El Brujo recala en el Festival de Invierno con su reflejo de la filosofía del barroco

Dos tablas y una pasión es el teatro en estado puro. La materia prima: sólo pasión ...¡ Y un par de tablas! (y a veces incluso sin tablas) La frase se le atribuye a Lope de Vega y también a Cervantes... ¿Pero quién la acuñó? Los dos 'grandes' han inundado el teatro de ingenio y de poesía para todos los tiempos. Las palabras de Rafael Álvarez, El Brujo, sirven de declaración de principios y de perfil del espíritu que prima en su espectáculo con el que regresó al Barroco. Este fin de semana, en la programación de febrero, recala en el Festival de Invierno. Sobre textos de Lope de Vega, Cervantes, San Juan de la Cruz, Santa Teresa de Jesús y William Shakespeare, 'Dos tablas y una pasión' deja que esos nombres universales «bailen en círculo, como los cuerpos celestes en el firmamento. El amor es el centro nuclear de esta danza».

Los cuerpos que bailan, además de los citados, son también los de Quevedo, Fray Luis de León, o San Francisco de Asís. En su regreso a los escenarios de Cantabria, a los que ha mostrado su continua fidelidad, del Palacio al Casyc, y ahora el teatro Concha Espina, 'El Brujo' representa su montaje más reciente. Una pieza que constituye un mosaico que refleja la filosofía del Barroco español, en un juego muy personal del creador. Estrenado en 2019 en el Festival de Teatro Clásico de Cáceres, «aflora la reflexión ante la fugacidad de la vida, en un mundo vertiginoso, donde los seres humanos nos volvemos inquietos, compulsivos y adictivos y nos olvidamos de que nos vamos a morir».

El cómico, que pone en escena un juego teatral que gira en torno al amor y al modo en que lo han tratado los escritores a los que invoca durante el montaje. Cuando «llevas ya mucho tiempo trabajando con estos textos, ya son muy familiares y esto te permite un acercamiento distinto, te hablan de una forma directa, te hablan sobre ti mismo», confesó.

Bajo la dirección de Elena González, el actor Pepe Viyuela pisa escenario cántabro por segunda semana consecutiva. Tras su paso por el Palacio de Festivales como protagonista de 'Esperando a Godot', se desnuda como cómico ante el público con 'Encerrona', que presenta en el Festival de Invierno. Una reflexión sobre lo cotidiano desde la perspectiva del payaso. «El personaje vive la experiencia de haberse quedado atrapado en el escenario. Cuando entra en escena no sabe dónde se está metiendo».

Es un personaje engañado que entra allí porque le han dicho que ese es el camino y, de pronto, se encuentra frente a un público que le mira y parece exigirle algo. Él no viene a actuar pero se ve obligado a ello. Durante una hora y veinte minutos, como «un bufón de corte arrojado al salón del trono», se ve obligado a actuar para el público que le observa. «El espectáculo más aplaudido del actor y clown, una preciosa fabulación cargada de humor y ternura». Está solo ante el peligro y sus únicos compañeros de travesía serán, a partir de ahora, una serie de objetos cotidianos: «Una guitarra, una silla, una chaqueta, un periódico y una escalera». Tras casi treinta años de trayectoria, Viyuela presenta este espectáculo cargado de humor y ternura. De nuevo, «una metáfora en la que el payaso es cada uno de nosotros y su juego no es sino nuestra vida, estamos obligados a existir y obligados a actuar, no sabemos dónde nos hemos metido y debemos seguir adelante».

'La Cocina' de Teloncillo Teatro, coproducción con el Teatro Calderón de Valladolid, es teatro para bebés. El escenario muta en una peculiar cocina: «Un lugar lleno de trastos y utensilios que a todos nos suenan; un lugar en el que vamos a cocinar palabras que se comen por los ojos sin cuchara y tenedor». Poesía, música y canciones son los ingredientes con los que la compañía prepara «un menú de rechupete». Premio Nacional 2013, Teloncillo cumplió en 2018 medio siglo de actividad teatral. Con dramaturgia y dirección de Ángel Sánchez y Ana Isabel Gallego, esta sopa de letras trata de «estimular entre los más pequeños la imaginación, sensaciones y emociones ligadas a la alimentación». Y que inculca, además, el espíritu de colaboración y de responsabilidad de los pequeños a través de canciones.