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Durante la pandemia el actor Gonzalo Cunill escribió un buen número de textos que reunió en un libro 'Sin la soga al cuello', una obra que llamó la atención de la compañía Ensalle Teatro y con la que mañana, en el Paraninfo de Las Llamas ... y a las 20. 00 horas se inaugura la Muestra Internacional de Teatro Contemporáneo que organiza la Universidad de Cantabria.
-¿Qué va a ver el público en 'Sin la soga al cuello'?
-Teatro Ensalle me propuso hacer algo con este texto que no estaba escrito para el teatro y al ponernos a trabajar pensamos que esa dramaturgia tan desunida, un monólogo interior en verdad, se podría en llevar a escena con tres intérpretes que mostrasen el run run de esa cabeza pensante y un poco enloquecida. A partir de ahí montamos una obra que habla sobre la soledad, la incomunicación, el amor el desamor, y que mezcla temas y poéticas distintas, con momento de humor y de drama.
-Escribió esos textos durante el confinamiento. Al final de la pandemia del covid han surgido un gran número de proyectos artísticos bien interesantes.
-Fue una época muy convulsa que nos confrontó con un estado de aislamiento forzado que parecía increíble que sucediera. En mi caso ese confinamiento me permitió unificar una serie de textos, algunos que ya tenía rondando y otros que fueron apareciendo esos días. Y sí, salieron muchos proyectos positivos de aquella soledad y de aquella necesidad expresiva.
-También se pensaba que la sociedad iba a salir reforzada, más unida y solidaria, pero finalmente parece que no ha sido tanto.
-Fue un bonito sueño, pero desgraciadamente hay una maquinaria del capital y del consumo que ni siquiera con un tipo de experiencia como la que tuvimos ha parado. Mucha gente, yo la verdad es que no, soñó con el milagro de que nos haría mejores personas.
-Jugando con el título de su obra, ¿la sociedad se ha acostumbrada a vivir con la soga al cuello?
-De alguna manera sí, pero también creo que es una cuerda floja. Aunque hay mucha gente que esa soga le ahorca, también hay una gran parte de la sociedad a la que le roza un poco el cuello, pero no le termina de quitar el aire y sigue girando..
-En un momento de la obra afirma que ha desarrollado «un autismo voluntario». ¿A qué se refiere?
-El autismo es algo complejo de definir y de entender y muchas veces lo utilizamos de una manera muy fácil, en este caso, lo he usado como una expresión metafórica para expresar ese estado que hace que uno se repliegue del contacto humano y experimenta una soledad voluntaria, en la que no queremos ni escuchar ni sentir.
-También dice que «la carencia es un territorio ocupado».
-Es que la carencia está ocupada porque está llena de falta. Es una herida que siempre sangra a pesar de estar cicatrizada. En el imaginario de cada uno a esa falta hay que ponerle nombre y por eso es un territorio ocupado porque no es una página en blanco.
-¿Cómo es compartir escenario con Ensalle Compañía?
-Es muy bonito trabajar con Raquel Hernández y Artús Rei porque esta obra no deja de ser una serie de reflexiones, un monólogo interno, que al dividirlo entre los tres nos ha llevado a hacer un ejercicio de comunicación y no solo entre los actores también con Pedro Fresneda (director artístico de la obra). Cuando ellos me propusieron trabajar con este texto no nos conocíamos de nada y se ha creado un encuentro precioso y enriquecedor.
-Escribe, actúa, dirige, si tuviera que renunciar a una de estas tres facetas ¿cuál elegiría?
-Sin duda la dirección. Me cuesta mucho ponerme en ese papel, de hecho es lo que menos hago.
-¿Qué fue antes el actor o el escritor?
-El actor, aunque la escritura está siempre ahí. La actuación también surgió en mi desde muy temprano. Empecé a estudiar y hacer cursos muy joven y también a trabajar y siempre de forma continuada. Lo escribir ha tenido más cortes en el tiempo y tengo muchos textos que he empezado y no he acabado y en los que sigo trabajando. Y por otra parte, de lo que vivo es de mi trabajo de actor.
-Un trabajo de actor que le trajo a Santander para participar en dos películas bien reconocidas, 'Airbag' de Juanma Bajo Ulloa y 'Altamira' de Hugh Hudson. ¿Que recuerdos tiene de esos rodajes?
-Tengo muy buenos recuerdos tanto de Cantabria como de Hugh Hudson, que fue muy generoso y muy respetuoso con mi trabajo. Fueron pocos días pero muy agradables tanto con él como con Antonio Banderas con el compartí alguna secuencia. En cambio 'Airbag' me coge tan lejos en el tiempo y fue tan pequeña mi participación que lo tengo bastante difuminado.
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