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Stanislav Ioudenitch (Tashkent, Uzbekistán/1971) es uno de esos pianistas aclamados, premiados y con una pasión por la música clásica que transmite a en sus clases. Tocar ante el público le hace enormemente feliz y no hay más que echar un vistazo a su currículum ... para comprobar que ha estado en algunas de las mejores orquestas del mundo como la Filarmónica de Munich, la Sinfónica Nacional en Washington, la Filarmónica de Rochester, la Honolulu Symphony o la Filarmónica Nacional de Rusia. Sin embargo, considera que enseñar también es un arte y disfruta tanto con los aplausos del público como con la docencia a jóvenes músicos. Estos días es uno de los profesores en el Encuentro de Música y Academia que la Fundación Albéniz celebra en Santander y hoy mismo subirá con algunos de ellos al escenario de la Sala Argenta del Palacio de Festivales (20.30 horas). La pasión de la docencia tal vez le venga de que él mismo tuvo grandes maestros como Dmitri Bashkírov, al que homenajeó en el concierto de inauguración de este mismo Encuentro y con el que mantuvo, según dice, «una relación padre-hijo».
–¿Cómo está siendo su experiencia en el Encuentro?
–Excepcional. Me ha impresionado enormemente el nivel de talento que he presenciado. Destacaría especialmente la pasión y dedicación de los jóvenes músicos participantes. Su entusiasmo y compromiso son palpables en cada ensayo y clase. Es inspirador ver cómo se esfuerzan por mejorar su técnica y expresión musical. Además, demuestran una actitud abierta y receptiva hacia el aprendizaje, buscando constantemente consejos y sugerencias para perfeccionar su interpretación. El ambiente es estimulante y enriquecedor. Los participantes viven cada momento con intensidad y disfrutan plenamente de la experiencia. Existe un espíritu colaborativo y de camaradería que fomenta el crecimiento artístico y personal de cada uno de ellos. Como profesor de piano, es un verdadero placer enseñar a estos jóvenes músicos. Su disposición para aprender y su receptividad hacen que cada clase sea gratificante. Es emocionante presenciar su progreso a lo largo del Encuentro y cómo aplican las ideas y técnicas que comparto. Además, su interacción con otros instrumentistas enriquece su experiencia musical de manera significativa.
–Hoy volverá a subir de nuevo al escenario del Palacio de Festivales, ¿qué va a escuchar el público?
–Presentaremos el 'Quinteto para piano' de César Franck. El público podrá escuchar la colaboración entre cinco músicos que tocan diferentes instrumentos en un contexto de música de cámara. Nuestra interpretación buscará transmitir las ideas del compositor al público y destacar las características particulares de esta música. El 'Quinteto para piano' de César Franck es una obra notable que combina elementos de romanticismo y virtuosismo. A medida que escucha, el público debería prestar atención a la interacción entre el piano y los otros instrumentos, y cómo cada uno de ellos contribuye a la textura general de la música. La obra presenta hermosas melodías, armonías ricas y momentos de intensidad dramática. En nuestra interpretación, nos esforzaremos por resaltar la emotividad y la profundidad de la música de Franck. Queremos transmitir las emociones y los contrastes que están presentes en la partitura, así como el diálogo musical entre los instrumentos. Además, buscaremos capturar la belleza lírica y la pasión que caracterizan esta obra.
–También actuó como solista en el concierto inaugural, en el que además homenajeó a su maestro Dmitri Bashkirov. ¿Es más difícil tocar ante el público con una carga emocional como esta?
–Actuar como solista en el concierto inaugural, donde además rendí homenaje a mi maestro Dmitri Bashkirov, fue una experiencia sumamente emocional. Interpretar el 'Concierto para la mano izquierda' de Ravel, que fue una de las piezas emblemáticas de Bashkirov, añadió una carga emocional aún mayor. Siempre quise desafiarme a mí mismo y aprender esta obra, y estoy muy agradecido al Encuentro por darme esta oportunidad.
Santander y Marina de Cudeyo, Stanislav Ioudenitch será hoy uno de los protagonistas del Encuentro de Música y Academia en el concierto que tendrá lugar a las 20.30 horas en la Sala Argenta del Palacio de Festivales y que está dedicado a los compositores franceses del siglo XIX. La jornada incluye también un concierto en el Teatro Las Escuelas de Orejo, a las 20.00 horas, que será el primero del Encuentro en esta localidad de Marina de Cudeyo. El programa continuará con varias obras para trompa de los compositores Paul Dukas, Eugène Bozza y Dante y la última parte del concierto estará dedicada al canto con obras de varios compositores.
