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Javier Cotera
Asombros de un pintor tras la línea

Asombros de un pintor tras la línea

Cuarenta obras de Pedro Sobrado, en el patio de Los Arenales, recorren sesenta años de su creación | Las primeras pinturas abstractas y la serie sobre la movida trazan, entre inéditos, su ingente mapa de arte entre París, Madrid y Cantabria

Guillermo Balbona

Santander

Miércoles, 29 de enero 2020, 07:23

Hay fechas que asustan. Hitos que han sembrado una trayectoria plena de ciudades, exposiciones, exploraciones y trayectos creativos. Las etapas están marcadas por giros, interrogantes, búsquedas, interpretaciones e inquietudes. En 1959 exponía en la histórica sala Sur de Manuel Arce. Pero su pintura pasa por la Francia más bohemia, también por los puntos de vista esquinados de Mayo del 68. Por la 'movida' madrileña, los vaivenes y encrucijadas de su regreso a Cantabria y la depurada línea que ha dibujado de manera familiar la relación popular del pintor con el presente. Lo especial de la exposición de Pedro Sobrado que, desde ayer, se exhibe en el patio central de Los Arenales (Biblioteca Central) no radica tanto en que la mayor parte de sus etapas, pasos y caminos estén reflejados en el espacio institucional, que también, sino en la invitación a la sorpresa que cabe en una muestra configurada por más de cuarenta obras correspondientes a seis décadas de creación plástica.

Las pinturas trazan viajes de ida y vuelta, concesiones comerciales para la supervivencia, decisiones arriesgadas, subrayados de estilo y retratos de la realidad cotidiana. Pedro Sobrado refleja «la aventura del arte, que es la de la vida», y se desnuda en un acopio selectivo y depurado de creaciones desde su personal figuración a lo oscuro, de la abstracción primera a la decisión de adentrarse en el paisaje cántabro. Hay muchos Sobrado y la exposición 'París, Madrid, Cantabria', tres etapas de una brújula desordenada, es solo una guía que rubrica una de las trayectorias más densas y prolíficas de la pintura cántabra del siglo XX.

En el atrio de la Biblioteca santanderina más de cuarenta pinturas tratan de sintetizar los diversos y profusos caminos creativos del artista de Torrelavega. Las escasos restos de su abstracción primeriza parisina, las inéditas miradas de la movida, las obras mestizas de su estancia en Francia, todo está representado en la cita impulsada desde Vicepresidencia/ Consejería de Cultura del Gobierno regional y comisariada por Jesús Mazón. Una mirada caleidoscópica de un pintor de obligada referencia.

El retrato, la serigrafía, el cartel, el mural cerámico, las exposiciones individuales y colectivas, la importancia del dibujo, el lenguaje del color, la huella de Matisse, París y sus influencias, el cromatismo ajustado al trazo, la espacialidad plana, el espectáculo de la vida parisina en la calle, los interiores, el bodegón, el retrato, siempre intimista, el trabajo humilde de colectivos en la tierra y en el mar... son algunos de los perfiles, territorios y mundos del gabinete y del estudio del artista en sus viajes al lienzo.

Javier Cotera

Durante el próximo mes la exhibición permanecerá en la plaza de Los Arenales y viajará por distintos puntos de Cantabria concluyendo en Torrelavega, ciudad natal del artista y punto de partida del desarrollo de su obra. El Año Sobrado pretende así «homenajear y reconocer el talento y la labor de un artista de la talla del pintor, referente e inspiración para las actuales generaciones». Una iniciativa, además, que ratifica la importancia de la huella de un pintor que ofrece la evidencia de que Sobrado forma parte por derecho propio del proceso más trascendente de lo que ha sido el arte europeo de su tiempo.

Aportación documental

En la muestra santanderina unas vitrinas documentan a través de folletos, tarjetas, catálogos, fotografías y recuerdos, certificados y libros, a modo de un relato de vida y creación, disperso pero representativo, en el que se funden fechas, distinciones y testimonios. La sala Sur, el Palacio Aznar de Madrid, el Instituto Cervantes y la Alianza Francesa, ambos en Chicago, los Ateneos de Santander y Madrid, la galería de Rodríguez Sahagún, quien trajo de Francia a Madrid a Sobrado para que trabajara en exclusiva para su espacio..., asoman a esta ventana documental que completa la muestra antológica junto a un vídeo con testimonios del pintor en sus lugares más privados.

