Un baile de valores en busca de su recreación

El talento de Cantabria 'contraataca' también en la disciplina de la danza. La sala Pereda del Palacio de Festivales acogerá este sábado por la noche el que es el primer estreno nacional de esta disciplina tras el confinamiento. Tras la incertidumbre y tras el parón contractual provocado por el cierre de las salas, en Cantabria la danza cuenta y también la creación local. Dos artistas de la región, el bailarín y coreógrafo Alberto Pineda y el pianista Hugo Selles, ambos con una trayectoria labrada fuera de España se han unido para demostrar que danza y música van de la mano en estos tiempos de obligada distancia social.

En realidad no es la primera vez que trabajan juntos, pero para ambos, la actuación de esta noche, un recital que han titulado 'Escorzo', es muy especial.

Para Alberto Pineda que fundó su propia compañía en el año 2014 después de haber formado parte de importantes formaciones como el Ballet National de Marseille Roland Petit, el Bejart Ballet Lausanne de Maurice Béjart en Suiza o la compañía Gelabert-Azzopard 'Escorzo' supone su vuelta al escenario como bailarín, y además, por primera vez, en su larga trayectoria, en solitario.

El título de la pieza que este sábado estrenan, 'Escorzo' se utiliza para hacer referencia a un cuerpo no simplificado en posición oblicua o perpendicular al nivel visual. Y eso es lo que Pineda hará en el escenario 'escorcear' su cuerpo al ritmo de una partitura compleja y con aires españoles, que seguro será conocida por el público y que tocará Hugo Selles, intérprete, productor y también compositor que domina una gran cantidad de lenguajes musicales a los que añade su propio toque personal.

Su música acompañará los movimientos del bailarín con una partitura que como él mismo explica es «efectista» «grandilocuente» y «con muchos matices». Un recital pensado alrededor la 'Fantasía Bética' de Falla, una obra que Selles tenía muchas ganas de abordar, y que incluye distintas piezas como una del compositor cántabro Emilio Otero, unos previos de Debussy y una pieza de Granados. «Una partitura que se podría enmarcar en el posromanticismo e impresionismo con aires españoles», señala.

Para ambos, el espectáculo ha supuesto un reto. Sobre todo en el escaso tiempo que han tenido para montarlo y prepararlo. Es verdad que habían hablado de tenerlo listo para el mes de julio, pero la llamada de la Consejería de Cultura para incluirlo en el programa 'La cultura contraataca' les ha hecho acelerar el paso. Una iniciativa que ambos agradecen porque les permite volver a trabajar después de este período de parón.

Un tiempo que Alberto Pineda ha aprovechado para reinventarse. «El confinamiento artísticamente me ha proporcionado una profunda reflexión y un profundo cambio que necesitaba y cuyo resultado se podrá apreciar en 'Escorzo'», explica.

Vuelve a bailar después de cinco años, aunque sí ha participado en alguna pieza de los espectáculos de su compañía. Regresa con muchas ganas tal y como indica. «Me apetece bailar. En general, estoy viviendo un cambio profundo que creo que tiene que ver con la madurez. Es la primera vez que voy a bailar yo solo en el escenario y no puedo de dejar de sentirme agradecido con todo porque está resultando de una manera muy gustosa y fácil al tiempo que estoy disfrutando mucho», señala.

Dice que se siente arropado por la interpretación de Hugo Selles y reconoce que es un trabajo «complicado» del que no puede sentirse más que agradecido. Al Gobierno de Cantabria por adelantarse al resto de comunidades y retomar la actividad escénica. A Víctor Lorenzo que se encarga de la iluminación del espectáculo y, sobre todo, al público que rápidamente -en minutos- agotó las entradas que se pusieron a la venta por internet. «Nuestra intención con este espectáculo es la recreación, la de los espectadores y la nuestra».

Alberto Pineda reconoce que la danza es su vida y aunque se muestra «esperanzado» con el futuro de esta disciplina y otras manifestaciones artísticas tras este parón obligado hace un llamamiento a la educación y al apoyo de las enseñanzas artísticas. «Hay que cuidarlas y mimarlas porque la educación en valores es muy necesaria para nuestro propio futuro de ciudadanos. Se está repensando el mundo cultural y hace falta una buena cimentación». Una afirmación que comparte Hugo Selles. «Es evidente que ese tipo de enseñanzas y la música, llevándolo a mi terreno, ayudan a desarrollar la memoria motriz y la memoria emocional y la inteligencia. Algo que no ocurre con otras materias, Si los griegos ya pensaban en ello hace dos mil año no debemos ahora ponerlo en duda».