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Este año se cumplen tres décadas de las Olimpiadas de Barcelona, un hito que marcó un antes y un después en la historia de España. Su inauguración es un evento recordado más allá de nuestras fronteras, y la compañía escénica catalana La Fura dels Baus ... tiene mucho que ver en ello. Aquel día, un barco surcó el Estado Olímpico representando a la Humanidad. Aquella ocasión fue el germen de una dinámica que llevó a La Fura a botar un barco real, 'El Naumon', al que ha sucedido otro, 'La Naumon', un proyecto pionero a nivel tecnológico y cultural en el que Cantabria ha jugado un papel fundamental. El buque fue presentado la semana pasada en Santander con la participación de Carlus Padrissa (Barcelona, 1959), director de escena de la compañía, un encuentro en el que participó también el presidente cántabro, Miguel Ángel Revilla, y en el que se dio a conocer su turbovela, un innovador dispositivo que ha sido bautizado con el nombre del inventor cántabro Leonardo Torres Quevedo.
-Tras cuatro años de trabajo, por fin han presentado 'La Naumon'. ¿Qué siente en estos momentos?
-Estamos emocionados por presentar el barco y más por hacerlo en Cantabria, una tierra con la que tenemos un gran vínculo, que en mi caso es incluso personal. Cuando era un chaval, mi vecino compraba vacas en Torrelavega, que era un lugar muy famoso en mi casa, y se las llevaba para Cataluña. Después, con La Fura, fuimos de nuevo a la ciudad muchas veces con el alcalde Portillo, y después a Santander. Teniendo en cuenta su tamaño, Cantabria es en proporción la comunidad a la que más hemos venido. Aquí siempre nos hemos encontrado muy buenos amigos y muy buena gente.
-Gente muy marinera, además.
-Yo no sabía que aquí se hacían los barcos desde hace siglos, en El Astillero. ¡Se hacían desde hace 500 años! Eran las naves que fueron a Sevilla, las que fueron a dar la vuelta al mundo... Es algo increíble.
-Uno de los aspectos más llamativos es la turbovela que han instalado en la nave. ¿Qué le parece este innovador dispositivo?
-El desarrollo de la turbovela se ha realizado aquí, se ha encargado una empresa cántabra que también tiene sede en Cataluña. Es un sueño cumplido. Han sido cuatro años desde que firmamos el primer convenio y ahora hemos instalado un sistema mejorado, porque es la tercera versión de este dispositivo. La turbovela de succión permite que entre el aire y rodee la estructura para impulsar al barco, es un sistema que trabaja cuatro veces mejor que una vela normal. También es más pequeña, no requiere tanto mantenimiento y se puede gestionar de forma autónoma. Si funciona, que es algo que hay que demostrar ahora, es algo que va a obligar a los barcos del futuro a instalarla.
-¿Cuáles son ahora sus objetivos dentro de este proyecto?
-Nuestro objetivo es que nos lleve el viento. Empezaremos tranquilos. Iremos por la costa, sin separarnos mucho de tierra, para ahorrar energía. Hasta que nos digan que hay que ir a América, cuando iremos para allá. Queremos embelesar a la gente allá donde vayamos, que la gente que nos vea desde fuera o entre dentro del barco se acuerde toda su vida. Que sienta que han entrado en un espacio totalmente inmersivo y que les parezca una pasada.
-La vela ha sido bautizada con el nombre de Leonardo Torres Quevedo. ¿Qué supone para ustedes?
-Este barco tiene que ser un imán para la creación. Todo tiene que tener esa 'fiebre de inventar' de Leonardo Torres Quevedo, un genio que da precisamente nombre a la vela, donde está retratada su figura. ¿Qué representa ese espíritu? Pues todo el desarrollo del ser humano, desde el primer primate que cogió un hueso y se sintió mucho más poderoso y construyó punzones y todo tipo de utensilios, hasta nuestra era, en la que Torres Quevedo inventó maravillas como los dirigibles o los mandos a distancia. Casi nada, ¿no? El mundo se ha vuelto 'torresquevediano' (ríe).
-También quieren ayudar a concienciar a la gente sobre la importancia de la sosteniblidad, ¿no?
-Ese es uno de nuestros grandes objetivos. Que la gente cambie el chip. Vivimos en un planeta, la tierra, que viaja por el espacio sideral. Hace 500 años nos dimos cuenta de que era redonda porque un grupo de visionarios se fueron por el oeste, sin parar, y regresaron por el este. Uno de ellos, por cierto, se llamaba Juan de Santander y era de aquí. Era un grumete de 14 o 15 años y que volvió hecho un hombre tres años después habiendo dado la primera vuelta al mundo. Casi nada. Esa idea de la primera globalidad se enlaza con el presente actual, en el que los problemas son mucho más globales.
-Una aspiración tan ambiciosa como necesaria...
-Ahora somos mucho más conscientes de esa realidad por cosas como el covid o la emergencia climática. Desde esa perspectiva, 'La Naumon', que en catalán significa 'la nave del mundo', es una metáfora sobre el hecho de que todos vamos en el mismo barco, que es la humanidad. Y por eso tenemos que cambiar el chip y ser conscientes de que tenemos que ser tripulantes, que son personas responsables de su nave.
-¿Qué van a hacer para conseguir transformar las conciencias de los espectadores?
-Es como una oración. A base de decirlo las conciencias van cambiando, algo que nosotros hacemos a través de nuestros espectáculos. O lo hacemos o ese barco se hunde. ¿Por qué? Por las guerras, la miseria, la ignorancia, la contaminación...
-Son peligros y enemigos muy poderosos..
-Antes estas amenazas, o planteamos una respuesta global desde un punto de vista local, como decían nuestros hermanos mayores en los 70, o nos hundimos todos. Y creo que ahora estamos en mejor disposición para dar esa respuesta. Nosotros nos tenemos que reciclar, pero nuestros niños lo tienen mucho más claro. Y menos mal, porque si no... se hunde todo.
-Cantabria ha jugado un papel importante en el desarrollo del proyecto de 'La Naumon'. ¿Qué ha aportado esta tierra a la iniciativa?
-Cantabria nos ha apoyado mucho. Ha pagado el 40% de esta vela a través de ayudas a la empresa que la ha desarrollado, una ayuda que no es tan fácil de conseguir y aquí lo han hecho. Han apostado por un proyecto ganador, porque ahora nos vamos a ir a la Feria de Hamburgo a presentar el barco, en la feria más importante del mundo en el ámbito naval. Así que Cantabria está muy presente en este proyecto.
-Cantabria... y su inventor más internacional. ¿Qué aporta su figura?
-La filosofía de Leonardo Torres Quevedo está muy presente en su fiebre de inventar, que también la tenemos nosotros y la empresa Bound4Blue, así como todas aquellas que quieran venir con nosotros, a las que desde aquí invitamos a participar. Hemos podido guardar el barco un año y medio aquí, en Requejada. Ha sido algo mágico en todos los aspectos.
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