Un buen cuadro es un misterio que nunca se atrapa del todo
CUADERNO DE EXCEPCIÓN ·
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CUADERNO DE EXCEPCIÓN ·
Ha muerto el pintor Juan Genovés. Le faltaban quince días para cumplir los noventa años. Nació en Valencia y murió en Madrid. Tuvo una vida larga y que imagino hermosa. Pienso que con las restricciones impuestas por el estado de alarma va a tener o ha tenido un entierro triste. Todos lo son, pero así, sin nadie, me parecen más tristes todavía. Tanta gente abrazándose en algunas de sus obras, tanto calor, y ahora esto: una despedida desierta, inmerecida.
Tengo el privilegio de convivir, desde hace unos meses, con uno de sus cuadros, se titula 'Tres tiempos' y es muy parecido a 'El abrazo', su obra más icónica. 'Tres tiempos' lo pintó en 1977. 'El abrazo', en 1976. Los dos forman parte de una misma época, el segundo parece una continuación un tanto tenebrosa del primero. El cuadro de Genovés que veo casi a diario forma parte de los fondos permanentes que se exponen en la Torre de Don Borja, en Santillana del Mar. Allí trabajo. He mirado ese cuadro muchos días solo y en silencio. Unas veces, bajo la luz natural que se desliza desde el lucernario hasta dar claridad al lienzo. Otras, iluminado por la luz precisa y artificial de los focos que me revela todos los detalles de la pintura. Imagino a un Genovés de casi sesenta años pintándolo en su estudio. Un buen cuadro es un misterio que nunca se atrapa del todo, lo mismo que un buen poema. Hay cuadros que se pueden estar mirando toda la vida, que nunca se desgastan por mucho que uno los mire. Paso algunas veces junto a la obra de Genovés y siento que es ella la que me mira a mí. Y eso que los tres hombres que aparecen en 'Tres tiempos' miran para dentro del lienzo, como espantados de lo que hay fuera. A veces me parece que esos hombres que pintó Genovés me miran en secreto cuando estoy distraído y que se dan la vuelta justo cuando fijo mi vista yo en ellos. Me dan ganas de coger una silla y sentarme ante la obra para hacer guardia. El arte, si es arte, acaba teniendo vida propia, supongo que por eso tengo la ilusión de que ese cuadro de Genovés se mueve.
Genovés pintó este cuadro tras la matanza de Atocha que tuvo lugar en enero de 1977. Lo pintó cuando yo no había cumplido aún un año. Hoy tengo cuarenta y tres pero esa obra me habla a mí. 'Tres tiempos' es un cuadro de hoy porque son pinceladas contra la barbarie y el horror. Es una obra que da la espalda a la crueldad, la miseria y lo peor de la vida. Los tres protagonistas del cuadro de Genovés no quieren mirar lo que hay fuera del lienzo. A veces, no solo en estos tiempos raros, los comprendo.
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Ana del Castillo
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