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Reparte su talento como escritor entre todas las ramas de la literatura con un acierto que traduce en premios, ventas y seguidores. Probablemente su faceta de columnista, con la que demuestra a diario que la ironía fina e inteligente no tiene por qué estar reñida ... con la contundencia, sea la más conocida.
– Leo en su Twitter: «Escritor, madrileño, andaluz, vasco y montañés de vocación». ¿Eso es ser plurinacional?
–Eso es ser español.
–¿Desde cuando tiene la vocación de montañés?
–Desde que vine aquí por primera vez siendo novio de mi mujer. Yo siempre he sido cantábrico: iba a San Sebastián y creía que nunca podría dejar de añorar esa ciudad. Pero me equivoqué, no lo añoro absolutamente nada.
– ¿Qué le parece Cantabria?
–Esta es una región que creo que no es fuerte económicamente, pero quizás precisamente por eso su naturaleza se mantiene prácticamente intacta. Es un paraíso.
–¿Qué busca aquí un madrileño?
–Pues sobre todo descanso, paisajes... Y descanso relativo, porque yo tengo que escribir todos los días. Pero lo hago con un impulso mayor, ilusionado, porque sé que en el momento de terminar mi artículo, cuando lo mando, en lugar de encontrarme con Madrid me encuentro con la Montaña. Hay mucha gente que confunde el verano con veranear: veranear quiere decir exactamente huir del verano. Los que pasan el verano en Denia, pasan el verano, y los que veranean aquí, veranean.
–En Barcelona ya andan asaltando los autobuses de turistas. ¿Llegará a pasar aquí?
– No, nunca, porque el montañés nunca ha sido violento. Cataluña ha enloquecido en un sector de su población; cada vez se está acercando más a la peor kale borroka de los años más duros.
–¿Qué cree que está pasando en Cataluña?
–Están intentando dar un golpe de Estado contra todos los sujetos constituyentes, que somos todos los españoles, exactamente.
–Sigo con su Twitter. Veo que le presta mucha atención a Venezuela. ¿Por qué no a Nicaragua o El Salvador?
–Es completamente diferente. Venezuela sí que está dando un golpe de Estado, pero no sólo contra Venezuela: contra la democracia. Venezuela está matando, ya van 149 muertos. En Venezuela se habla de chavismo, y en este momento Maduro está dando un golpe de Estado contra el chavismo, la constitución que dictó Chávez. Y Venezuela tiene una influencia tremenda sobre la política española, entre otras cosas porque el futuro de Podemos depende exactamente de lo que ocurra en Venezuela. Si Maduro se derrumba, Podemos se derrumba; si Maduro sigue, Podemos va a bajar.
–Es columnista, novelista, poeta, escritor satírico... Da apuro decir ‘humorista’.
–En Inglaterra, con un extraordinario elenco de escritores de humor, el humor es un plus. Aquí, en España, con un lenguaje tan rico como el nuestro, no tenemos una palabra que distinga, por ejemplo, a Miguel de Cervantes, que fue un gran humorista, de Martes y Trece. Yo me dedico sobre todo a escribir una columna diaria en los periódicos, algunas novelas, ensayos... soy un escritor bastante polifacético. Y he escrito mucha poesía.
–¿Sigue escribiendo los versos a mano?
– A mano. Lo demás no: me he rendido al ordenador. Pero nunca consulto con las redes sociales. Soy muy antiguo y si me falla la memoria siempre la hago en los libros.
– ¿Qué está haciendo ahora?
– Estoy terminando un libro que llevo escribiendo quince años que se llama ‘Al lado de Don Juan’, una visión humana y no política del conde de Barcelona. También estoy terminando una antología de la luna en la poesía española. Ha sido elaboradísima y costosa, un libro que voy a sacar por mera satisfacción, porque no creo que en este momento le interesen a nadie las poesías dedicadas a la luna. Y acabo de terminar otra novela –creo que es la decimocuarta– del marqués de Sotoancho.
–¿Qué precio se paga por no tener pelos en la lengua?
–Se paga muchísimo, continuamente, y no sólo un precio directo. En España no hay libertad de expresión, puedo decir tranquilamente. La censura oficial ha sido sustituida por la censura empresarial, medios de comunicación que no admiten que haya columnistas que escriban en contra de su propia línea editorial. Me pasó en ‘ABC’ y en ‘Diario 16’ cuando era director Pedro Jota. Y tengo que decir que los palos más fuertes a La Sexta los he dado desde ‘La Razón’ y me han respetado al cien por cien lo que he escrito.
– No se mete mucho con Revilla.
–Sí que he escrito contra Revilla: a mí no me parece serio que el presidente de Cantabria se dedique a los bolos televisivos, y no me parecen serias muchas de sus actitudes. Nos conocemos, no somos amigos. Con la cantidad de cosas que están ocurriendo en España, en estos momentos Revilla no es necesario. En la España de la Transición, en la que todo parecía que iba bien, a lo mejor Revilla era un sujeto curioso, pero ahora mismo no tiene interés.
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