El arte en nueve fronteras alternativas

Los trabajos de Samuel Pacheco se inspiran en lo visual captado de los medios sociales y urbanos que frecuenta. Las calles, el grafismo publicitario, las prácticas artísticas de otros creadores, la fotografía de prensa, las reuniones públicas. El meticuloso trabajo pictórico de Tomás Hoya Cicero refiere la obra de un artista que considera la resolución final de las creaciones como una fórmula de totalidad estilística y plástica. Demostración estética de un competente pintor que ofrece su capacidad técnica para poder establecer sus propias metáforas.

En Miguel Díez la consistencia de la pintura «revela y crea espacios vibrantes de trayectorias cromáticas donde se adivinan urbes imprecisas o naturalezas en permanente evasión perceptiva». .

Rafael Leonardo Setién, uno de los artistas de la comunidad con más fundamento y poso en su mirada, presenta tres poderosos cuadros que dialogan sobre la singularidad creativa desde un inquietante lenguaje pictórico: 'El Paraíso', 'El Purgatorio' y 'El Infierno' estructuran una personal sintaxis plástica sobre Dante y su 'Divina Comedia'. Nada resulta previsible en las superficies de sus lienzos.

Antonio Manzano, fotógrafo galardonado, que explora con su mirada experta la atmósfera tanto del paisaje y los instantes de lo humano, posee una exquisita técnica. En su particular álbum caben oficios, viajes en la niebla y la nieve, la cercanía de los rostros oprimidos por los sucesos vitales, «el horizonte retratado en su intima fidelidad de lejanía, la trama honda de la ternura y su vínculo temporal». Slav, por su parte, propone búsquedas originales a la creación plástica por medio de imágenes de poderoso magnetismo visual. Obras de expresividad extraña, contenidas en el espacio imaginario de los estados alterados de conciencia.

En Alejandro Bombín la inconfundible personalidad de sus trabajos plásticos marca y determina su original factura compositiva. Estructuras pictóricas construidas en bandas horizontales para subrayar sobre el lienzo un carácter de lineal crítica social. En ellas, nada es lo que parece, todo «es susceptible de tener una representación irónica o crítica».

Alberto Muñoz, coherente en su trayectoria, investiga el decir oculto de los objetos como si estuviera intuyendo el enigma de sus apariencias, atesora materiales y escribe poemas anónimos con palabras elegidas una a una, «en una alegórica letanía de significados que nos infunde el valor de nombrar las cosas que no quieren pertenecer al olvido».

Finalmente, en José Antonio Parada la magia de saber encontrar nuevos significados a los fetiches y útiles cotidianos (el huevo de madera para zurcir, el arrugado tubo de pasta, las monedas..), ha transformado a este artista en un «prestidigitador de la mirada».