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«Este volumen recoge los trabajos de juventud de Horacio Schrödinger (Sarrera, 1970 Irteera, 2018); niño hiperactivo, joven taciturno y anciano irascible cuando le sorprendió la muerte en forma de piano de cola en caída libre». Así se presenta 'Las tesis de Schrödinger', el primer ... título de ficción del periodista Aser Falagán (Santander, 1978), jefe de la sección de Deportes de El Diario Montañés. El autor, que ya había copublicado 'Cien anécdotas del Racing' (2013) y coeditado la revista cultural D´Artes, define su primera obra dentro de este género como «una propuesta ecléctica y muy difícil de calificar, también para mí». Falagán explica que la obra «gira entre la ficción, la ucronía y la greguería. En cierto es un juego con la historia, pero no a modo contrafactual, sino desde la ficción y el gamberrismo entendido en el mejor sentido, o al menos eso espero», señala el autor cántabro.
Editado por la editorial cántabra Libros del Aire del editor y poeta Carlos Alcorta, el debut de Aser Falagán en el ámbito narrativo oscila sobre la figura de «Schrödinger, un personaje en el que proyectarse», algo que no debe confundirse con «un alter ego, nunca; es un personaje sobre el que articular las ficciones al que vestir con diferentes trajes», afirma su creador. Para él, la historia del personaje constituye «un ejercicio para, por un rato no tomarnos nada, absolutamente nada, demasiado en serio, comenzando por nosotros mismos», afirma el periodista.
Con un estilo que describe como «narrativa breve salpicada de otros conceptos que a mi mismo que cuesta definir, o quizá no me atrevo a hacerlo», la obra de Falagán plantea «un modo de jugar con el lenguaje y de crear palabras. No a utilizarlas, sin simplemente a crearlas, listarlas y definirlas; un juego apto para cualquiera, como inventar esas frases históricas que los protagonistas nunca pronunciaron, pero que por uno u otro motivo me gustaba imaginar que dijeron». En ese sentido, el escritor destaca que «al final es todo un juego, una invitación a que el lector recoja el guante y juegue él también».
El libro, que se presentará próximamente en el Ateneo, es fruto de «un largo periodo de tiempo recopilando cosas», una labor que es fruto de diferentes etapas, hasta el punto de que «había material para más. Se ha planteado así como el primer episodio de una serie de relatos cortos y ficiticios sobre personajes en ocasiones incluso reales. Los textos, inspirados «en mil cosas que lees, desde Douglas Adams a Tom Sharpe Woody Allen, o toda la tradición del fanzine y de las publicaciones de Azcona...», explica Falagán, quien destaca que se trata de relatos escritos con un carácter «provocador». Gran parte de esa esencia polémica y levantisca se condensa precisamente en la figura del protagonista del estreno del periodista como narrador: «Horacio Schrödinger es un personaje inventado que me sirve de excusa para reunir realidades y elementos que en realidad están muy dispersos». Como ejemplo, Aser Falagán inventa y atribuye a distintos personajes a lo largo de los capítulos del título «frases históricas que nadie dijo nunca, al estilo de 'Cómo esto no sea el Tajo nos hemos perdido', que dijo Orellana en el Amazonas».
La cuidada edición de 'Las tesis de Schrödinger' es otro de los aspectos que valora y destaca el autor. La publicación también incluye viñetas del propio autor ilustradas por Álvaro Fombellida, autor también de la cubierta y la contraportada.
Mención especial dentro de la obra merece a juicio del periodista «el capítulo 'Acrónimos', basado en acrónimos inventados con significados inventados, al que acompaña otra colaboración, esta de Carmen Somavilla. Se plantea así una selva argumental tan divertida como sorprendente, en la que el lector debe aprender a escalar, arrastrarse, saltar y, sobre todo, volar por la mente y por la historia a través de la mirada de su peculiar protagonista. Horacio Schrödinger era «huraño y antisocial», pero sobre su figura penden todavía demasiados mitos: «Sobre los excesos que se le atribuyeron: todos se quedaban cortos». Porque «quienes cada cierto tiempo decían que estaba desintoxicándose mentían: fiel a su costumbre, se intoxicaba sin tregua». Eso y mucho más que eso fue Horacio Schrödinger. Todo suyo.
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