Francisco Valcarce
El responsable de la entidad universitaria recibirá un homenaje en Las Llamas con motivo de su despedida tras cuatro décadas de trabajo
El Aula de Teatro de la Universidad de Cantabria cierra hoy y mañana, a las 20.00 horas, el curso y la temporada, con el ... estreno, en el Paraninfo de Las Llamas, de dos obras: 'Bohéme' y 'Amor Eterno'. Perola sesión de este viernes será especial porque incluirá un homenaje a Francisco Valcarce quien tras más de cuarenta años deja la dirección de la veterana entidad. Con este gesto la comunidad universitaria quiere agradecer su trabajo, que ha llevado a la agrupación de la UC a ser una de las más laureadas del panorama universitario español.
- ¿Recuerda su llegada al Aula de Teatro?
-El Aula había surgido dos años antes de la mano de Isaac Cuende, cuando aún no era Universidad de Cantabria. Se trataba del ATUS (Aula de Teatro de la Universidad de Santander). Isaac se marchó de Cantabria y cuando entró un nuevo equipo rectoral, el vicerrector de Extensión Universitaria, Manuel González Morales, quiso promover las Aulas, revitalizando las existentes y creando otras nuevas. Y un grupo de alumnos me propuso a mí. Era el curso 86/87. De hecho, la de Teatro es el Aula más antigua de la UC, solo superada por la de Teología.
-¿Cómo era el panorama teatral universitario en aquellos años y cómo ha evolucionado?
-Era una universidad más pequeña, pero con un alumnado más interesado por el teatro y por la actividad cultural en general. El hecho es que fueron los alumnos los que quisieron que funcionara este Aula. El desinterés actual no es exclusivo del ámbito universitario, sino que afecta a una buena parte de la juventud. En las programaciones culturales apenas asisten jóvenes, salvo en conciertos de música pop, rock...
-Durante estas décadas, la agrupación teatral de la UC ha cosechado numerosos premios. ¿Hay algún momento del que guarde un especial cariño?
-Hay varios. Los primeros espectáculos ('Testigos', 'Fly-By. Vuelomagia', 'Memoria del adiós') significaron mucho para el ánimo del grupo que, entonces, nos llamábamos Teatro Estable de la Universidad de Cantabria. Una ingenuidad absoluta, porque un grupo universitario no se caracteriza precisamente por la estabilidad. Hay que tener en cuenta que 'Fly-By. Vuelomagia' es la única obra de Alfonso Vallejo, insigne dramaturgo cántabro, montada en su tierra. Con ese espectáculo participamos por primera vez en festivales de teatro universitario. Hay que citar otros montajes que, bajo la dirección de Rita Cofiño, tuvieron una relevancia especial. Con 'La cantante calva', 'La boda de los pequeños burgueses', 'Terror y miseria del primer franquismo' y 'La función por hacer'). Finalmente, guardo un gran recuerdo de 'Máquina Hamlet' por ser mi última puesta en escena en la UC.
-¿Cuál diría que ha sido la clave para mantener viva y activa una agrupación teatral universitaria durante tanto tiempo?
-Para suplir la inestabilidad estudiantil ha tenido que existir una solidez organizativa basada en la construcción de una estructura programática consistente y equilibrada. Junto a ello, es imprescindible la apertura a la sociedad acogiendo miembros ajenos al ámbito universitario. Y, finalmente, ha sido esencial el trabajo de las personas que ha asumido la responsabilidad de la dirección de los diferentes espectáculos.
-¿Qué papel tiene el teatro dentro del entorno universitario?
-Hay que poner de relieve la faceta formativa del Aula. Otro de los ejes sobre los que ha gravitado su actividad ha sido la programación de cursos, talleres, seminarios... Actuaciones encaminadas a comprender el hecho teatral y aportar herramientas de comunicación y expresión a la comunidad universitaria y al resto de la sociedad.
-El Aula ha sido también una cantera de talentos. ¿Se siente orgulloso de haber acompañado los primeros pasos de ciertos actores o actrices?
-Claro. Es importante señalar la proyección profesional que supuso para muchas personas que, iniciando o complementando su formación en el Aula de Teatro, adoptaron el oficio teatral como modo de vida. En las áreas de la interpretación, la gestión o la tecnología del espectáculo, varias decenas de nombres han figurado o figuran en las nóminas de entidades y compañías como La Fura dels Baus, Producciones Juanjo Seoane, Teatro del Norte, La Jácara, Centro Andaluz de Teatro, Atalaya, La Ribot, La Tartana, Lucas Cranach, Matarile, Quiquilimón, Pentación, Cambaleo, L'Alakran, Light Expo, Festival de Almagro, Festival de Mérida, Expo-92, Salamanca Capital Cultural, Teatro Central de Sevilla, Centro Dramático Nacional o Compañía Nacional de Teatro Clásico. Además del caso de La Machina Teatro que requiere un espacio aparte, también debe mencionarse que el paso por el Aula ha supuesto la creación de nuevos grupos de teatro que han seguido su proceso propio, enriqueciendo la vida cultural de la ciudad y de la región.
-¿Qué le gustaría que se mantuviera del espíritu del Aula en esta nueva etapa que comienza sin usted?
-Con los años, y debido a diversas circunstancias, tanto organizativas como técnicas y económicas, el programa del Aula ha quedado reducido a tres frentes: el taller de teatro, el grupo de teatro y la Muestra Internacional de Teatro Contemporáneo. La persona que me suceda, lógicamente, tendrá su propio programa, pero debe tener en cuenta este legado y sería bueno que recuperara otras acciones, además de incorporar nuevos proyectos: le toca conseguir que se aumente el presupuesto.
-La Muestra Internacional de Teatro es un referente.
-Evidentemente, es uno de los pilares básicos del Aula. Con 35 ediciones celebradas, es el evento dedicado exclusivamente a teatro más longevo de Cantabria y, en términos generales, el más antiguo después del FIS. Y, en el ámbito nacional, pocos son los festivales de tan larga trayectoria. Desde 1990, por la Muestra han pasado las principales compañías españolas del teatro contemporáneo y se han visto algunas de las obras más importantes de las últimas décadas producidas en nuestro país dentro de la nueva creación escénica. Quiero señalar que participaron en la primera edición tres compañías que, más adelante, fueron Premio Nacional de Teatro, convirtiéndose en nombres de gran prestigio. Me refiero a Ur Teatro dirigido por Helena Pimenta, La Zaranda y Atalaya. Y no me resisto a indicar que algunos de los creadores más importantes de la escena actual han presentado sus trabajos en Cantabria única y exclusivamente en el marco de la Muestra. Me refiero, entre otros, a Carles Santos, Rodrigo García, Angélica Liddell o La Ribot. Y artistas internacionales como Pippo Delbono o Thedoros Terzopoulos
-.¿Cómo ha sido compaginar su trabajo en La Machina con la dirección del Aula?
-El Aula y La Machina son, casi, vasos comunicantes. La compañía surgió en la Universidad, fruto del trabajo del Aula, y mantiene una fuerte vinculación con ella. Compaginar las dos tareas ha sido algo normal.
-Y ahora que cierra este capítulo, ¿qué le espera fuera del Aula?
-Continúo siendo el director de La Machina con lo que el vínculo con la Universidad en cierto modo, continúa. En la compañía seguimos con nuevos proyectos, el más inmediato, en el que me encuentro inmerso encabezando la producción, es el que califico como el más trascendental de toda nuestra trayectoria.
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