Del carro al trono volante

La colección de carrozas y coches de Patrimonio Nacional es una de las mejores del mundo en su género. Se podrá disfrutar de lo mejor de sus fondos durante todo un año en la sala de exposiciones temporales del nuevo museo público a partir del 28 de junio. La muestra explora la historia del carruaje en España y su papel como representación del poder a través de piezas excepcionales.

El uso de carruajes por parte de la monarquía española se remonta al siglo XVI, cuando se convirtió en el transporte de moda para los traslados entre Madrid y los demás los Reales Sitios, y como parte de la escenografía del gran poder de la corona. Hoy se siguen empleando carrozas en actos oficiales, como la entrega de credenciales de los embajadores al Rey en el Palacio Real.

En la exposición brillan piezas únicas tanto por su belleza como por una tecnología avanzada para su época, como la Berlina Dorada, de mediados del siglo XVIII, el Landó de bronces, de 1829, el Coche de Concha o el Coche de Cifras, que pertenecieron a Carlos IV y María Luisa de Parma.

Además de su relevancia histórica, las carrozas reflejan la enorme calidad y refinada estética de los artesanos reales que participaban en su fabricación: ebanistas escultores, guarnicioneros, doradores o miniaturistas.

Ordenada cronológicamente, la muestra juega con la metáfora del viaje a través de una galería central desde la que el publico puede asomarse a diferentes épocas. Pantallas táctiles de última generación permiten explorar los interiores de los vehículos expuestos. Un audiovisual resume la historia de las Reales Caballerizas y explica su uso actual como parte esencial en algunos actos oficiales.

«Es un viaje del carro al trono volante», resume Isabel Rodríguez, conservadora de carruajes de Patrimonio Nacional y comisaria de la brillante exposición. Reúne un conjunto «de auténticas obras de arte que nos acercan a la vida de la corte y a la escenografía representativa y que proporcionaba seguridad y confort a quienes iban en su interior», apunta Rodríguez citando un carruaje infantil de Isabel II o un trineo de madera con opulentas decoraciones en forma de dragón que se supone fue un regalo de zar Alejandro III a Alfonso XII.

La muestra se cierra en la época de la automoción con dos Mercedes-Benz: un todoterreno 540 G4 W31 fabricado en 1939, regalado por Hitler a Franco en 1940 y hoy único en el mundo, y el clásico 'Grosser Mercedes', vehículo blindado de 1942 que el régimen nazi quiso regalar al dictador español pero por el que se acabó pagando 60.000 francos alemanes. Ambos vehículos, de la colección de Patrimonio Nacional, que también tiene otros modelos históricos de Cadillac o de Rolls Royce, como el que utilizaron el día de su boda Don Felipe y Doña Letizia, estaban expuestos en la sala histórica de la Guardia Real.

'El movimiento' también exhibe objetos relacionados con los viajes de los monarcas, como dos baúles de viaje del Real Monasterio de la Encarnación. Del guadarnés del Palacio Real proceden las sillas de montar, alforjas, estribos y arneses. El Museo de Prado presta además siete cuadros con escenas cortesanas en las que los coches de caballos tienen un especial protagonismo.