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Si por algo es conocida la ciudad japonesa de Kobe es por la calidad de su carne, considerada una delicia por su sabor, ternura y textura marmórea. Sin embargo, el pulpo y sus miles de formas de cocinarlo es otro de sus productos más identificativos. ... Así lo explicaba ayer el artista Shimabuku (Kobe, 1969) en la presentación de la exposición 'Pulpo, cítrico, humano' que se inaugura hoy en el Centro Botín y que podrá visitarse hasta el 9 de marzo de 2025. Se trata de un proyecto muy especial para este creador que en la actualidad reside en Okinawa porque es su primera muestra institucional en España, y «la más grande hasta el momento», según él mismo explicó, y en la que se reúne una serie de obras -vídeo, fotografía, escultura, instalación y sus propios textos explicativos- desde principios de la década de los 90 -sus inicios como artista- hasta la actualidad. Tres de estas obras, las muestra por primera vez y dos de ellas están inspiradas en Cantabria, en sus pulpos y en sus gentes. «Es curioso, los pulpos de esta tierra son prácticamente iguales a los de Japón, sin embargo, aparentemente, la gente es muy distinta. No se parecen en nada», tal y como señaló.
Hay que empezar por decir, para todos aquellos que no conocen la trayectoria de este artista, que su obra se relaciona principalmente por los lugares que visita, tanto en Japón como en distintos continentes, y que además establece una conexión entre las personas que habitan esos lugares que va conociendo y el medio natural que les rodea. Es un artista que busca el asombro y que hace de él un disfrute. También para el espectador. Esto genera una serie de encuentros improbables entre entidades diversas al tiempo que crea experimentos sociales y espaciales, abiertos, sin muchas directrices que permiten que los organismos que los protagonizan -en este caso pulpos, frutas cítricas y humanos- participen en con su propio ritmo y capacidades. «Esta exposición hace que nos miremos de una forma nueva y tras la visita, los pulpos y los cítricos ya no serán lo mismo para nosotros», tal y como explicó la directora ejecutiva del Centro Botín, Fátima Sánchez, quien acompañó a Shimabuku y a la directora de exposiciones y de la colección del Centro, Bárbara Rodríguez Muñoz, en la presentación de la muestra. Fue esta última la que detalló que la obra de este artista parte de sus viajes y de la relación que establece con las personas que conoce en ellos. «Unos encuentros que provocan en él distintos experimentos artísticos con estos seres».
'Pulpo, cítrico, humano' La muestra reúne obras del artista Shimabuku desde sus inicios (principios de los 90) hasta la actualidad. Se pueden ver vídeos, fotografías, esculturas e instalaciones.
Otros contenidos Comisariada por el artista y Bárbara Rodríguez Muñoz incluye tres obras nuevas relacionadas con la gente y los pulpos de Cantabria.
Fechas y horario. La exposición que se inaugura hoy se podrá visitar en el Centro Botín, de martes a viernes de 11.00 a 14.00 y de 16.00 a 20.00 horas y los sábados, domingos y festivos: de 11.00 a 20.00 horas. Permanecerá abierta hasta el 9 de marzo de 2025.
Buena cuenta de ello pueden dar el centenar de personas que han participado en la creación de una de las piezas que muestra por primera vez en el Centro Botín y que forma parte del que es uno de sus proyectos artísticos más significativos: 'Flying People'. Para ello todos los que así lo desearon construyeron una cometa con la silueta de su propio cuerpo y el pasado domingo las pusieron a volar en el exterior del Centro. Tanto las cometas, como el vídeo con la acción del vuelo, se pueden contemplar en la exposición con el título de 'Flying people Santander'.
Pero ese contacto con ese centenar de personas no ha sido el único lazo del artista con la ciudad. Porque no podían faltar un homenaje a ese animal: el pulpo, que tanto le recuerda a Kobe y que admira. «Siempre he querido ser amigo de un pulpo» y cómo no tenía mucho conocimiento de ese animal lo primero que hice fue «saber más de ellos», afirmó. En 2019 realizó una obra titulada 'Sculpture for octopuses: Exploring for theri favorite colors' ('Escultura para pulpos: explorando sus colores favoritos') que consistía en colocar dentro de un acuario de pulpos una composición de canicas de cristal y jarrones realizados por él mismo. Este experimento se basaba en la curiosa costumbre de los pulpos de recoger y llevar consigo piedras y conchas marinas, y su afición por meterse en espacios estrechos, como un jarrón de flores. Para la muestra en Cantabria Shimabuku ha colocado una versión más grande de estas vasijas en el lecho marino, frente a la costa de Santander. Ha llamado a la pieza ' Going to meet the octopuses of Santander' ('Ir a conocer a los pulpos de Santander') algo que él mismo hizo en una de sus primeras visitas a la ciudad: bucear hasta las interioridades marinas -practica este deporte habitualmente- acompañado de un buzo local para observar el fondo, encontrar a sus animales favoritos y grabar sus interacciones. ¿Y qué más comprobó en esta inmersión? «Lo fría que está el agua del Mar Cantábrico», comentó en tono burlón y es que, el sentido del humor es algo que no le falta.
Entre las obras que forman parte de 'Pulpo, cítrico, humano' se exhibe la instalación 'Something that floats/something that sinks' ('Algo que flota, algo que se hunde') del año 2010 en la que muestra una serie de frutas y verduras dispuestas en tanques de cristal con agua y que exponen un extraño fenómeno natural, algunas de la misma especie flotan, mientras que otras se hunden. Además se puede ver 'Exhibition for the monkeys' ('Exposición para monos'), una de sus primeras grandes obras como artista -data de 1992- y que consta de una serie de fotografías que documentan a los descendientes de los macacos japoneses que fueron trasladados a un santuario desértico de Texas para un experimento científico en 1972. Shimabuku tenía curiosidad por saber si esos monos aún recordaban la nieve a pesar de no haber estado nunca en contacto con ella durante generaciones.
También proyecta la película 'Shimabuku's Fish & Chips', 2006, que documenta el encuentro entre los ingredientes del omnipresente plato británico mostrando a una patata que emprende un viaje submarino por Liverpool para encontrarse con un pez. La muestra, además, incluye una serie de sus primeras obras fotográficas que dan testimonio de su enfoque nómada y efímero de la creación artística y ofrecen nuevos puntos de vista de la vida.
La exposición va acompañada de una publicación, coeditada con La Fábrica, con textos escritos específicamente para este proyecto por la investigadora Filipa Ramos y el artista Philippe Parreno, así como una conversación entre Shimabuku y Bárbara Rodríguez Muñoz. Además, en 2025 Shimabuku invitará a otros artistas a participar en el Taller de Arte de la Fundación Botín que dirigirá en Santander a modo de cierre de la exposición. Una visita que ya adelanta le tiene encantado porque al final, la capital de Cantabria «me recuerdan tanto a Kobe y Okinawa...».
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