El Año Agustín de Celis abarcará seis décadas de su pintura en un itinerario por cinco espacios

Hace ya casi una década tuvo lugar una importante revisión de la pintura de Celis desde los años sesenta en la que el veterano pintor y arquitecto cántabro revelaba dos de las constantes creativas de su estilo: la palabra poética, inmersa en sus lienzos y su extrema paleta de azules. Ese color, que le ha acompañado, rescatado y evocado a lo largo de medio siglo de pintura, es el equipaje plástico de este perseguidor de formas que «busca, experimenta, indaga y profundiza». Pero ahora la cita itinerante del Año del artista centrará la mirada en los últimos treinta años de creación.

La exposición, en palabras del artista, representa una búsqueda intensa de lo esencial, la búsqueda de la autenticidad que empieza en uno mismo. «Se dinamiza el espacio plástico, se le da vida a la luz, la forma y el color que fluctúan entre las sombras formando parte de un lenguaje, dentro del cual yo trato de estudiar, conocer y practicar. Paralelamente cabe un momento poético que se manifiesta en el tiempo a través de diversos autores, poetas con los cuales me identifico, resultando un arte de la memoria y dando lugar a un arte de la imaginación, pintura concebida como medio de expresión y estado de ánimo de mi conciencia», explica.

El tema de este espacio tiempo recuerda algunas veces, según subraya el propio Celis, «un mar ancestral, casi un perdido limbo y un retorno aferrado a remotas raíces de mi ser, tomando un azul imperante de mi memoria». La muestra que presentará es «la mitad de mi vida como artista, refleja los momentos de mi regreso de Roma, en 1965 hasta hoy». Un proyecto definido como su «viaje de la memoria, representación de una representación de mi obra que deja testimonio de todas mis experiencias y encuentros de la vida y el arte». La exposición reunirá para esta ocasión casi medio centenar de obras que recorren y reflejan de manera sintética pero representativa los trayectos creativos del pintor desde los inicios más paisajísticos, evolucionando hacia la abstracción hasta concluir en obras inéditas recientes.

La muestra, integrada en el proyecto comisariado por Jesús Mazón y con apoyo institucional e implicación de varios ayuntamientos, pretende trazar la búsqueda de lo esencial que caracteriza la obra de De Celis explorando «un lenguaje plástico donde la luz, la forma y el color dialogan con las sombras. Inspirado por la poesía y la literatura, su arte combina memoria e imaginación, reflejando sus estados de ánimo y su conexión con un mar ancestral, símbolo de sus raíces y su identidad en Cantabria. La exposición tendrá como eje su trayectoria desde 1965, tras su regreso de Roma, hasta hoy, mostrando su evolución creativa y las experiencias que han marcado su vida y su obra.

La itinerancia arrancará el próximo mes de febrero en Santander, en la Biblioteca Central de Cantabria, y posteriormente se abrirá el periplo en Comillas, para discurrir por Laredo, Torrelavega y concluir en Madrid, ciudad en la que reside actualmente el pintor. El propio Agustín de Celis ha participado de forma activa en la producción del proyecto a lo largo de estos meses en los que se han sucedido los preparativos.

De la Bienal de Venecia en los sesenta a sus últimas piezas pasando por Sao Paulo, París, Roma y Madrid; del Gran Premio de Roma de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en 1960 al Premio Nacional y la serie de los Archivos; de la propia idea de viaje a la pintura comprometida; ese «nomadismo estético vertebrado en series que, a modo de estaciones, han ido componiendo una singladura que hoy abarca más de cinco décadas», en palabras de Marta Mantecón.