Los asombros que propone la muestra se derivan de encontrarse en un mismo espacio al pintor de los trazos abstractos de los primeros sesenta; al que apuesta en años recientes por depurar la línea y 'Vivir el momento'; al de la Menina de arte urbano expuesta en 2018 en Madrid o al de la pintura del bisonte, reproducida en bronce, que recibió el expresidente de EE UU Jimmy Carter, en su visita a Cantabria.

Serenidad y equilibrio, reflexión sensible, espontánea fluidez, minuciosa y ágil descripción del tránsito, la elegante esencia de lo humano, los contornos delicadamente perfilados de interiores o paisajes urbanos conforman el recorrido por la muestra.

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De su constancia, de su progresiva batalla con la pintura da cuenta el hecho de que la exposición data su punto de partida en 1961 cuando se traslada a París, fijando allí su residencia hasta 1976, año en el que regresa a España. Al principio de su estancia frecuentó la Escuela del Louvre y más tarde, se fue ambientando con las corrientes artísticas del momento, que lo condujeron hacia la abstracción, donde se mantuvo hasta 1968 año de la revolución estudiantil.

Sobrado, para ilustrar estos acontecimientos, que tuvieron eco mundial y que él vivió de cerca, volvió a la figuración, donde ya se quedaría definitivamente. Su emblemático cuadro 'Mayo del 68', no incluido en la muestra, se halla entre los fonos del MAS actualmente depositados en el Casyc de la Fundación Caja Cantabria.

En el conjunto de la obra de Sobrado, lo primero que llama la atención es la importancia concedida al dibujo que se hace realidad mediante una línea sobria y exquisita que, armónicamente, va organizando los distintos planos, creando transparencias y unificando formas.

El vicepresidente Pablo Zuloaga inauguró ayer tarde la muestra en un acto al que asistieron varios consejeros del Gobierno regional, el delegado del Gobierno, Eduardo Echevarría y el presidente del Parlamento, Joaquín Gómez, y que contó con numerosos representantes del arte y la cultura. Zuloaga elogió la dimensión «nacional e internacional» de este artista que emprendió un camino de crecimiento personal y artístico que le llevó a las principales capitales culturales de aquella época. El vicepresidente resaltó que, gracias al trabajo de Sobrado, «ha llevado el nombre de Cantabria fuera de nuestras fronteras y eso es algo que queremos reconocer con esta exposición». Y tuvo palabras de recuerdo a los artistas de la generación de Sobrado, «que supieron enseñar fuera el talento de esta tierra, y eso es motivo de orgullo y gratitud para todos».

Una decena de pinturas de la etapa de la 'movida' madrileña muestran un Sobrado casi inédito

El propio artista, emocionado, confesó que esta es la muestra más importante de su etapa reciente dado su carácter antológico al sintetizar los pasos creativos, los cambios e interpretaciones de su producción.

El comisario Jesús Mazón destacó el apoyo recibido por parte de la directora de Acción Cultural, Eva Ranea, y recalcó que Sobrado ha sabido evolucionar y transitar por distintos estilos artísticos plasmando su talento personal en tres etapas que han marcado su vida.

Respecto a sus últimas comparecencias en Espacio Garcilaso, aquí la mirada es global y deja clara su evolución: su consolidación como pintor jugando con interiores y obras abstractas y conviviendo con pintores de vanguardia en un París de los años 60 en plena ebullición artística; su regreso a Madrid en los años 70/80 y el inicio de la movida madrileña que marca claramente el estilo de su pintura; y el regreso a Cantabria en los 90.

'La bohème et l' avantgarde'; la 'movida', como «explosión de libertad creativa», y «el naturalismo, un retrato de la realidad que se observa en la vida cotidiana sin practicar las estéticas tradicionales» constituyen los tres parámetros de esta cita con marchamo de homenaje a toda una generación.

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