

Secciones
Servicios
Destacamos
El cine siempre ha sido el cordón umbilical visual, plástico, creativo y pasional donde confluyó en el tiempo el líquido amniótico de Indalecio Sobrino sobre todos los lienzos. El niño y adolescente que vivía las películas supo vehicular esas imágenes a través de la pintura. Después vendría todo lo demás: la danza, la música, la tauromaquia, las estampas costumbristas, la huella religiosa y, como columna vertebral, la figura humana. El pintor santanderino ha convertido la sala Concepción Arenal de la Biblioteca Central en una ingente confluencia de etapas, inquietudes, pequeños universos, periodos y miradas que permiten ahora sintetizar en 35 obras su profusa creación. Un artista cercano, familiar, arropado ayer por cerca de doscientas personas -amigos, colegas pintores, galeristas..- que ratificaron la querencia por una forma de vivir la pintura.
La exposición, inaugurada ayer, tendrá como meta final Madrid. En el camino se fusionan el homenaje, el reconocimiento a la trayectoria de uno de los pintores más destacados de las últimas generaciones y el acercamiento a las obras más representativas y significativas. Ya en junio, la sede del antiguo Ayuntamiento de Laredo; en agosto, las Casas del Águila y la Parra de Santillana del Mar; en octubre la Casa de Cultura de Torrelavega y la Casa de Cantabria al cerrar el año, integran las paradas de este itinerario necesario para redescubrir a un artista que siempre ha mostrado una fe rotunda en la pintura.
El Año Cultural Indalecio Sobrino alcanza la quinta edición de un proyecto que comenzó en 2020 con Pedro Sobrado, siguió en 2021 con Gloria Torner y continuó en 2022 con José Ramón Sánchez y el pasado año con Roberto Orallo. Esta primera parada podrá visitarse hasta el próximo 31 de mayo.
De aquella 'Pelea de gallos' de 1966, precedida de los primeros bocetos que auguraban una sucesión interminable de trazos sobre el lienzo, a las recientes, muy recientes obras de Sobrino (cuyo motivo común se ha centrado en orquestas y músicos) la exposición, comisariada por Jesús Mazón, propone sorpresas y una visión global del pintor más reconocible. El expresionismo fugaz, la interpretación muy personal del mundo taurino, la seducción plástica de la danza, las figuras como surgidas de una leyenda urbana, intemporal, o de una estampa valle-inclanesca. Todo tiene su espacio y su tiempo en una muestra que posee la singularidad de no ser una retrospectiva ni una antológica al uso, sino una inmersión selectiva con la poderosa capacidad de alumbrar las estancias más personales de un pintor que ha hecho de una falta de objetivos definidos un caleidoscopio con muchas aristas y destinos.
Indalecio Sobrino estuvo ayer arropado por la alcaldesa Gema Igual y el director general de Cultura, Juan Antonio González Fuentes, quienes elogiaron la trayectoria y persistencia del creador y su popularidad histórica. Mazón recordó las claves de la muestra y subrayó que ahora que Santander vive un periodo de transformación y de grandes perspectivas culturales, es preciso destacar a quienes, como Indalecio Sobrino, han marcado una época que fue abriendo caminos al arte.
La colección seleccionada para este homenaje alberga más de 30 de sus mejores cuadros reuniendo sus primeras obras de los años 60 y que revelan ya el marcado estilo pictórico del autor tan reconocible en las siguientes obras que aumentan en tamaño e impronta, siendo el resto de la selección elegida para la ocasión «cuadros murales significativos de los grandes temas que Sobrino desarrolla y plasma a lo largo de toda su carrera artística». Subyacen las grandes claves del universo de un creador humanista, que considera esencial la técnica y ese diálogo tenso con el lienzo.
Del mural de indianos, de los retratos más personales en unas obras repletas de figuras humanas que tanto ha estudiado y desarrollado a lo largo de estas décadas de trabajo, a la rutina de los monjes de la Trapa a través de una serie de piezas recientes.
Obras con perspectiva, belleza, estética, color, formas, movimientos y profundidad reflexiva que «dialogan entre ellas para una colección completa e integral, nunca antes seleccionada, y que representa toda una vida dedicada a la pintura».
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Noticias seleccionadas
Ana del Castillo
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.