Las amas de cría y sus descendientes, ejes de un proyecto de cine colaborativo

Para ello, a lo largo del programa contarán con el apoyo y el asesoramiento de los impulsores de las Jornadas, que son el cineasta y docente cántabro Aitor Sánchez, quien recibió la Mención Especial del Jurado Joven en la categoría de película documental de la última edición del Festival de Málaga con 'Balika', y la educadora y licenciada en Derecho Rocío Fernández, que es la encargada de conducir las sesiones de diálogo y debate. Para ello, ambos cuentan también con la colaboración de diferentes creadoras del panorama audiovisual nacional. Las Jornadas, que cuentan con hasta 15 participantes de entre 20 y 70 años de edad, se celebrarán todos los sábado hasta el 29 de abril, en horario de 10.00 a 14.00 y de 15.00 a 17.00 horas, en la Casa del Patriarca, el centro cultural de Selaya.

El impulsor de estas jornadas, Aitor Sánchez, destaca que «la iniciativa nace con la idea de dar voz a las mujeres de hoy en día de los Valles Pasiegos, que tienen una vinculación muy cercana con las amas de cría». Por ello, añade, «la mayoría de ellas conocen el tema, tiene parientes, en general bisabuelas y tatarabuelas, que ejercieron esta labor, por lo que este colectivo está muy interesado en preservar la memoria de estas mujeres», detalla. Dado ese enfoque, las Jornadas se plantean como «un ejercicio conjunto cuyo objetivo es destacar el papel de jugaron estas mujeres en el desarrollo de la 'pasieguería', la economía agraria de la zona, lo importante y trascendental de esta labor». Otro de los fines de esta propuesta, añade Sánchez, es «conectar con el relato no contado, la parte que se ha invisibilizado sobre los sacrificios que estas mujeres tenían que tomar». Se trata, según explica, de «un aspecto destacado, porque fueron sacrificios de los que no se habla mucho, sobre los que impera un silencio que sirve para blanquear este relato». Así, durante las jornadas «se van a tocar y documentar todas las impresiones», resalta el realizador cántabro.

En cuanto al modelo de desarrollo del proyecto, las Jornadas de Diálogo y Creación Cinematográfica se han planteado con una estructura basada en cuatro fases bien diferenciadas, según explica Sánchez. La primera de ellas se centra en «la creación de un espacio en el que las mujeres de los Valles Pasiegos debatan y revisen la historia de las amas de cría, escuchando las visiones y la voz de las compañeras talleristas». La segunda fase, por su parte, consta de «una introducción al cine seguida de juegos de experimentación con la técnica audiovisual». Tras ésta llegará el tercer bloque, «en el que se materializarán las reflexiones y discursos de la primera fase a través de la creación de piezas audiovisuales del formato de su elección». Por último, la fase final consistirá en un análisis de las conclusiones planteadas por las protagonistas y la posterior difusión de los trabajos realizados.

Una de las características más destacadas de estas jornadas es su enfoque coral, materializado en el desarrollo de proyectos de cine colaborativo. Como explica Aitor Sánchez, la clave del programa es ese enfoque comunitario que permite «la creación de narrativas que son contadas por sus protagonistas». Dicho proceso conlleva asimismo «el desarrollo de sinergias durante el proceso, el fomento de la reflexión acerca de su propio territorio, la creación de un espacio facilitador de nuevos proyectos y nuevas alianzas, o de jóvenes ciudadanas empoderadas con un nuevo espíritu de participación popular e implicación en los asuntos de su sociedad», resalta Aitor Sánchez.

Si el objetivo es condensar los testimonios de mujeres sobre la vida de otras mujeres, es natural que sean ellas «las que hablen y decidan el contenido mediante la realización de un ejercicio de memoria histórica, por lo que el relato final se planteará desde un punto de vista femenino», enfatiza Sánchez, quien también destaca la estructura horizontal del planteamiento: «La magia de este tipo de iniciativas se crea en las propias dinámicas, durante el proceso de creación propio del cine colaborativo y comunitario». Por ello, «cada grupo va a definir qué cuenta y cómo lo cuenta, y todas las integrantes van a grabar y a participar del proceso por igual», concluye.