–¿Cómo se definiría como músico?
–Os diré lo que decía Dmitri Bashkirov sobre mi enfoque musical. Él era conocido por su hiper sensibilidad, su extrema emotividad, su ardor, su enorme paleta de colores, su electricidad y su humanismo. Estos aspectos han sido una fuente de inspiración para mí y busco cultivarlos en mi propia interpretación. Intento transmitir las emociones y los matices más sutiles de la música, buscando una conexión profunda y auténtica con el público.
–¿Qué recuerdos tiene de Bashkirov?
–Tengo muchos recuerdos de Bashkirov, quien fue una figura muy influyente en mi vida. De hecho, fue él quien me animó a venir a Madrid para formarme en la Escuela Reina Sofía. Recuerdo claramente que recibí una llamada suya cuando aún estaba en Tashkent, Uzbekistán. Fue una oferta completamente inesperada, ya que era virtualmente imposible salir de la Unión Soviética, que mantenía a todos sus ciudadanos bajo el telón de acero. Nuestra relación era muy cercana, de tipo padre-hijo, aunque no siempre fue fácil debido a nuestro temperamento similar. Sin embargo, Bashkirov se preocupaba por mí y por mi futuro, y finalmente desempeñó un papel muy importante en mi desarrollo como músico. También influyó en gran medida en mi destino personal. Las lecciones con él eran extremadamente intensas, a veces temperamentales y siempre llenas de detalles minuciosos. A veces parecía que mis imperfecciones y errores eran una gran decepción para él, ya que se tomaba muy en serio mi desarrollo musical. En ese momento, no comprendía del todo esa intensidad y me parecía algo abrumador y un poco aterrador. Me enseñó la importancia de la disciplina, la dedicación y la búsqueda constante de la excelencia. A través de sus enseñanzas, pude desarrollar una comprensión más profunda de la música y de mí mismo como músico. Siempre creyó en mí y en mi potencial, y estoy eternamente agradecido por eso. Su apoyo y guía me han dejado una huella imborrable y han sido fundamentales en mi carrera musical. Aunque a veces nuestra relación era desafiante, el amor y el respeto mutuos siempre estaban presentes.
–Desde entonces ha desarrollado una larga carrera en los escenarios, ha tocado con las mejores orquestas y ha sido dirigido por grandes maestros. ¿Hay algún concierto que recuerde especialmente?
–Todos los conciertos son importantes para mí y siempre trato de dar lo mejor de mí mismo en cada uno de ellos. Sin embargo, hay un concierto que recuerdo especialmente: Mi primera actuación en el Carnegie Hall (Nueva York). Este lugar tiene un significado muy especial para mí, ya que muchos de mis ídolos han actuado allí, incluyendo a Rachmaninoff, Horowitz, Heifetz, entre otros. Actuar en el Carnegie Hall fue un sueño hecho realidad y una experiencia muy emocionante. Estar en el mismo escenario donde tantos grandes músicos han dejado su huella fue realmente inspirador. Sentí una conexión especial con la historia y la tradición musical que impregnaban el lugar. Recuerdo que el ambiente en el escenario era palpablemente eléctrico. El público estaba lleno de entusiasmo y expectación, y yo sentía una mezcla de emoción y nerviosismo. Fue un concierto en el que puse todo mi corazón y alma en la interpretación, tratando de transmitir la pasión y la belleza de la música al público.
–¿Se sigue poniendo nervioso ante una actuación? ¿Cómo se prepara para un concierto?
–Sí. Todavía siento nervios antes de una actuación y considero que es una parte importante del proceso. De hecho, creo que es un buen indicador cuando siento ese nerviosismo y emoción antes de subir al escenario. Para mí es una señal de que me importa profundamente el concierto y de que estoy comprometido con ofrecer una interpretación memorable. En cuanto a la preparación para un concierto, va más allá de lo musical. Además de practicar y asegurarme de que estoy completamente preparado técnicamente, también me enfoco en cuidar mi bienestar físico y mental. Esto implica mantener una rutina saludable, descansar lo suficiente, tener una alimentación adecuada y hacer ejercicio regularmente. Además, trato de mantener una actitud positiva y de confianza en mis habilidades musicales. La confianza en uno mismo es clave para abordar el escenario con seguridad y transmitir esa seguridad al público.
