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'El libro de la T', en el espacio central, vertebra la exposición sobre Castillejo, una ventana a las nuevas prácticas artísticas. Daniel Pedriza
La caligrafía del Archivo

La caligrafía del Archivo

El editor y empresario José María Lafuente pide acercarse con «humildad y respeto» al universo creativo, y subraya que «compilar, investigar y difundir» son los objetivos de sus fondos

Guillermo Balbona

Santander

Sábado, 4 de agosto 2018, 07:47

Caligrafía, letras, papel, tinta, hojas...escritura. Y 'escritura experimental' como etiqueta o convención. En realidad una ventana a las nuevas prácticas artísticas. El Palacete del Embarcadero convertido en una capilla creativa que refleja la singularidad del Archivo Lafuente, el ADN de su proyecto y la esencia de su trabajo documental. Ante las piezas, en este caso el fondo sobre José Luis Castillejo, que permite redescubrir su figura, cabe una actitud de «humildad y respeto» que su artífice, el editor y empresario José María Lafuente, reclama siempre como ejercicio y oficio ante la creación.

Es la exposición anual que el Archivo presenta públicamente cada verano y, desde ayer, cronológicamente, la primera tras la firma del reciente convenio para ubicar en el antiguo Banco de España la sede asociada Reina Sofía/ Archivo Lafuente. La inauguración de la muestra 'José Luis Castillejo y la escritura moderna' volvió a congregar a artistas y representantes del mundo de la cultura, aunque algunos de los que buscaron la foto del acuerdo citado no estuvieron presentes ayer.

LA MUESTRA

  • En datos. 'José Luis Castillejo y la escritura moderna'. Archivo Lafuente, Autoridad Portuaria de Santander, con la colaboración de la UIMP. Hasta el al 2 de septiembre. Palacete del Embarcadero.

  • Proyecto. Comisariado por el Archivo Lafuente, ha contado con las colaboraciones de Henar Rivière y Juan Gónzalez de Riancho.

  • Libro del mismo título. Ediciones La Bahía y Archivo Lafuente. Textos de Juan Antonio González Fuentes, Rivière, Javier Maderuelo y Manuel Olveira.

Lafuente, en una intervención apasionada, evocó a Castillejo como «teórico de la escritura» y autor de una obra inédita que puede cifrarse en cerca de noventa publicaciones, y ensalzó la importancia de acceder a «lenguajes diferentes». La muestra es un espejo de «un tipo de escritura» y el montaje del Palacete realza esa condición con frisos de hojas que invitan a practicar una lectura diferente.

Sobre la identidad del Archivo la cita expositiva, que se exhibe durante este mes de agosto, supone un paso más a la hora de profundizar en los objetivos que definen el proyecto de Lafuente: «Compilar, investigar y difundir».

El acto inaugural contó con las intervenciones de Carlos Limorti, coordinador de las actividades culturales de la Autoridad Portuaria; Montaña Cámara, la vicerrectora de extensión universitaria y de enseñanzas del español y otras lenguas de la UIMP, y Miriam Díaz, concejala de Cultura. Todos ellos destacaron la colaboración que ha permitido la continuidad de esta serie de muestras y se refirieron a la importancia del acuerdo reciente que prevé asentar en apenas tres años esa difusión del singular Archivo.

Lógica no literaria

En la escritura de José Luis Castillejo «las palabras y las letras han cobrado su libertad, pero sus obras no son panfletos anarquistas ya que, a cambio, esos elementos se someten a otro tipo de ordenación, a otra lógica no literaria ni alegórica sino conceptual, enunciativa, autoafirmativa, que se aproxima a las formulaciones algorítmicas». Son palabras de Henar Rivière recogidas en el libro sobre el escritor moderno, ensayista y diplomático que precedió a esta muestra.

«Compré 99 libros originales, todos inéditos. La mitad, aproximadamente, los podríamos calificar como libros de creación pura, de experimentación con la escritura, y la otra mitad como libros de reflexión sobre temas históricos o filosóficos escritos no de forma discursiva formal, sino al estilo de los libros de creación de Castillejo».

Lafuente, Carlos Limorti, Montaña Cámara y Miriam Díaz. Daniel Pedriza

Así explicaba Lafuente uno de los trayectos que forjó su vínculo con Castillejo (Sevilla, 1930-Houston, 2014), crítico de arte y ensayista, autor de una obra que se encuentra entre las más puramente innovadoras de su tiempo en nuestro país, representando un punto culminante en la escritura experimental española e internacional.

Como teórico, el empeño de Castillejo fue «establecer unas bases sólidas para el desarrollo de esa escritura moderna que prescindiera de las fórmulas narrativas, transitando así el camino de la pintura y la música «modernas» que, respectivamente, renunciaron a las imágenes y la melodía».

Confesión

Lafuente, a propósito de uno de los encuentros con Castillejo, dejaba claro cómo es la sensación del contacto con su creación: «Acababa de leer el libro, de Steven Runciman, 'La caída de Constantinopla' (en el que se basa el libro de Castillejo) y ahora lo encontraba en la versión del mismo Castillejo. En un formato de bloc tamaño folio, cuadriculado y escrito a dos caras, las letras y palabras se sucedían creando formas que seguían las distintas fases del relato hasta desembocar en el desastre total. No siendo ya un neófito en el ámbito de la escritura experimental, para mí, resultó un auténtico shock».

La exposición del Palacete, que se presenta estructurada en cinco espacios que abarcan desde' Tipografía: van guardia y modernidad' a 'Las letras escondidas y la profundidad de la escritura', permite acceder a los siete libros de creación que Castillejo editó entre los años sesenta y 2001, y que incluye títulos como 'La caída del avión en el terreno baldío' (1967), The Book of i's (1969), o 'El libro de la J' (1999). Lafuente destacó también el universo Zaj (1966-1969) del que Castillejo formó parte junto con otros creadores, caso de Juan Hidalgo o Walter Marchetti.

En el resto de espacios quedan distribuidos un total de trece libros «de artista», únicos e inéditos, realizados por Castillejo a lo largo de su última etapa creativa, la que comprende los años 2010-2014. Del Castillejo escritor experimental se refleja «esa búsqueda del sentido de la realidad». Su medio fue la escritura, entendida esta como un arte autónomo capaz de trascender la realidad mediante sus elementos más consustanciales (la letra, el libro, la tinta, el signo...). El resultado es una obra de gran originalidad, siendo Castillejo «el único exponente de su propia escuela».

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