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El arquitecto y escultor Alberto Odériz (Pamplona, 1983) es el nuevo nombre propio del programa cultural y artístico de la Torre de Don Borja, la que fuera sede de la Fundación Santillana durante cuarenta años y que inició en 2019 una nueva etapa. A las exposiciones temporales y permanentes, suma un programa de encuentros con artistas y escritores. Y desde el pasado año aborda otra iniciativa bajo el curioso epígrafe de A8.
El proyecto es una iniciativa que tiene como principal finalidad que nuevos valores del arte español puedan exponer su obra en un centro de prestigio como el de Santillana en el que convivirán con artistas como Jaume Plensa, Rafael Canogar, Juan Muñoz, María Blanchard, Juan Genovés o Jorge Oteiza. Con el objetivo de asegurar la máxima calidad de los trabajos presentados, la Torre de Don Borja realiza una convocatoria anual en la que invita a participar a las galerías de arte del corredor del Cantábrico (Galicia, Asturias, Cantabria y País Vasco) seleccionadas para acudir a la edición de la Feria ARCO correspondiente de cada año. Odériz inaugurará esta semana en la Torre de Don Borja la nueva propuesta seleccionada dentro de este proyecto.
'Bosque' es su creacióny un encuentro con el artista servirá de puesta de largo y de banderazo de salida del verano en el histórico inmueble, cuya gestión corresponde al poeta Marcos Díez. El próximo sábado, día 29, al mediodía, en la Torre de Don Borja, tendrá lugar la inauguración mediante una conversación en la que Odériz hablará de su obra, de su método de trabajo y de su proceso creativo. El proyecto, presentado por la Galería Nordés de Santiago de Compostela, fue elegido a través de la citada convocatoria A8, que impulsa este centro cultural, y se podrá visitar hasta el próximo otoño. Para asistir al encuentro, debido a las limitaciones del aforo, es necesaria invitación.
'Bosque' es una instalación específica que nace de la investigación del entorno, poniendo especial énfasis en la cueva de Altamira, y que convertirá la sala en un «cueva / bosque». El trabajo se ha desarrollado en dos fases: en primer lugar, el artista ha llevado a cabo una recolección de ramas y otros materiales en la naturaleza; después, ha llevado a cabo la instalación de esas ramas configurando un espacio natural y orgánico en el interior de la sala. El proyecto dialoga con la cueva de Altamira y con la reflexión del arte comorepresentación del mundo. El artista, para preparar la instalación, tuvo una jornada de trabajo en el Museo Altamira, en la que conversó con Pilar Fatás, directora del Museo, y Lucía M. Díaz, conservadora. Odériz defiende que «la naturaleza, en forma de bisonte o de caballo, era arrancada de su contexto y llevada al interior de la cueva donde empezaba el trabajo humano de significar y simbolizar el mundo». El artista, en su propuesta, plantea ahora «la entrada de un fragmento de naturaleza al interior del museo para repetir así el acto altameriense, pero esta vez los significados no son los mismos. Y lo que antes fue misterio y deidades ahora es fragilidad y escasez».
La galerista santanderina Oliva Arauna, presidenta del jurado, destacó que «la propuesta de Odériz es coherente con su trayectoria, en la que trabaja utilizando la metodología de la arqueología». Su instalación orgánica, a imagen de la cueva de Altamira, mediante elementos vegetales que se irán desintegrando paulatinamente». La artista Ana Martínez Fernández fue la seleccionada en la convocatoria A8 de 2023.
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