También es importante tener tiempo para conectarme con la música emocionalmente antes de un concierto. Puedo revisar las partituras, estudiar las intenciones del compositor y reflexionar sobre el significado de la obra que voy a interpretar. Esto me ayuda a establecer una conexión profunda con la música y a transmitir esa emoción al público.
–Dedica una gran parte de su tiempo a enseñar a jóvenes pianistas. ¿La docencia le proporciona las mismas satisfacciones que el aplauso del público tras un recital?
–La enseñanza, en mi opinión, es una especie de actuación, dependiendo de la situación y del tema en cuestión. Hay momentos en los que uno tiene que ser extremadamente creativo al trabajar con un estudiante muy talentoso. En esos momentos, el tiempo pasa muy rápido y se siente una gran satisfacción artística. Sin embargo, la mayor parte del tiempo, la enseñanza implica un trabajo minucioso en el que el profesor debe identificar problemas en la interpretación y habilidades técnicas del estudiante, y encontrar la manera más rápida posible de ayudar o solucionar esos problemas. Considero que la enseñanza es un arte y no a todo el mundo le gusta. A veces implica abordar detalles muy específicos y requiere paciencia y dedicación. Sin embargo, la docencia también brinda la oportunidad de transmitir conocimientos, valores y tradiciones a los estudiantes. Para mí, esto es algo importante y casi una obligación. Estudié con varios músicos increíbles que me abrieron nuevos mundos, como Dmitri Bashkirov, Karl Ulrich Schnabel, Rosalyn Tureck, Leon Fleisher y Van Cliburn. Siempre sentí que tenía que devolver a la joven generación las experiencias de aprendizaje de toda una vida.
–El mundo está cambiando mucho y muy rápidamente. ¿Cómo afectan esos cambios a la música clásica? ¿Y a los alumnos?
–El mundo en constante cambio y evolución tiene un impacto tanto en la música clásica como en los alumnos de música. Estos cambios pueden presentar tanto desafíos como oportunidades para la música clásica y su enseñanza. En cuanto a la música clásica, los avances tecnológicos y la accesibilidad digital han transformado la forma en que se consume y se comparte la música. Las plataformas de streaming y las redes sociales han ampliado el alcance de la música clásica, permitiendo a un público más diverso acceder a ella en cualquier momento y lugar. Esto ha brindado nuevas oportunidades para que los artistas lleguen a audiencias internacionales y establezcan conexiones con personas que de otro modo no hubieran tenido acceso a la música clásica. Sin embargo, también existe el desafío de mantener la relevancia de la música clásica en un mundo cada vez más digital y con una atención fragmentada. Es importante encontrar formas innovadoras de presentar la música clásica y hacerla atractiva para las nuevas generaciones, sin perder la esencia y los valores fundamentales de esta forma de arte. La música clásica sigue siendo un medio de expresión artística profundo y poderoso, capaz de evocar emociones y transmitir mensajes universales. En cuanto a los alumnos de música, los cambios en el mundo también han tenido un impacto en su formación y enfoque. La tecnología ha abierto nuevas posibilidades de aprendizaje, brindando acceso a recursos educativos en línea, tutoriales y herramientas de práctica. Los alumnos tienen a su disposición una amplia gama de materiales y recursos para mejorar su técnica y ampliar su conocimiento musical. Además, la diversidad cultural y el intercambio global están influyendo en la forma en que los alumnos se acercan a la música clásica. Existen nuevas perspectivas y enfoques que enriquecen la interpretación y la comprensión de la música de diferentes épocas y estilos. Los alumnos tienen la oportunidad de explorar una variedad de repertorios y tradiciones musicales, ampliando sus horizontes y enriqueciendo su experiencia musical. Sin embargo, también es importante abordar los desafíos que estos cambios pueden plantear. La atención fragmentada y la demanda de resultados inmediatos pueden afectar la dedicación y el tiempo que los alumnos están dispuestos a invertir en su formación musical. Es esencial fomentar la disciplina, la perseverancia y el amor por la música clásica, y transmitir la importancia de una formación sólida y rigurosa.
–¿Cuál es el consejo, la enseñanza, que repite con más frecuencia en las clases?
