cita santanderina, caso de Antonio Lorenzo Blázquez, de la «librería de referencia El Asilo del Libro, de Valencia, que lleva en esta Feria más tiempo que yo».

Carmichael destacó que la Feria santanderina, «a diferencia de otras que aseguran ser de libro viejo, no solo ofrece «libros de saldo, que son sobras editoriales». En la Plaza Alfonso XIII solo hay un «saldista», Marcos A. Cachuán, de Madrid, «que trae una selección muy buena pero no queremos que esa sea la línea principal» apuntó.

El librero que, no obstante,ha expresado su intención de continuar participando en la cita, subrayó además el valor de la Asociación que es «una roca» sobre la que se sostiene el evento. Roales alabó la gestión «exitosa»del ex director y aseguró que desde la Asociación se mantendrá «la línea establecida» por el mismo. Respecto al futuro, Alastair Carmichael constató el descenso de lectores y coleccionistas. «En veinte años ha cambiado toda una generación. Cuando empezamos había masas de gente comprando libros, quizá no muy caros, pero se vendía muchísimo. Pronto serán solo unos pocos raritos. La pantalla va ganando. Quizá en el futuro habrá que cambiar el formato de la Feria del Libro Viejo».