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Fundir una biblioteca y una feria del Libro tiene algo de fiesta cultural, éxtasis lector y celebración de la lectura. Esa ecuación es una de las propuestas que singularizan a Felisa 2024, la Feria del Libro de Santander y Cantabria. que acogerá en ... su nueva edición, del 5 al 14 de julio en la Plaza Porticada, una muestra ilustrativa que refleja el legado de una biblioteca tan personal como histórica, tan referencial como foco que alumbra las huellas del siglo XX poético en español. Es 'La biblioteca de un poeta'. Su nombre: Gerardo Diego (Santander, 1896-Madrid, 1987). Una biblioteca fundamental para el conocimiento y estudio de la Edad de Plata y de la Generación del 27. Y también de las décadas que siguen a la Guerra Civil, para conocer la evolución cultural del interior y sus relaciones con el Exilio.
Además de presentar brevemente al poeta esta forma de llevar la cultura a la calle, propone un recorrido por su biblioteca personal: ese conjunto de libros, revistas, partituras, y otros impresos de interés «para nuestra historia literaria pero también para el ámbito del diseño y la ilustración gráfica, si se atiende al aspecto material de los mismos». La Fundación Gerardo Diego ya ha organizado en numerosas ocasiones iniciativas que mantienen vivo el legado del autor de 'Manual de espumas' a través del significado de su propia biblioteca y archivo familiar.
Porticada. Felisa, la Feria del Libro de Santander y de Cantabria, y la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de la ciudad, del 5 al 14 de julio exposición 'La biblioteca de un poeta'. Fundación Gerardo Diego y La Mecha Estudio Gráfico.
Contenido Cinco grandes dispositivos, 30 metros lineales con reproducciones de libros y revistas de las vanguardias históricas españolas, latinoamericanas y europeas, de la Edad de Plata y de la Generación del 27, de la posguerra y del exilio español.
Bajo ese epígrafe, 'La biblioteca de un poeta', Felisa y la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de la ciudad, por segundo año consecutivo, saca una destacadas biblioteca patrimonial a las calles. La Porticada, durante los diez días que se prolonga Felisa, da cabida a esa biblioteca adoptando la forma de exposición. «Hay tesoros culturales en forma de libros o revistas que tienen un valor incalculable y que habitan a nuestro lado. En este caso, el acercamiento de una biblioteca nada convencional de un poeta excepcional».
Para ello la Fundación Gerardo Diego ha construido un relato para que se entienda el valor de la que fue la biblioteca particular del poeta nacido en la Calle Atarazanas de Santander un 3 de octubre de 1896; el equipo de Felisa ha ayudado a darle forma y La Mecha Estudio Gráfico ha diseñado esta exposición que tras la Feria podrá seguir colgándose en otros espacios de la ciudad.
El autor de la mítica 'Poesía española. Antología. 1915-1931', que supuso el impulso definitivo a la que hoy conocemos como Generación del 27, acumuló libros, revistas y documentos relacionados con unas vanguardias que bebieron de la tradición para transitar por la Edad de Plata de la literatura, en las primeras décadas del siglo XX, y construir una fértil relación a uno y otro lado del Atlántico. La exposición, explica el director de Felisa, Paco Gómez Nadal, estará compuesta por cinco grandes dispositivos en los que se mostrarán las singularidades de esta biblioteca especializada en poesía española del siglo XX, así como en arte y música, las otras pasiones del poeta. En total, 30 metros lineales de exposición. Esta será la segunda colaboración de la Feria del Libro con la Concejalía de Cultura, ya que en Felisa 2023 se incluyó una exposición de similares características para acercar la Biblioteca de Menéndez Pelayo al gran público.
En el caso de las obras que acumulaba Gerardo Diego, que falleció en 1987, los herederos del poeta donaron en 1992 esta biblioteca a la ciudad de Santander y crearon, con el Ayuntamiento, la Fundación Gerardo Diego para su conservación y puesta a disposición de investigadores y estudiosos. Desde 2005, la biblioteca se encuentra en la zona norte de la casa familiar de los Menéndez Pelayo, en la calle Gravina. Allí, por ejemplo, hay ejemplares dedicados al poeta por sus autores, personajes claves en la cultural del siglo XX. La mayoría de los libros llegaron a la biblioteca por regalo o intercambio entre escritores. Los poetas-pintores como Rafael Alberti o Federico García Lorca casi siempre añadían a sus dedicatorias un dibujo, lo que las hace aún más especiales. «En esas dedicatorias podemos descubrir como Rafael Alberti consideraba a Gerardo Diego «(...)defensor sideral de la Poesía' en 1929, o cómo «máximo jugador de metáforas», en las palabras manuscritas de Jorge Luis Borges».
Tras la Guerra Civil, autores latinoamericanos y españoles en el exilio enviaban ejemplares de sus libros publicados en aquel continente y por ello entre su patrimonio se encuentran ediciones de Luis Cernuda, Max Aub, Manuel Altolaguirre, Pedro Salinas o César Vallejo, entre otros muchos. En palabras del estudioso, ensayista y poeta Juan Manuel Bonet, la biblioteca de Diego es «la memoria bibliográfica de su actividad creadora, intelectual y profesional, de sus viajes, de sus intereses en el ámbito de la literatura, las bellas artes y otras disciplinas, de sus relaciones con escritores, artistas e intelectuales y con movimientos o círculos literarios y culturales contemporáneos nacionales e internacionales».
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