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Sara Reyes celebró su 25 cumpleaños de un modo singular. Mostrando sus obras a los alumnos de un instituto que acudieron al CNFoto. Allí la artista plantea a través de trazos y objetos, preguntas en las que lo que menos importa es la respuesta. ... Recuerda intercambiar los papeles y ser ella la que escuchaba a otros explayarse con los detalles de sus creaciones y cómo «te abría la mente a nuevas ideas».
«Es bonito poder llevar lo que he aprendido al lugar donde crecí y que la gente lo vea», afirma. Tanto como valoraba, cuando vivía aquí «tener acceso a cosas culturales y participar en ellas». En su caso, participar en 'Experimenta Torrelavega', la muestra que reúne a cinco artistas con sus diversas manifestaciones: Víctor Alba, Noemí Gutiérrez, Pablo Burgos, Enrique Gutiérrez Aragón y la propia Sara Reyes. Como curiosidad, ella hace doblete en la muestra; es la protagonista de una de las fotografías de Gutiérrez Aragón expuestas en otra sala, colgada de un trapecio, «hace unos diez años». Le gusta la mezcla de trabajos presentes en el centro.
El punto de partida de las piezas que componen su selección fue esa imagen icónica del encantador de serpientes, que ha poblado cuentos, ilustraciones y películas, «con la idea de la flauta y el cesto y la serpiente, que he traspasado a otros pensamientos que tenía». En esa asociación de ideas, reflexiona e invita a hacerlo al espectador: ¿por qué debería aprende a tocar la flauta si ni siquiera quiero que salga la serpiente? O, ¿por qué debería esperar a que salga la serpiente si solo quiero tocar la flauta? «Va de las dualidades, una cosa o la otra, el blanco o el negro, traspasado a cuestiones más filosóficas como el miedo o las ganas». ¿El sudor o las lágrimas? Se pregunta en otro de los cuadros. «Pueden ser las dos; las ganas de ver que hay dentro del cesto o no saber qué pasa cuando dejas de tocas la flauta y en ese equilibrio de tres elementos de incertidumbre todo está bien». No hay que elegir, lo que de por sí, es una elección. «Llegando a la pregunta ya te estás dando muchas respuestas», razona. Respuestas en forma de texturas rugosas, colores neutros, trazos de lápiz. Blanco sobre negro y viceversa. Aros de arena en los marcos. Un cuerpo animal de esferas brillantes.
¿Ha tenido que elegir en su trayectoria? «Diría que sí. En la carrera te obligan a justificarlo todo y a veces pesa ese razonamiento del por qué, que puede ser simplemente porque sí». Y pone como ejemplo la elaboración de las piezas escultóricas que dialogan con los cuadros. «¿Por qué es de arena? Pues no lo sé, porque he trabajado ese material antes. ¿Y por qué hay un cascabel? Porque representa a la serpiente y ha surgido de forma espontánea».
Las ideas fueron encajando al lugar, la sala, se fueron encaminando a la propuesta de forma natural. «El proceso ha sido bastante libre y ha incluido hacer cosas que al final, en la última fase, cuando todo empieza a cuadrar, decides no incluir». Prueba y error. Junto a la cesta de arena compactada, apoyado en el suelo, un pequeño cuadro, similar al de gran formato, reposa discreto, como un boceto, con bolitas de arena en sus bordes. «Me gusta que esté ahí como detalle, para entender más de donde surgen las formas. Es parte de todo».
Como destaca el comisario Jesús Alberto Pérez Castaños, la pintura de Sara Reyes «busca un territorio abierto de indefinición para mostrar su capacidad de versátil representación polisémica». Compara el resultado con la apariencia pictórica de un palimpsesto, elevado en ascetismo monocromo.
Nuevas reflexiones, fruto de la evolución de su propia experiencia, a nivel pictórico no siente necesidad de plasmar cuestiones concretas. «Mi lenguaje se crea a través de ideas, de conceptos, no tiene sentido en mi obra hacer un cuadro muy elaborado, porque busco la sutileza de con poco decir mucho». La sencillez entendida como tener claro algo a reflejar. «Lo importante es lo que hay detrás».
La sede actual de Reyes está en Valencia. Allí fue a estudiar y tras un periplo por diversos destinos durante otra etapa, regresó y se instaló a la orilla del Mediterráneo. Compagina su actividad puramente creadora con sus estudios y el trabajo. Por delante tiene planes de continuar formándose, trabajando en su taller «produciendo cosas» y en un plazo cercano, su próxima exposición en la galería Juan Silió en abril, «que requiere trabajo».
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