–Uno de los consejos que repito con mayor frecuencia en mis clases es la importancia de investigar y estudiar las intenciones del compositor. Es fundamental sumergirse en la historia y el contexto de la obra que se interpreta, comprender el estilo y las características particulares de cada compositor. Esto nos ayuda a tener una base sólida para interpretar la música de manera más auténtica y fiel a la visión del compositor. Además, enfatizo la importancia de escuchar música todos los días. Escuchar activamente nos permite familiarizarnos con diferentes estilos, desarrollar el oído musical y nutrir nuestra inspiración. Al exponernos a grandes interpretaciones, podemos aprender de los artistas destacados y desarrollar un sentido de calidad y excelencia en nuestra propia interpretación. También hago hincapié en la importancia de comprender qué constituye una gran interpretación. Esto implica estudiar y analizar grabaciones y actuaciones de referencia, y examinar cómo los grandes intérpretes abordan la música desde diferentes perspectivas. Al estudiar y analizar estas interpretaciones, podemos extraer ideas valiosas que nos ayudarán a mejorar nuestra propia ejecución musical.
– ¿El piano es el mejor instrumento del mundo? Es el más solicitado por los alumnos a la hora de ingresar en los conservatorios. ¿Por qué cree que despierta tanto interés?
–Si bien es cierto que el piano es uno de los instrumentos más populares y solicitados por los alumnos a la hora de ingresar en los conservatorios, no se puede afirmar de manera absoluta que sea «el mejor» instrumento del mundo. La música es un arte subjetivo y cada instrumento tiene sus propias características y belleza única. Es un instrumento muy versátil y completo. Tiene una amplia gama de notas, lo que permite abordar una gran variedad de repertorios y estilos musicales. Además, es un instrumento polifónico, lo que significa que puede tocar múltiples líneas melódicas y acordes al mismo tiempo. Esto ofrece a los intérpretes una gran libertad expresiva y les permite explorar diferentes texturas y colores musicales. A todo esto hay que añadir que tiene una larga historia y tradición. Ha sido utilizado por muchos compositores famosos a lo largo de los siglos, lo que ha llevado a una rica biblioteca de música para piano. Esto puede despertar un gran interés en los alumnos, ya que pueden explorar y aprender obras maestras de la música clásica y contemporánea. El piano también es un instrumento altamente visible y accesible. Es común encontrar pianos en hogares, escuelas, conservatorios y lugares públicos. Esto facilita el acceso y la práctica del instrumento, lo que puede influir en la elección de los alumnos a la hora de ingresar en los conservatorios. Sin embargo, es importante destacar que cada instrumento tiene sus propias cualidades y desafíos, y la elección de un instrumento es muy personal. Lo que es más importante es que los alumnos encuentren un instrumento con el que se sientan conectados y que les permita expresar su pasión y creatividad musical de la mejor manera posible.
–¿Cómo afronta el nuevo curso en la Cátedra de Piano de la Fundación Banco Santander en la Escuela Reina Sofía que dirige?
–Afrontar el nuevo curso en la Cátedra de Piano de la Fundación Banco Santander en la Escuela Reina Sofía es una experiencia emocionante para mí. Como uno de los primeros estudiantes de la Escuela Reina Sofía hace 31 años, volver ahora como profesor es realmente significativo. Ver cómo la Escuela se ha convertido en una de las más influyentes y prestigiosas del mundo es motivo de gran orgullo. Este centro atrae a algunos de los mejores talentos musicales de todo el mundo, y es un lugar de encuentro y crecimiento artístico excepcional. Estoy emocionado de tener la oportunidad de compartir mis conocimientos y experiencias con los jóvenes pianistas que se unirán a la cátedra este año. El ambiente es estimulante y dinámico, con una comunidad musical vibrante y dedicada. La colaboración entre profesores y estudiantes es fundamental para el desarrollo y crecimiento de cada individuo. Estoy ansioso por desempeñar un pequeño papel en el desarrollo continuo de la Escuela y contribuir a la formación de los futuros líderes y embajadores de la música clásica.
–Cuando llega a su casa, después de un concierto o de sus clases, ¿qué tipo de música le gusta escuchar? ¿Es activo en redes sociales?
–Cuando llego a casa después de un concierto o de mis clases, me gusta relajarme y disfrutar de diferentes tipos de música. Uno de mis géneros favoritos para escuchar en ese momento es el jazz. Me encanta sumergirme en la improvisación, los ritmos y la expresividad única que caracterizan al jazz. Me permite explorar y relajarme de una manera diferente a la música clásica. En cuanto a las redes sociales, no soy una persona muy activa en ellas. Mi enfoque principal está en mi práctica musical, mis actuaciones y la enseñanza. Sin embargo, reconozco la importancia de las redes sociales en el mundo actual y cómo pueden ser una herramienta poderosa para promover la música y conectarse con el público. Aunque no sea muy activo en redes sociales, valoro su impacto y aprovecho sus beneficios en términos de difusión de la música y el arte en general.
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