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«Este mundo del arte no me gusta. La mayor parte de lo que ocurre no me interesa para nada, ni sus protagonistas ni la ... toma de poder sobre el arte por parte del Estado, que me resulta totalmente lamentable a través de sus funcionarios. O esa gente que vive de hacer colecciones con el poder típico del burócrata y además sin fecha de caducidad. Hoy hubiera preferido ser editor o bibliotecario». Era 2011. Y Eduardo Arroyo inauguraba una muestra en la Sala Robayera de Miengo. En realidad, pese a su tono crítico, desencanto y pesimismo, el acto de crear, la pintura y el trabajo en su estudio no cesaron hasta el final. La prueba de ese tramo quedó reflejada en 'El buque fantasma', nombre del último cuadro que pintó y que preside la exposición que ahora recala en las Naves de Enaire en Gamazo, segunda cita del espacio santanderino desde que abriera sus puertas en julio.
En Santander, bajo el epígrafe 'Dibujos para soñar despiertos' la sala de Juan Riancho, Siboney, también dio cabida en 2015 a la singular obra del pintor apasionado, pero escéptico e incansable, cuya denuncia solía plasmarse en una idea clara: «El arte está en manos de burócratas y la crítica no existe». La obra de Arroyo (1937-2018), «ese pintor que escribe y ese escritor que pinta», se exhibirá en las Naves hasta 27 de febrero de 2022. Son cerca de cuarenta obras y piezas, entre escultura, pintura y dibujos, tanto de su última etapa creativa como de los años 90, así como objetos personales y del estudio del pintor. Una muestra, comisariada por Ángeles Imaña, que contiene creaciones pertenecientes al fondo de Arroyo del Archivo Lafuente y pinturas de la propia Colección de Enaire. En la muestra asoman todos los símbolos, obsesiones, representaciones, referencias culturales y querencias del artista. Cuando falleció en octubre de hace tres años acababa de terminar la tercera parte de la autobiografía, titulada 'Diez negritos', y de colaborar con la nueva edición de 'Al pie del cañón'. En septiembre había inaugurado la muestra 'Tríptico' en Segovia y estaba preparando precisamente la muestra 'El buque fantasma' con destino al Jardín Botánico, donde ya se exhibiría de manera póstuma.
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