Si se compara con la antigüedad de una pintura rupestre, 30 años no son nada. Pero cuando se habla de un ciclo sobre Prehistoria, el ... organizado cada verano desde hace ya tres décadas por la Sociedad de Amigos de las Cuevas del Castillo, dirigida por José María Ceballos (Santander, 1944), quien fue durante 48 años encargado de las cuevas de Cantabria, es un auténtico hito.
La nueva edición del ciclo, marcada como todo por la pandemia e inaugurada hace dos semanas en Puente Viesgo por Roberto Ontañón, director del Museo de Prehistoria, extenderá su programa de conferencias hasta el 30 de septiembre.
-El Ciclo de Prehistoria de Puente Viesgo cumple 30 años. ¿Qué supone este hito? ¿Qué balance hace de su trayectoria?
-Es el único ciclo sobre Prehistoria de toda Europa que se prolonga durante tres meses y que ha durado 30 años. Haber llegado hasta aquí es algo fabuloso. El difunto Joaquín González Echegaray me decía siempre que no dejase nunca de hacer las conferencias de Puente Viesgo. Por aquí han pasado todos los 'popes' de la Prehistoria durante estas tres décadas, tanto españoles como extranjeros. Es ya un foro de referencia internacional.
«Al principio teníamos que pedirlo, ahora son los expertos los que quieren venir»
-¿Cuál es la clave de su éxito?
-Es importante destacar que estas jornadas han llegado a cumplir estos 30 años gracias a los conferenciantes porque siempre se han volcado. Cuando llamo a alguien nunca me dicen que no y lo hacen siempre de forma altruista.
-El aniversario llega marcado por la pandemia. ¿Cómo han planteado esta edición?
-Sí, ha sido un problema, y por eso este año prácticamente no viene nadie de fuera, casi todos los asistentes son o cántabros o de comunidades cercanas como Asturias o el País Vasco. La gente lógicamente tiene miedo y es comprensible. Aunque en el lugar donde damos las conferencias la seguridad es total: cumple todas las garantías sanitarias y se respetan escrupulosamente todos los protocolos de seguridad. En este aniversario nos habría gustado hacer algo que se saliese de lo normal, pero en estas circunstancias no ha sido posible.
-¿Sobre qué ejes van a girar las ponencias del ciclo?
-Este año ha inaugurado las jornadas Roberto Ontañón, director de Mupac, también ha estado ManuelGonzález Morales, catedrático e Prehistoria de la Universidad de Cantabria... Alejandro Trinchant va a hablarnos y a proyectar unas filmaciones que se hicieron en las cuevas en los años ochenta (por hoy). El 26 viene Pilar Fatás, directora de la Cueva de Altamira. El 29 será el turno de Joaquín Idizaval Torre, conocido como Pencho, guía ya retirado de las cuevas de Covalanas, de Ramales, hablará sobre el arte rupestre en la cuenca del Asón... Así hasta septiembre. Es un programa muy completo, en el que se analizará la Prehistoria y el patrimonio rupestre de Cantabria y de España desde diferentes puntos de vista.
-¿Cómo surgió la idea de poner en marcha esta propuesta?
-Lo puse en marcha yo hace ya esos 30 años con los guías de las cuevas de Cantabria. Lo hicimos porque teniendo en cuenta que el conjunto de las cuevas del Monte del Castillo es uno de los más importantes del mundo, si no el que más, era una forma de divulgar lo que ahí había.
-¿Cómo ha evolucionado durante estas tres décadas?
-Al principio teníamos que llamar a los conferenciantes, a muchos de los cuales ya conocía por todos los años que he estado en El Castillo, nada menos que 48; al final venían, alguna vez por hacer un favor. Pero cuando la iniciativa cogió fuerza y empezaron a venir las grandes figuras de la Prehistoria, fueron ellos los que comenzaron a llamar porque querían y quieren venir. Por el ciclo han pasado desde Joaquín González Echegaray o L. G. Freeman hasta Jean-Claude Barreau, que ha venido tres o cuatro veces... Toda una serie de prehistoriadores de talla mundial.
«Es muy frágil. O lo cuidamos o desaparece. La conservación debe ser prioritaria»
-Tiene lógica, al ser Cantabria uno de las regiones más ricas del mundo en patrimonio prehistórico...
-Sí. Ahora mismo tenemos 70 cuevas con arte rupestre en Cantabria. En proporción al territorio que tenemos hay casi el doble de cuevas que Asturias y que el País Vasco. En Cantabria se van a encontrar más cuevas con arte rupestre gracias a los nuevos métodos técnicos y científicos como la geomática. En los últimos años en la cueva del Castillo, por ejemplo, se han encontrado en un mismo panel 40 o 50 figuras que no se habían visto nunca.
-¿Cree que se pone en valor y que se aprovecha ese potencial?
-En Cantabria tenemos 10 cuevas que son Patrimonio de la Humanidad. En su día, cuando en Altamira entraban 1.000 y 2.000 personas, aquella burrada que estuvo a punto de cargarse la cueva, en El Castillo estábamos mejor porque venía mucha menos gente. Cuando se cerró Altamira fue cuando empezamos a establecer límites en las otras cuevas. Aquellas primeras limitaciones las puse yo y, después de estudios realizados por Roberto Ontañón y otros, se han reducido todavía más.
-La conservación es prioritaria.
-Absolutamente. El patrimonio prehistórico y arte rupestre son muy frágiles. O los cuidamos a conciencia o desaparecen. El de la conservación es un tema que hemos tratado muchas veces en las conferencias del ciclo de Puente Viesgo.
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