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Sonia Piñeiro, ilustradora y pintora, es cántabra y por eso conoce el Simposio Internacional de Artistas de Noja -Sianoja-, una experiencia que le interesaba ... desde hace años porque le ha permitido conocer artistas extranjeros, su experiencia laboral y sus diferentes técnicas plásticas. Reconoce que «los artistas están ninguneados» en esta sociedad y pese a todo, siempre ha seguido adelante. «Pintores y escritores somos los últimos monos», afirma. En Sianoja su obra traza la metamorfosis de una bella mariposa. «Habla de la transformación, de los cambios de la vida, de sus repeticiones... habla de las edades, de los ciclos de la vida, de volver al origen», explica.
-¿Cómo empezó esta aventura con el arte?
-Desde muy pequeña siempre me gustó pintar. Dibujar, crear... siempre me ha llenado mucho como persona. En cuanto acabé los estudios obligatorios y pude me dediqué de lleno al mundo del arte.
-¿Cómo es ser artista?
-Es muy duro. Es como una carrera de fondo, pero como disfrutas durante el recorrido te compensa. Llegar a la meta es complicado. Es una vida dura pero es una elección que tú haces porque te compensa. Siempre he dicho que no me voy a jubilar nunca de esto salvo que me pase algo que no me permita dibujar. Mi vida está muy ligada a mi profesión salvo porque las gratificaciones económicas apenas llegan.
- ¿Por qué eligió la pintura y el dibujo? ¿Qué tiene esta disciplina que no tienen otras?
-Porque es el medio con el que mejor me expreso. También me gusta escribir (desde hace años escribe relatos infantiles), pero me cuesta mucho porque para hacerlo en condiciones también hay que invertir mucho tiempo. Me gusta mucho inventar y crear, ya sea de una manera plástica o escribiendo.
-¿Por qué pinta?
-Para crear mundos diferentes. Es lo que me sale de dentro. Intento dibujar un mundo amoldado a mi manera de ser. Soy muy esteta y lo embellezco todo. Ahora estoy pintando la metamorfosis de una mariposa y cuando llego a las alas me gusta retorcerlas, cambiarlas... Me gusta cambiar las cosas y llevarlas a mi terreno.
-¿Qué recuerda de sus primeros dibujos?
-Poca cosa, era muy pequeña cuando empecé a pintar.
-¿Cómo ha evolucionado su pintura en estos años?
-Mi evolución es muy poco a poco, pero es cierto que en cada cuadro hay saltos. Si miro la obra que pinté hace diez años noto estos saltos, aunque toda mi obra es muy reconocible. Si alguien ve mi obra siempre sabe que es mía porque hay trazos muy característicos.
-¿Cómo ve el mundo del arte?
-Me gustaría que la sociedad valore un poco más a los artistas. Es cierto que los que nos dedicamos al arte tenemos la satisfacción de hacer lo que nos gusta y los lunes nos levantamos muy contentos, nos gusta trabajar y todas las horas que dedicamos al arte nos parecen pocas. Pero como contrapartida, nos gustaría recibir alguna compensación económica por nuestro trabajo porque pagamos facturas y vivimos. Esa parte es muy dura.
-¿Hay alguna obra más especial o a la que tenga especial cariño?
-Todos los cuadros son como hijos, pero si tengo que elegir uno me quedo con el último en el que estoy trabajando. Es el que me emociona ahora y en el que vuelco toda la experiencia acumulada durante años. Si miro cuadros pintados hace años a veces pienso que igual podía cambiar esto o lo otro. Vas evolucionando como artista y como persona y eso se nota en tu trabajo.
-¿Qué le parece Sianoja?
-Es una experiencia estupenda, sobre todo porque me permite conocer artistas extranjeros, sus culturas y sus técnicas artísticas. Yo he realizado talleres con Antonio López y con Dis Berlín en Noja. Creo que convivir con otros artistas nos enriquece mucho. Además nos contamos penas y alegrías y te sientes acompañado porque como artista estás en casa pintando. Estás solo.
-¿Y qué está pintando?
-En Sianoja voy a hacer dos obras, una en papel, con tinta china y acuarela. Hay un equilibrio entre la mancha y el dibujo en línea y trata sobre el recorrido de la vida. Es la metamorfosis, cómo la oruga se convierte en una bella mariposa. Es una representación de nuestra vida, cómo crecemos, evolucionamos y llegamos a la vejez. Y debajo he puesto líneas repetitivas que hablan del ciclo de la vida cómo se repiten las situaciones, pasamos por los mismos lugares... En el segundo lienzo trabajo con un nido grande de cigüeñas. Las líneas me gustan y el nido representa los líos de la vida, el nudo de los conflictos... Es un nido con ramas que escenifica bien cómo es la vida.
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