Cantabria, novena, cae un puesto en el ranking nacional del Observatorio de la Cultura

En el informe resultante, se dan dos circunstancias que afectan a nuestra comunidad a nivel global. Por un lado, Cantabria ocupa el noveno puesto en la tabla nacional en relación a la calidad e innovación de su oferta cultural, uno menos que el año pasado, tras haber sido adelantada por Asturias. Por otro, la capital, Santander, se mantiene en el mismo noveno lugar.

Entrando a un mayor detalle del resultado, figuran en el mapa de la cultura nacional dos eventos localizados en Cantabria. La exposición 'Pulpo, cítrico, humano' que el artista Shimabuku ha creado para el Centro Botín, en el puesto número 20 de lo mejor del año. Más abajo, en el 80, la otra mención es para el Festival Internacional de Santander.

El nombre del Centro Botín aparece también dentro de las llamadas 'Insignias culturales del país' siendo la elegida de la comunidad de Cantabria, mientras que a nivel nacional ostenta este reconocimiento el Museo del Prado.

Santander y Santillana del Mar son los municipios que se reparten las propuestas culturales que figuran en la lista de lo más destacado a nivel autónómico. Una lista encabezada por el Centro Botín ocupa así el primer puesto en el ranking regional, al que salta, llegando directamente al segundo lugar, la Librería Gil, que suma así otro reconocimiento a un año en el que empieza ser habitual ver su nombre asociado a premios de gran calado dentro del sector.

Como en un juego de equilibrio, el tercer lugar es para tres propuestas. Lo comparten el Festival Internacional de Santander, que el pasado año estrenó dirección con el nombramiento de Cosme Marina como responsable de la cita y Naves de Gamazo-Fundación Enaire por su exposición antológica del artista Chema Madoz. Ambas se mantienen en el mismo puesto del pasado año. Y se añade, subiendo cuatro puestos respecto a 2023, la Feria del Libro de Santander y Cantabria, Felisa, que ha hecho de la Plaza Porticada su espacio para compartir literatura, música y palabras con autores de primer nivel.

Si bien esto no es una competición, el cajón de plata que este año ocupa Gil, era hace doce meses para la Fundación Santander Creativa (FSC) situada ahora en sexto lugar, con un descenso del 30% en la valoración realizada por los expertos.

El séptimo puesto es también compartido, no por tres, sino por cuatro propuestas. Dos que ya formaban parte de la prelación y se mantienen en la misma posición; la Feria de Arte Contemporáneo Artesantander, que este año vivía un cambio de ciclo al ceder Juan Riancho y su equipo el testigo de la dirección, tras treinta años de trabajo, a Mónica Álvarez Careaga, que se marca el objetivo de encontrar un estilo propio en la cita estival. Y uno de los programas financiados dentro del área Trayectoria por la FSC, 'Confluencias', continúa también en ese séptimo puesto. Carmen Quijano está al frente del proyecto de apoyo, promoción y difusión de la creación contemporánea a través de la realización de residencias culturales y artísticas.

¿Y quienes se incorporan a esta posición en la tabla? Por un lado, el Palacio de Festivales, que no había aparecido previamente y que ha logrado auparse entre las referencias, en gran medida gracias a la programación diseñada por el músico y compositor Esteban Sanz Vélez, quien no ha tenido ocasión de disfrutar de este reconocimiento, pues el Ejecutivo decidió prescindir de su labor el pasado mes diciembre, un año después de llegar al cargo, sin que se conozca por el momento, ni las razones objetivas del cese, ni a su sustituto o sustituta.

El otro es el Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Santander, el MAS, si bien es necesario un matiz; no se trata de una incorporación sino de la reapertura del espacio ubicado en la calle Rubio, tras las necesarias –y prolongadas–obras realizadas en el inmueble como consecuencia del incendio que puso en serio peligro los fondos de la institución municipal.

Finalmente, en el puesto once, también compartido, el proyecto La Ortiga Colectiva, una asociación sin ánimo de lucro, cuya actividad se divide por varios municipios y que tiene en su foco, como contextos de reflexión y disfrute las ruralidades, la antropología, la agroecología, las artes, los feminismos, el pensamiento, la poesía y la literatura.

La Torre de Don Borja, que va asentando su programación expositiva y de conferencias mensuales, y el Museo Nacional de Altamira, peso pesado de la lista por su valor intrínseco completan la relación de proyectos.

Monumentos, yacimientos, espacios naturales, proyectos artísticos o elementos inmateriales configuran la categoría de 'Lo mejor del patrimonio histórico, monumental y natural'. Un lista que en Cantabria integran la Cueva de Altamira y la Torre de Don Borja (Santillana del Mar), El Capricho de Gaudí (Comillas), el Monasterio de Santo Toribio de Liébana (Camaleño) y el Palacio de La Magdalena (Santander).

En conjunto, la cultura cántabra se desdibuja en un amplísimo mapa en el que el resto de comunidades cuentan con varias propuestas reseñables, situación que podría revertirse con la puesta en marcha de los grandes proyectos previstos para los próximos años (Archivo Lafuente- Centro Asociado del Reina Sofía, Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria o Faro Santander) sin obviar la necesaria cultura de base, fundamental para la creación de masa crítica que mantenga un diálogo fluido con el contenido de esas propuestas de primer orden.

El Observatorio de la Cultura 2024 se presentó en un acto celebrado en el cine Albéniz de la capital malagueña, con la asistencia de numerosos miembros del panel y representantes de organizaciones culturales de toda España, profesionales del sector y de los medios de comunicación.