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Nombres históricos, iconografía, los estampados, eyendas, kimonos y abanicos; el paisajismo; el ukiyo-e, 'pinturas del mundo flotante'o 'estampa japonesa'; los grabados realizados mediante ... xilografía en madera; los artistas japoneses más reconocidos como Utamaro, Hokusai o Kuniyoshi, los guerreros samuráis y los retratos de geishas, las leyendas...todo conforma un universo reconocible del arte japonés, su historia y tradiciones. Pero la diversidad de técnicas y creaciones, su pluralidad ligada al arte contemporáneo comprende muchas otras vías y puede constatarse ahora en la 53ª Exposición de Arte Japonés en Comillas. La villa alberga en diversos espacios una iniciativa, que recala cada año en distintos países, configurada por la exhibición de 309 obras de 183 artistas nipones.
Es la segunda vez que se ha elegido a Comillas desde que esta actividad de intercambio cultural y artístico comenzó a desarrollarse en 1973 gracias a la promoción del arte japonés que lleva adelante Club de Amigos de Europa y de las Artes (CAEA) y la Sociedad Internacional de Artistas de Japón (JIAS).
El Centro Cultural el Espolón, el Seminario Mayor-Campus Comillas, el Palacio de Sobrellano o el Capricho de Gaudí dan cabida durante esta segunda quincena a la muestra colectiva que hoy será inaugurada oficialmente en El Espolón en un acto, previsto a las once de la mañana, con la presencia del comisario de la exposición, Kudo Shuhei, el presidente del Club de Amigos de Europa y de las Artes (CAEA), Bumpei Magori, y la alcaldesa de Comillas, María Teresa Noceda.
Además, asistirán miembros del Gobierno de Cantabria y representantes de las diferentes entidades que colaboran con la realización de la exposición.
La 53ª edición de la Exposición de Arte Japonés se podrá visitar hasta el día 31 en esos espacios emblemáticos de Comillas. Óleo, acrílico, acuarela, pintura japonesa, dibujo, tinta china, grabado, tinte, artes textiles, papel recortado, arte tridimensional, cerámica, confección de quimonos, bordado y caligrafía son las técnicas y lenguajes representados en las obras que albergan los citados espacios.
El club fue fundado en los setenta y la primera muestra tuvo lugar en ORTF, París en 1973, tras ocho años de creciente implantación en la comunidad artística. En 1981 tuvo lugar la exposición inaugural de la Sociedad Internacional de Artistas de Japón (JIAS).
Actualmente, se organizan exhibiciones anuales en Japón y otros países alrededor del mundo con el objetivo de «proporcionar a los artistas japoneses proyección internacional al tiempo que se fomenta un foro para el intercambio cultural internacional».
Esta iniciativa también se ha presentado en Estados Unidos, Canadá, Chile, Cuba, México, China, etcétera, incluyendo países europeos como España, Italia, Francia, Bélgica, Alemania, Holanda, Suiza y Finlandia.
Esa primera muestra del Club de Amigos de Europa y las Artes, asociación fundada en 1972 por Magori Toshifumini, se organizó en París al año siguiente de la creación de la entidad. Ocho años después se promovió la constitución de un grupo entre los artistas nipones vinculados al CAEA. Y de ahí surgió otra ambiciosa muestra, esta vez en Japón, a propósito de la fundación de la Sociedad Internacional de Artistas de Japón.
Toda esta labor ha sido fundamental para el conocimiento y la promoción del arte japonés más allá de las fronteras locales. Además de las tres exposiciones locales que se organizan en Japón, se han organizado muestras en más de veinticinco países –de Estados Unidos a Cuba, de México a distintos países europeos–, durante cuatro décadas de intensa actividad.
Las tradiciones caligráficas orientales o muestras de 'nihonga', obras que siguen las convenciones de la pintura tradicional japonesa, producción de cerámica o textil, como los delicados bordados, han alimentado muchos de estos proyectos de exhibición. El «japonismo» y las «japonerías» fueron términos artísticos que se pusieron de moda a partir de 1862, con la Exposición Universal de Londres. Las producciones artísticas niponas llamaron entonces la atención.
Desde esa fecha, el arte japonés (también la literatura) no han dejado de influir y contagiar en el arte occidental: filtraciones que no sólo llegan al impresionismo o al modernismo, sino también a los cubistas.
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